Las noticias sobre la deficiente atención médica en nuestro país lamentablemente son cotidianas y parecen no tener fin. Lo escuchamos en la radio, lo leemos en los periódicos o, peor aún, lo vivimos en carne propia al experimentar un servicio de salud de baja calidad. Las causas principales que se mencionan frecuentemente son:
- Acceso desigual a la atención médica: La disponibilidad de servicios de salud de calidad en zonas rurales es limitada.
- Infraestructura deficiente: Muchos centros de salud carecen de las instalaciones y equipos médicos adecuados.
- Escasez de personal médico calificado: En muchas zonas del país, especialmente en las rurales, la cantidad de médicos y enfermeras no es suficiente. Todo se concentra en Lima.
- Corrupción y gestión deficiente de recursos: Hemos sido testigos de varios casos de corrupción en el sistema de salud.
- Falta de liderazgo: Existen muy buenos profesionales médicos, pero ha faltado liderazgo que pudiera transformar el sector salud.
Sin embargo, me gustaría destacar un problema fundamental que generalmente no se menciona, pero que tiene un impacto negativo en la calidad del servicio de salud: la falta de empatía por parte de algunos profesionales médicos.
La empatía médica: Un componente esencial
La empatía médica es la capacidad de comprender y responder a las emociones y necesidades del paciente de manera sincera y respetuosa. Significa escuchar activamente al paciente, ofrecerle la atención con la sensibilidad que necesita, ofrecerle el mayor cuidado posible y buscar que la relación “doctor-paciente” sea única y personalizada.
Los beneficios de la empatía médica son numerosos:
- Impacto positivo emocional en el paciente: Reduce la angustia y la incertidumbre, y puede incluso generar un efecto placebo que ayude a aliviar el dolor.
- Relación de confianza y comunicación: Fomenta la confianza entre el médico y el paciente, lo que permite una mejor comunicación y colaboración en el tratamiento.
- Mayor adherencia al tratamiento: Los pacientes que se sienten escuchados y comprendidos son más propensos a seguir las indicaciones médicas.
- Mejores resultados en salud: La empatía puede contribuir a mejorar los resultados del tratamiento y la calidad de vida del paciente.
Un caso que ilustra la falta de empatía:
Llamemos Josemaría a un niño de 5 años que vive en una zona rural. Presentaba fiebre de 40 grados y problemas respiratorios, por lo que sus padres lo llevaron de urgencia al centro de salud más cercano. El doctor, que parecía apurado y poco interesado, lo atendió rápidamente y le diagnosticó gripe. Le recetó algunos medicamentos sin explicar el tratamiento en forma clara. Pasaron los días y el pequeño Josemaría seguía enfermo, y su estado de salud empeoraba. Preocupados, sus padres lo llevaron nuevamente al centro de salud. El mismo doctor les dijo que tuvieran paciencia, pero ante la insistencia de los padres para que le realizarán más exámenes, accedió a regañadientes. Finalmente, descubrió que Josemaría tenía una neumonía severa y requería hospitalización urgente. Afortunadamente, el niño pudo ser trasladado a un centro de mayor nivel y recibir la atención adecuada para su recuperación.
En este caso, la falta de empatía del doctor hacia el paciente pudo tener consecuencias graves. La falta de atención oportuna y una actitud desinteresada pudieron haber retrasado el diagnóstico y tratamiento adecuados, poniendo en riesgo la vida del pequeño Josemaría.
Barreras para la empatía médica:
Existen diversos factores que pueden dificultar la empatía médica, entre ellos:
- Sobrecarga laboral y falta de tiempo: En entornos con un alto volumen de pacientes, los médicos tienen poco tiempo para atender a cada uno de ellos de manera adecuada, lo que puede limitar su capacidad para desarrollar una conexión empática con el paciente.
- Enfoque en la productividad: El sistema de salud actual suele estar más enfocado en la cantidad de pacientes atendidos que en la calidad de la atención. Esto puede llevar a que los médicos prioricen la eficiencia sobre la empatía.
- Falta de capacitación: La formación médica tradicional no siempre pone suficiente énfasis en el desarrollo de habilidades de empatía y comunicación interpersonal.
- Prácticas estandarizadas: Los protocolos y procedimientos estandarizados, si bien son necesarios en algunos casos, pueden limitar la personalización de la atención y la conexión con el paciente.
Algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar la empatía incluyen fomentar estas habilidades desde la formación de los estudiantes de medicina, brindar capacitación continua a los profesionales de salud y crear sistemas de atención en el paciente que valoren y prioricen la empatía.
En resumen, si bien es cierto que el sector salud enfrenta una serie desafíos importantes, debemos reconocer que la falta de empatía en la práctica médica es un problema fundamental que requiere una atención urgente. Solo cuando los latidos del corazón del médico sean escuchados por el paciente podremos lograr un cambio significativo en la calidad de la atención médica en nuestro país.