En el amplio espectro de frutas que ofrece el entorno natural, el mango sobresale no solo por su sabor exquisito sino también por los significativos beneficios para la salud que proporciona. Este fruto, célebre por su dulce sabor y textura suculenta, es valorado como una rica fuente de nutrientes esenciales, capturando el gusto de gente alrededor del mundo. El mango contiene una diversa gama de vitaminas, minerales y antioxidantes, elementos clave para el mantenimiento de un sistema digestivo saludable, el refuerzo de la función cardíaca y el equilibrio de los niveles de glucosa en la sangre.
Gracias a sus suelos fértiles, que son ideales para el cultivo de mangos de alta calidad, Perú se destaca como un prominente productor y exportador de este fruto maravilloso, siendo la variedad Kent uno de sus representantes más destacados. Con el creciente reconocimiento del mango peruano en mercados extranjeros por su superior calidad y sabor, la investigación sobre sus beneficios para la salud cobra mayor interés, demostrando el potencial positivo de este fruto en el bienestar general de la población. Este análisis nos motiva a apreciar el mango no únicamente como un placer gustativo, sino también como un elemento esencial para promover un modo de vida saludable.
El mango y su efecto regulador en los niveles de azúcar
Aunque el mango destaque por su dulzura, gracias a sus azúcares naturales, sorprendentemente beneficia al organismo en funciones clave como la regulación de la glucemia. Este efecto lo convierte en un aliado fundamental para aquellos momentos de bajones de azúcar, brindando una solución natural y efectiva para mantener los niveles estables.
La Asociación Estadounidense de Diabetes resalta que el mango tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que su consumo es seguro para quienes vigilan su azúcar en sangre. La ciencia respalda la idea de que el mango puede ser parte de una alimentación equilibrada, ayudando a normalizar los niveles de glucosa.
Un estudio publicado en la revista Nutrients por un equipo de investigadores estadounidenses, profundiza en los efectos positivos del mango. Este descubrimiento nos muestra que, además de su bajo contenido en grasa, la fibra y el agua presentes en el mango juegan un papel esencial en el control glucémico y en la reducción de la inflamación corporal. Resaltan que consumir 100 gramos de esta fruta tropical aporta solamente 65 kcal, lo cual la hace ideal para incluir en dietas saludables y balanceadas.
El mango: un aliado natural para mejorar la digestión
Según estudios realizados por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, esta fruta tropical es rica en fibra y agua, elementos esenciales que ayudan a prevenir y combatir el estreñimiento. Incluir mango regularmente en tu dieta no solo facilitará tu tránsito intestinal, sino que también limpiará tu tracto digestivo y potenciará la salud de tu microbiota.
Además, investigaciones publicadas en la revista Molecules señalan que el mango es una fuente importante de polifenoles, como el ácido gálico y los galotaninos. Estas sustancias no solo tienen poderosas propiedades antioxidantes, sino que también exhiben potencial anticancerígeno y antiinflamatorio. Tal es su impacto, que contribuyen significativamente a la lucha contra enfermedades inflamatorias crónicas, incluyendo varios trastornos intestinales. Así, el mango se presenta no solo como una opción deliciosa, sino también como un complemento valioso para mantener tu sistema digestivo en óptimas condiciones.
El mango y su papel vital en la salud cardíaca
El mango sobresale como un aliado clave para el bienestar del corazón, principalmente por su significativo aporte de potasio. Este mineral, encontrado en abundancia en el mango, juega un rol crucial en la prevención de diversas afecciones cardiovasculares, en parte, al incentivar un balance adecuado entre la ingesta de potasio y la reducción del consumo de sodio.
Es bien sabido que el potasio es esencial para la salud cardiovascular, ya que contribuye a reducir la presión arterial. Lo hace relajando las paredes de las arterias, lo cual permite que el corazón bombee sangre de manera más eficiente y con menos esfuerzo. Además, el potasio se encarga de regular las contracciones y relajaciones del corazón y otros músculos, manteniendo el ritmo cardíaco estable.
Por ello, garantizar un nivel óptimo de potasio en el cuerpo, mediante la ingesta regular de mango, puede repercutir positivamente en el funcionamiento del corazón, asegurando su correcta contracción y propiciando una circulación sanguínea saludable.
¿Cuándo es la temporada del mango en el Perú?
El mango, esa fruta excepcionalmente nutritiva cargada de antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra, no solo potencia nuestro sistema inmunológico, sino que además contribuye a la prevención de varias formas de cáncer, incluidos los de seno, leucemia, próstata y colon, según información publicada por el portal Estilo de Vida de América Noticias.
En Perú, la época ideal para saborear esta deliciosa y benéfica fruta se extiende desde octubre hasta febrero. El país andino se enorgullece de cultivar variedades como Kent, Haden, Edward, Tommy Atkins y Keitt, reconocidas por su generoso tamaño, que ronda los 600 gramos, y sus vibrantes tonalidades que van del amarillo rojizo al amarillo anaranjado.
Descubre cuál es el contenido nutricional del mango
Por cada 100 gramos de mango, este delicioso fruto proporciona diversas vitaminas y minerales, incluyendo:
- Calcio: 11 miligramos
- Hierro: 0.16 miligramos
- Magnesio: 10 miligramos
- Fósforo: 14 miligramos
- Potasio: 168 miligramos
- Sodio: 1 miligramo
- Zinc: 0.09 miligramos
- Vitamina C: 36.4 miligramos
- Vitamina B6: 0.119 miligramos
El mango y la reducción del colesterol
La fibra que contiene el mango puede ayudar a reducir los niveles de colesterol, lo que también incluye el colesterol LDL (lipopotreínas de baja densidad), conocido como el “colesterol malo”. Hay que tener en cuenta que el colesterol total se compone tanto del LDL como del HDL (lipoproteínas de alta densidad), conocido como el “colesterol bueno”.
El colesterol LDL, cuando se encuentra en niveles altos, provoca que se acumulen depósitos grasos en los vasos sanguíneos. A medida que estos depósitos crecen es más difícil que la sangre fluya a través de las arterias y esto puede ser la causa de un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Según National Lipid Association (NLA), una organización que se especializa en el manejo de lípidos en la práctica clínica, la fibra soluble que ofrece el mango reduce los niveles de colesterol debido que este tipo de fibra no se absorbe en el intestino. Por el contrario, la fibra soluble de esta fruta de verano se encarga de unir el colesterol en el intestino y luego lo elimina del cuerpo.