En una sociedad en constante envejecimiento, es fundamental comprender y abordar los desafíos del sueño que afectan a la población adulta mayor. La dra. Carla Arroyo Zevallos, especialista en Geriatría de la Clínica Javier Prado, brinda la información esencial sobre este tema crucial para el bienestar de nuestros adultos mayores.
La especialista detalla que, en adultos mayores, pueden surgir varios trastornos del sueño, siendo el insomnio el más común. Este se manifiesta como una insatisfacción con la cantidad o calidad del sueño, afectando la rutina diaria de la persona. La calidad del sueño está básicamente ligada a la salud general de los adultos mayores. Problemas de sueño pueden contribuir a trastornos del ánimo, fatiga, problemas de memoria y afectar la calidad de vida; además de tener un impacto social y laboral.
El insomnio, a menudo, es secundario a hábitos inadecuados de sueño, a procesos adaptativos como la jubilación o problemas familiares o condiciones médicas comunes en la vejez y a enfermedades cardíacas o pulmonares.
La polifarmacia y el uso inapropiado de medicamentos pueden ser desencadenantes de este problema; por lo cual, la Dra. Arroyo subraya la importancia de revisar la lista de medicamentos y ajustarla para optimizar el sueño.
Asimismo, indica que la jubilación no debe traducirse en inactividad. Mantenerse activo, tanto física como socialmente, es esencial para prevenir problemas de sueño. El sedentarismo y la falta de participación activa pueden contribuir a síntomas ansiosos y depresivos. De igual forma, mantener una rutina de sueño consistente es vital para la seguridad y autonomía de los adultos mayores. El sueño reparador contribuye al bienestar físico y mental, previniendo caídas y mejorando el estado de ánimo, la concentración y la memoria.
“La actividad física estructurada y repetitiva mejora la salud cardiovascular, pulmonar y mental, impactando positivamente en la calidad y estructura del sueño”, sostiene la geriatra.
Los problemas del sueño pueden estar vinculados a alteraciones del humor, estrés, ansiedad o depresión. Antes de recurrir a medicamentos para dormir, se enfatiza la importancia de investigar y tratar la causa subyacente de los trastornos del sueño. Las medidas de higiene del sueño son el primer paso, reservando los medicamentos solo para casos excepcionales y bajo supervisión.
Con conciencia, apoyo y acceso a especialistas, podemos mejorar la calidad de vida de nuestros mayores, asegurando que disfruten de un sueño reparador y una vida plena.
Qué dice la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que alrededor del 40% de los habitantes a nivel global enfrentan problemas para dormir adecuadamente, situación atribuida principalmente a factores como estrés, ansiedad, consumo elevado de cafeína, tabaco y alcohol, así como la toma de ciertos medicamentos y enfermedades preexistentes. Asimismo, ha destacado que la exposición a dispositivos audiovisuales antes de ir a la cama es otro factor que contribuye negativamente a la calidad del sueño. La importancia de un descanso nocturno adecuado es subrayada por la importancia que tiene para la salud.
La OMS enfatiza que mantener prácticas saludables antes de dormir es crucial. Esto incluye limitar la ingesta de sustancias estimulantes y gestionar adecuadamente los niveles de estrés y ansiedad. Además, se aconseja crear un ambiente propicio para el sueño, evitando el uso de dispositivos electrónicos que puedan alterar el ciclo natural del sueño. Se alienta a las personas a establecer rutinas antes de acostarse que promuevan el relax y preparen el cuerpo para el descanso.
El sueño reparador no solo mejora el estado de ánimo y la capacidad cognitiva durante el día, sino que también juega un papel fundamental en la salud física, contribuyendo a la prevención de enfermedades crónicas. Este reporte de la OMS pone en evidencia la necesidad de abordar el problema del insomnio y otros trastornos del sueño con medidas preventivas y cambios en el estilo de vida, además de buscar atención médica cuando sea necesario.