El 58% de los peruanos afirma que cuando siente estrés no puede ir a trabajar por al menos un periodo de tiempo, según una encuesta sobre salud mental realizada a mediados de 2023 por la empresa de investigación de mercados Ipsos.
Esta cifra preocupante es la otra cara de quienes padecen uno de los males más recurrentes del siglo XXI: la adicción al trabajo. Porque, aunque también pueden ser víctimas del estrés laboral, quienes viven obsesionados con su trabajo sienten una necesidad incontrolable de mantenerse ocupados constantemente con las tareas que el empleo les exige.
Para remediar esta adicción el primer paso es identificarlo y para eso existen algunas conductas propias de un adicto al trabajo, conocido también por su traducción coloquial al inglés como workaholic.
Adicción al trabajo
La adicción al trabajo es un comportamiento que comparte características con las adicciones a sustancias como el alcohol o las drogas. Un adicto al trabajo o workaholic, no se limita únicamente a dedicar incontables horas a las obligaciones laborales, sino que experimenta una constante preocupación o compulsión por el trabajo que afecta negativamente otras áreas de la vida del individuo.
A diferencia de un simple entusiasmo por las responsabilidades profesionales, la adicción al trabajo se manifiesta a través de una obsesión que lleva a la persona a invertir una cantidad desproporcionada de tiempo y esfuerzo en actividades relacionadas con su empleo. Esta situación conduce a un descuido de las relaciones personales, el bienestar físico y la salud mental, lo que a menudo resulta en consecuencias adversas para el adicto y su entorno.
Al igual que con las adicciones al alcohol o las drogas, las personas con una inclinación compulsiva hacia el trabajo experimentan dificultades para detener su comportamiento, incluso cuando son conscientes de los problemas que esto está causando en su vida personal y social.
El reconocimiento y tratamiento de la adicción al trabajo como un problema de salud mental legítimo es crucial para fomentar un equilibrio entre la vida laboral y personal, así como para prevenir las repercusiones negativas asociadas a esta condición. Al respecto, se destaca la importancia de establecer límites saludables entre el trabajo y la vida personal, por eso la prevención e intervención temprana son clave para superar esta adicción de comportamiento, permitiendo a los individuos llevar una vida más equilibrada y satisfactoria.
Entre las consecuencias de la adicción al trabajo se destaca, respecto a la salud mental: un mayor nivel de estrés laboral, el burnout o agotamiento laboral, la depresión, la ansiedad y la desregulación de las emociones. Mientras que, en cuanto a la salud física, el adicto al trabajo puede experimentar problemas estomacales y dolores físicos.
6 conductas de un adicto al trabajo o workaholic
- Pensar de forma persistente en la actividad laboral: el adicto al trabajo mantiene constante interés en las propias responsabilidades laborales, lo que va acompañado de una fuerte ansia por destacar y un temor al error.
- Dificultad para desconectarse del trabajo: quien sufre de adicción al trabajo escoge involucrarse en tareas laborales fuera del horario establecido, aunque no sea imprescindible, eso provoca que le generen estrés las situaciones donde no puede trabajar.
- Exceder las horas de trabajo previstas: el workaholic dedica más tiempo del requerido o esperado en el trabajo, a tal grado que es evidente para los demás.
- Experimentar conflictos en las relaciones personales debido al compromiso laboral: debido a la dedicación a su empleo, el adicto al trabajo es víctima del impacto negativo que sufren sus relaciones interpersonales y le resulta difícil lograr un equilibrio entre la vida personal y laboral.
- Emplear el trabajo como mecanismo de compensación o evasión: esto puede suceder cuando el workaholic está atravesando períodos de alta presión, se encuentra enfrentando problemas personales o cuando siente una necesidad por validar el propio rendimiento laboral.
- Padecer afecciones de salud relacionadas con el estrés laboral: la adicción al trabajo provoca no solo estrés laboral sino también síntomas de estrés crónico, como resultado de un estado constante de alerta y activación física.