¿Tu pareja te deja de hablar luego de una discusión? La ley del hielo, una sutil forma de violencia psicológica

En el Perú el 57,7% de las mujeres fue víctima de violencia psicológica, física y/o sexual por parte de su pareja, de acuerdo a la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar de 2019, realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Al respecto, es notorio que la violencia de tipo física y sexual reciben más atención en los medios de comunicación o son consideradas más graves en comparación con la de tipo psicológica. Esto se debe a que en muchos casos, la violencia psicológica es difícil de detectar por quienes la sufren.

Un ejemplo de ello es la ley del hielo, una sutil forma de violencia psicológica que es una práctica común en las relaciones de pareja y que ocurre cuando, luego de una discusión, uno de los miembros de la pareja deja de hablar con el otro.

La violencia psicológica en la pareja es una forma de abuso emocional que ocurre en la relación de dos personas que mantienen un vínculo amoroso. Estos comportamientos se convierten en agresiones y maltratos, de los cuales el agresor puede ser consciente o no.

Además, esta forma de violencia implica coerción y la amenaza de violencia física, y en muchos casos incluso resulta más dañina que las agresiones físicas. Con el tiempo, la violencia psicológica se intensifica y cuanto más dura, mayor es el daño, causando un deterioro en la víctima que la incapacita para defenderse.

Algunos ejemplos de violencia psicológica en la pareja son criticar, insultar o gritar continuamente, humillar en público o en privado, amenazar con terminar la relación, manipular con mentiras y culpar a la víctima de la violencia que se ha ejercido sobre ella.

La ley del hielo es un comportamiento que provoca que una persona, ante un conflicto, deje de hablar a otra y de prestarle atención. Esta conducta no solo implica un silencio en la comunicación verbal, sino también puede generar un aislamiento emocional y físico.

Con el objetivo de invisibilizar y anular a alguien, se deja de hablarle sin tener en cuenta lo que dice, piensa o siente, fingiendo que no se le escucha y evitando su compañía.

Puede parecer que las personas que practican este tipo de violencia psicológica con otros, especialmente con sus parejas, gozan de gran autocontrol y raciocinio. Sin embargo, existe una clara diferencia entre dejar reposar un conflicto o necesitar cierto tiempo para poder afrontarlo, lo cual puede ser sano en determinadas ocasiones; e ignorar por completo a la persona, invalidando sus emociones de forma reiterada.

Aunque en la mayoría de ocasiones va ligado a un conflicto previo que la desencadena, la ley del hielo también puede darse de forma inesperada. Es decir, la víctima puede no saber por qué se le deja de hablar, ya que el otro no lo expresa. Simplemente ocurre, dejando a la persona que lo sufre descolocada y sin posibilidad real de afrontar el conflicto porque no sabe de dónde viene o por qué se produce.

El trato silencioso que caracteriza a la ley del hielo se convierte en violencia psicológica cuando se utiliza para controlar, castigar o manipular a alguien y cuando forma parte de una tendencia pasivo-agresiva en la relación de pareja. Pero en ningún caso es una señal positiva para el éxito de un vínculo amoroso.

La ley del hielo también es abusiva cuando refleja una forma de “gaslighting”. Esto implica que uno de los miembros de la pareja se comporte deliberadamente de una manera que cause intensas dudas, baja autoestima y confusión en el otro.

Es usual que alguien con personalidad narcisista use con mayor frecuencia la violencia psicológica para controlar o castigar a su pareja.