El desarrollo saludable de los niños que sufren anemia en múltiples regiones se ve comprometido debido al desabastecimiento de sulfato ferroso en 1,385 establecimientos de salud. Este problema de salud pública afecta al 43,1 % de los infantes a nivel nacional, quienes necesitan del suplemento.
De de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES 2023), la anemia infantil sigue en aumento. La situación es particularmente crítica en regiones como Puno, Ucayali, Madre de Dios, Loreto y Huancavelica, donde las cifras superan ampliamente la media nacional. En Lima Metropolitana, el 34,9 % de los niños de 6 a 35 meses padecen esta condición.
Según alertó el químico farmaceútico Javier LLamoza, a través de una revisión de en el Sistema Integrado de Suministro de Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios de ferroso sulfato de 25 mg, se encontró que está desabastecido. “La anemia en los niños condena su desarrollo. En los últimos meses, esta situación se ha recrudecido. Una de las intervenciones y política de Estado, es proporcionar sulfato ferroso”, señaló el especialista.
Puno es la región con el mayor índice, alcanzando un alarmante 70,4 % de niños con anemia, seguido por Ucayali (59,4 %), Madre de Dios (58,3 %), Loreto (58,1 %) y Huancavelica (56,6 %). Estas cifras evidencian la urgencia de implementar intervenciones efectivas para abordar esta problemática.
La anemia, caracterizada por la deficiencia de hemoglobina en la sangre, se debe principalmente a la falta de hierro en la dieta. Aunque esta condición puede prevenirse y tratarse con medidas adecuadas de nutrición y salud pública, las estrategias actuales parecen no ser completamente efectivas o no se aplican uniformemente en todas las regiones, según expertas opiniones en salud pública.
Es crucial una combinación de intervenciones que incluya suplementación de hierro, mejora en la calidad de la dieta y fortificación de alimentos. Además, se subraya la importancia de realizar diagnósticos tempranos y seguir tratamientos adecuados para los niños afectados. La persistencia de altas tasas de anemia no solo compromete el desarrollo de los niños, sino que también tiene un impacto significativo en el bienestar económico y social del país a largo plazo.
Desabastecimiento de 120 medicamentos
Alrededor de 120 medicamentos esenciales se encuentran desabastecidos en los hospitales del Minsa. Entre los fármacos que faltan se encuentran la insulina NPH, dolutegravir, tenofovir, salbutamol, metformina, y losartán, vitales para el tratamiento de diversas enfermedades.
Miles de pacientes con enfermedades crónicas, autoinmunes y raras o huérfanas son los más perjudicados. Por tal motivo, organizaciones de pacientes y colectivos de la sociedad civil han lanzado una alerta debido al impacto considerable sobre la población afectada.
Sofía García Carpio, asesora técnica del colectivo ‘Los pacientes importan’, expresó en diálogo con Ojo que muchos pacientes no pueden sustituir su tratamiento ni adquirir estas medicinas por otros medios. “Si ellos no tienen la medicina un día, pueden terminar en una discapacidad o sufrir algún daño irreversible”, afirmó García.
Crisis en Cenares
El Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares) es la entidad responsable de adquirir medicamentos esenciales para el Minsa, ha registrado un déficit significativo en su inventario, afectando gravemente a varios pacientes en todo el país.
Cenares, con un presupuesto de 250 millones de soles para este año, ha utilizado la mayoría de sus fondos para pagar deudas en lugar de realizar el 97% de las adquisiciones programadas, según un informe de Salud con Lupa. Este desvío de recursos ha dejado sin comprar al menos 120 tipos de medicamentos, transfiriendo la responsabilidad de las compras a los gobiernos regionales.
El Minsa ha negado la existencia de un desabastecimiento generalizado, pero múltiples reportes contradicen esta afirmación. Los problemas comenzaron con la entrega retrasada de medicamentos a pacientes con cáncer, seguida de alertas sobre la falta de antirretrovirales para personas con VIH. Más recientemente, pacientes con diabetes e hipertensión han reportado dificultades para acceder a sus medicamentos.