Tanatología: la terapia que ayuda a aceptar la propia muerte o la pérdida de un ser querido

En el ámbito académico, la pandemia en Perú ha generado una larga lista de estudios psicológicos relacionados con los procesos de duelo ante la pérdida de un ser querido por la COVID-19.

No es para menos si se tiene en cuenta que, en 2021, Perú fue considerado oficialmente el país más afectado del mundo por el coronavirus, según la organización humanitaria Médicos sin Fronteras de España.

Sin embargo, sea en pandemia o no, el proceso de duelo ante la proximidad del propio fallecimiento o la inminente pérdida de un ser querido es una experiencia humana por la que todos atraviesan en algún momento. Al respecto, la tanatología es una disciplina que brinda acompañamiento en dichos momentos difíciles y que entiende a la muerte como un proceso natural de la vida.

El proceso de duelo tras la pérdida de un ser querido se entiende comúnmente como una fase única o un breve lapso de aflicción. Sin embargo, esta experiencia encierra un complejo conjunto de emociones y reacciones que varían significativamente de una persona a otra, extendiéndose más allá de las manifestaciones inmediatas de tristeza. Una persona que enfrenta la muerte de un familiar, amigo o pareja puede experimentar dolor, llanto, angustia, miedo, ira, soledad, culpa y desesperanza, entre otras emociones.

Este entendimiento del duelo como un procedimiento que abarca un espectro más amplio de emociones y acciones arroja luz sobre la importancia de reconocer y aceptar estas diferencias individuales en el proceso de sanación emocional.

La aceptación de la pérdida juega un papel crucial en este procedimiento, porque les permite a los individuos adaptarse y encontrar un nuevo significado tras la ausencia de la persona amada. Ahí es donde entra a tallar la tanatología, que aborda todo lo relacionado con la muerte en el ser humano.

Originada del griego thanatos, que significa muerte; y logía, estudio, la tanatología se encarga de explorar el significado y los procesos relacionados con la muerte, incluidos los rituales y las emociones asociadas con ella.

Esta disciplina aborda el impacto de pérdidas significativas más allá de la muerte física, considerando al ser humano desde una perspectiva integral que incluye aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales.

La finalidad es asistir tanto a pacientes en fases terminales de enfermedades como a personas atravesando cualquier tipo de pérdida relevante, ofreciendo un camino hacia la trascendencia y la plenitud. A ellos se les brinda asesoramiento, acompañamiento y atención personalizada para facilitar la gestión de estas experiencias desafiantes, promoviendo el bienestar y la aceptación.

La importancia de la terapia de tanatología radica en su capacidad para abordar el dolor y la pérdida con sensibilidad, comprensión y respeto hacia la experiencia única de cada persona.

Dentro de los principios fundamentales de la tanatología, se busca ofrecer un trato humano y respetuoso tanto a aquellos que se encuentran en las últimas etapas de su vida como a los familiares y amigos que se verán afectados con la pérdida de un ser querido.

La tanatología incide notablemente en el principio de autonomía, destacando la dignidad del ser humano a través del respeto por su libertad y sus decisiones individuales. Esto se traduce en un enfoque terapéutico que promueve la toma de decisiones informadas por parte del paciente, asegurando una muerte digna y acorde a sus deseos y creencias.

Las sesiones de terapia tanatológica se diseñan para ser un espacio de reflexión, aprendizaje y acompañamiento, donde se prioriza el respeto por la vida y la aceptación del ciclo natural del vivir y morir.

Con este enfoque, la tanatología se posiciona como una ciencia integral que abarca no solo el aspecto médico, sino también el emocional y espiritual del ser humano frente a la muerte. Se trabaja hacia la construcción de un sistema de apoyo que permita a individuos y familias transitar por estos procesos con mayor tranquilidad y comprensión.