El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) informó a través de sus redes sociales oficiales que Carabayllo, uno de los distritos del norte de Lima Metropolitana, alcanzó el 100% de humedad ambiental. De acuerdo a la información, estas condiciones están asociadas a la presencia del vórtice costero de niveles bajos que se desarrolla frente a la costa limeña.
Hay otros distritos de Lima que también presentaron altas concentraciones de humedad, situándose en cifras que superan el porcentaje del máximo recomendado. Por ejemplo, Puente Piedra y Jesús María alcanzaron el 98%, San Borja 97%, La Molina 96%, San Juan de Lurigancho 95%, Lurigancho (estación Ñaña) 92%, y en Ancón un 89%.
En contraste, solo en Lurigancho (estación Chosica) la humedad se mantuvo en un rango normal, con un máximo de 54%, según lo recomendado por especialistas de la salud.
Estas cifras corresponden al reporte de las primeras horas de este 26 de junio. Al medio día de los porcentajes no han variado significativamente. Carabayllo sigue registrando un 100% de humedad y en el resto de distritos las cifras han cambiado mínimamente.
¿Qué consecuencias trae a la salud?
Según José Luis Cabrera, especialista en neumología, “es totalmente saludable respirar un aire con determinado grado de humedad relativa, que se recomienda entre el 40-60%, sin embargo, la excesiva humedad relativa, sobre todo mayor al 90% como se presenta, son perjudiciales para la salud”, mencionó para Infobae Perú.
El médico neumólogo señaló que el alto porcentaje de agua en el aire son perjudiciales no solo por la proliferación de patógenos que suelen asociarse con la alta humedad ambiental, sino también porque pueden exacerbar síntomas en personas con enfermedades crónicas como el asma, la bronquitis, neumonía y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Además de las infecciones respiratorias comunes como resfríos y faringitis, el especialista señala que es probable un incremento del 30-40% en exacerbaciones en personas que ya padecen de asma, así como en aquellos que podrían presentar la enfermedad por primera vez. Las condiciones actuales también elevan el riesgo de padecer rinitis alérgica y sinusitis aguda.
Particularmente preocupante es la situación para la población adulta mayor y aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos. El Dr. Cabrera destaca que la combinación de alta humedad y bajas temperaturas crea un entorno favorable para la propagación de enfermedades respiratorias, lo cual puede tener consecuencias graves si no se controla adecuadamente.
“Son particularmente susceptibles las personas en edades extremas de la vida, personas que padecen de alguna enfermedad crónica debilitante independientemente de la edad (EPOC, fibrosis pulmonar, enfermedades cardíacas, inmunológicas, diabetes, cáncer, etc), sobre todo si no tienen un adecuado control médico de su condición”, menciona.
Recomendaciones
Para mitigar las consecuencias de la alta humedad en la salud y contrarrestar este fenómeno ambiental, el Dr. José Luis Cabrera ofrece una serie de recomendaciones:
- Medidas de control de infecciones: - Lavado frecuente de manos o uso de alcohol en gel. - Ventilar los ambientes cuanto sea posible. - Aislar a las personas con infecciones respiratorias o procurar que usen mascarilla.
- Vacunación: - Mantener actualizado el calendario de vacunas, especialmente contra la influenza, el COVID-19 (ambas de aplicación anual) y el neumococo (neumonía).
- Tratamiento y control médico: - Las personas con enfermedades crónicas deben seguir sus tratamientos y controles médicos periódicos. - Evitar la automedicación ante una afección respiratoria y buscar atención médica.
- Medidas ambientales: - Ventilar los ambientes al menos 20 minutos al día. - Abrir periódicamente cajones o armarios. - No pegar muebles contra paredes y evitar que obstruyan la ventilación. - Evitar tender ropa en el interior de los ambientes comunes. - Cocinar con la puerta cerrada, abrir ventanas y/o usar campana extractora cuando esté disponible. - Realizar inspecciones y refacciones en los ambientes con evidencia de humedad excesiva (goteos, filtraciones, hongos, moho). - Lavar alfombras, cubiertas de cama y ropa almacenada con frecuencia. - Usar dispositivos antihumedad basados en gel de sílice o bolsas caseras con sal marina. - Si es posible, utilizar deshumidificadores y purificadores de aire.
- Evitar la exposición a irritantes: - Evitar la exposición a humos, especialmente del tabaco o vapeo. - Evitar irritantes domésticos como líquidos para la limpieza, desinfección, ambientadores e inciensos.