En Perú más de 2,5 millones sufren de enfermedad renal crónica, según el Minsa: ¿cómo cuidar la salud de los riñones?

En marzo de 2023, el Ministerio de Salud del Perú (Minsa) informó que más de 2.5 millones de peruanos sufren de enfermedad renal crónica. Debido a la alarmante cantidad de casos, se trata de un problema de salud pública que ha traído como consecuencia que el riñón sea uno de los órganos más requeridos por pacientes que esperan trasplantes en nuestro país.

También conocida como insuficiencia renal crónica, esta enfermedad afecta progresivamente el funcionamiento de los riñones. En sus etapas tempranas la enfermedad renal crónica presenta pocos síntomas, pero cuando se encuentra en fase terminal la vida del paciente depende de las diálisis o del trasplante de riñón.

En conmemoración del Día Mundial del Riñón, es importante señalar las medidas de prevención para cuidar los riñones y reducir así los riesgos de sufrir esta enfermedad que afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.

Según Mayo Clinic, la enfermedad renal crónica (ERC), también conocida como nefropatía crónica, se caracteriza por la pérdida gradual y lenta de la función de los riñones. Este par de órganos ubicados en el abdomen son los responsables de filtrar los desechos y el exceso de líquidos en la sangre, que son eliminados a través de la orina. De esta manera, los riñones ayudan a mantener el equilibrio de sustancias químicas (como sodio, potasio y calcio) en el cuerpo.

Debido a que en sus inicios, la ERC presenta apenas unos síntomas, es difícil detectarla hasta que ya se encuentra en estado avanzado, debido a que provoca la acumulación de altos niveles de líquido y desechos en el organismo, lo cual es peligroso para la salud.

Es importante señalar que los síntomas de la enfermedad renal crónica suelen manifestarse cuando los riñones ya han sido afectados con el paso del tiempo durante meses o años. Entre los síntomas de la ERC se encuentran los siguientes:

• Náuseas
• Vómitos
• Pérdida de apetito
• Fatiga y debilidad
• Micción más o menos abundante
• Calambres musculares
• Hinchazón en manos y pies
• Picazón y sequedad de la piel
• Presión arterial alta (hipertensión) difícil de controlar
• Dolor en el pecho, si se acumula líquido en el revestimiento del corazón

Debido a los numerosos síntomas de la enfermedad renal crónica, implica un impacto en la vida cotidiana debido a que dificulta el sueño, la alimentación, el trabajo y las actividades sociales.

Algunas de las enfermedades o afecciones que causan enfermedad renal crónica son las siguientes:

• Diabetes tipo 1 o tipo 2
• Presión arterial alta
• Obstrucción prolongada de las vías urinarias, producto del agrandamiento de próstata o la presencia de cálculos renales
• Reflujo vesicoureteral, una afección que hace que la orina regrese a los riñones

Algunos de los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecer ERC incluyen los siguientes:

• Diabetes
• Obesidad
• Presión arterial alta (hipertensión)
• Enfermedad cardíaca (cardiovascular)
• Hábito de fumar y tomar alcohol
• Antecedentes familiares de enfermedad renal
• Edad avanzada
• El uso frecuente de medicamentos que pueden dañar los riñones

Para cuidar los riñones y prevenir la enfermedad renal crónica, el Minsa recomienda lo siguiente:

• Evitar el consumo de alimentos procesados y el exceso de sal
• Realizar actividad física a diario
• Controlar el consumo de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos porque cuando son ingeridos durante mucho tiempo pueden causar daños en el riñón
• Si se sufre diabetes, obesidad o hipertensión hay que visitar al médico para llevar un tratamiento adecuado y realizar pruebas de manera regular para buscar signos de daño renal

El tratamiento de la enfermedad renal crónica se enfoca en retrasar el avance del daño renal a través del control de las enfermedades que causan la ERC. Sin embargo, si el paciente se encuentra en la etapa terminal las dos opciones que tiene son las diálisis y el trasplante de riñón.

La diálisis consiste en filtraciones artificiales a través de una máquina empleada para la eliminación de los desechos y el exceso de líquido de la sangre cuando los riñones ya no pueden realizar esta función.

El trasplante de riñón consiste en colocar el riñón sano de un donante vivo o fallecido en el cuerpo del paciente mediante una cirugía.

Dolores intensos en la parte baja de la espalda que no desaparecen, sangre en la orina y fiebre son algunos de los síntomas de piedras en los riñones. Estas pueden ser tan finas como un grano de arena o tan grandes como una alverja, muy pocas veces llegan a ser del tamaño de un limón. El nefrólogo Domingo Chang, de la Clínica Ricardo Palma, explica por qué se producen y cómo se tratan.

Las piedras en el riñón, o cálculos renales, se forman cuando hay un desbalance entre las sustancias que forman los cálculos (como calcio, oxalato, fósforo, ácido úrico), las sustancias que los evitan (potasio, citratos) y la cantidad de líquido que se elimina en la orina, que es igual a la cantidad de líquido que la persona consume. Algunos de estos elementos dependen de la dieta (como el líquido, los oxalatos, el potasio) y otros son defectos propios del riñón, algunas veces heredados o familiares.

Aunque las medidas de prevención varían según el tipo de piedra, existen recomendaciones generales para reducir el riesgo de que se desarrollen. Por ejemplo, beber de 2,5 a 3 litros de agua al día, reducir el consumo de sal y gaseosas e incrementar la ingesta de frutas y verduras, especialmente, las cítricas.

En cuanto al tratamiento, depende de cada caso y puede incluir un procedimiento quirúrgico invasivo o litotricia, que es una técnica extracorpórea que demanda un corte milimétrico. Desde el punto de vista médico, muy pocas piedras pueden ser disueltas con fármacos debido a su dureza. Y los pocos que son susceptibles requieren mucho tiempo de tratamiento para alcanzar esta meta.

Las complicaciones más comunes de los cálculos a los riñones son sangrado a través de la orina (hematuria) y dolor, que puede ser muy intenso. Otras molestias menos frecuentes, pero potencialmente graves, son la obstrucción de la vía urinaria y las infecciones del tracto urinario. Estas últimas, si no son tratadas a tiempo y adecuadamente pueden generar la falla permanente del riñón afectado.