La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la higiene de manos salva vidas. Se trata de uno de los hábitos más promovidos a nivel mundial, ya que es considerado esencial para una cultura de autocuidado y prevención contra enfermedades infecciosas.
El lavado de manos con agua y jabón, sobre todo después de ir al baño y antes de tocar alimentos, no solo debe ser una práctica diaria sino que es necesario que se realice de manera correcta, tal como señala el Ministerio de Salud del Perú (Minsa).
Mantener una adecuada higiene de manos es la medida más económica, sencilla y eficaz para reducir el riesgo de contraer infecciones. Pero, aunque se trata de una acción cotidiana, existen ciertos pasos que deben tomarse en cuenta al lavarse las manos.
El lavado de manos
El lavado de manos consiste en lavar las manos con agua y jabón antibacterial con el objetivo de eliminar la suciedad de esta parte del cuerpo. Esta acción forma parte de las recomendaciones en la lucha contra la resistencia antimicrobiana (RAM), una de las 10 principales amenazas para la salud pública.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la resistencia antimicrobiana surge cuando las bacterias, virus, hongos y parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos. Esto dificulta el tratamiento de las infecciones, incrementa el riesgo de propagación de enfermedades y la aparición de formas graves de enfermedades e incluso la muerte.
Esto se debe a que, como consecuencia de la farmacorresistencia, los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos se vuelven ineficaces, lo que hace que las infecciones sean cada vez más difíciles o imposibles de tratar.
Las manos actúan como vehículo y mecanismo de transmisión para diversos microorganismos porque el contacto con otras personas, superficies y objetos a lo largo del día hace que se acumulen gérmenes en las manos. Una persona puede infectarse con estos microorganismos al tocarse los ojos, la nariz o la boca, o también puede transmitirlos a otros.
Por ejemplo, cuando una persona tiene gripe y tose, puede lanzar al ambiente hasta 3.000 gotas de secreciones que contienen diversos tipos de gérmenes, los cuales pueden sobrevivir hasta 30 horas en las superficies, dependiendo del material del que están hechas estas últimas y del tipo de microorganismo.
Si bien es imposible evitar que las manos tengan gérmenes, lavárselas con agua y jabón con frecuencia, vigor y durante por lo menos 20 segundos puede ayudar a limitar la transferencia de bacterias, virus y otros microbios.
¿Cuándo se debe realizar el lavado de manos?
Tal como señala Mayo Clinic, a lo largo del día, una persona debe lavarse las manos antes y después de hacer algunas actividades cotidianas como las siguientes:
Antes y después de:
- Preparar y comer alimentos
- Tratar heridas o cuidar a un enfermo
- Tocar un objeto o una superficie que otras personas tocan con frecuencia, como picaportes, surtidores de combustible o carritos de compras
- Entrar o salir de un lugar público
- Colocar o quitar lentes de contacto
Después de:
- Usar el inodoro, cambiar un pañal o limpiar a un niño que usó el inodoro
- Tocar un animal, alimentos para animales o desecho animal
- Sonarse la nariz, toser o estornudar
- Manipular basura
- Manipular alimentos o golosinas para mascotas
Además, hay que realizar el lavado de manos cuando se tenga suciedad visible.
Cómo lavarse las manos de manera correcta
Según el Minsa para realizar el lavado de manos de manera correcta y con ello prevenir enfermedades infecciosas se deben seguir estos 7 pasos:
- Retirar cualquier prenda u objeto que cubra las manos y muñecas.
- Mojar las manos bajo el chorro de agua y después cerrar el grifo.
- Aplicar jabón en las manos y frotarlas hasta crear espuma, asegurándose de cubrir las palmas, el dorso, entre los dedos y, especialmente, debajo de las uñas, durante al menos 20 segundos.
- Abrir el grifo y enjuagar bien las manos con abundante agua.
- Sacudir el exceso de agua de las manos o frotarlas ligeramente, luego secarlas comenzando por las palmas, después la parte trasera y los espacios entre los dedos.
- Utilizar el material con el que se secaron las manos para cerrar el grifo, con el objetivo de evitar tocarlo directamente.
- Desechar el papel usado o emplear una tela o toalla limpia para secarse; si no se dispone de estos, dejar secar las manos al aire libre.