En el Perú, en los últimos años se habla cada vez más de la brecha salarial entre hombres y mujeres, una problemática global que consiste en la diferencia de salario que existe entre ellos y ellas, y que en 2023 llegó a 25% en nuestro país, según el Instituto Peruano de Economía (IPE).
Sin embargo, además de la brecha salarial entre hombres y mujeres, la desigualdad también se encuentra en la cama porque existe la brecha orgásmica: las mujeres tienen menos orgasmos que los hombres en las relaciones sexuales heterosexuales.
¿Qué es la brecha orgásmica?
La brecha orgásmica es un término creado por Laurie Mintz, psicóloga de la Universidad de Florida y experta en sexualidad humana, que en 2017 descubrió en diversas investigaciones que las mujeres tienen una cantidad notoriamente menor de orgasmos en comparación con los hombres durante un encuentro sexual.
Esta desigualdad en la satisfacción sexual en las relaciones sexuales heterosexuales se comprobó en un amplio estudio de 2020, en el que casi el 90% de los hombres afirmó llegar al orgasmo, mientras que solo el 70% de las mujeres alcanzó el clímax. Pero, ¿cuáles son los principales 3 motivos por los que ellas tienen 20% menos orgasmos que ellos durante un encuentro sexual?
1. El tabú de la masturbación femenina
Una de las causas de la brecha orgásmica es que la masturbación femenina sigue siendo un tabú, es un tema del que se habla poco y se ignora mucho. Por eso es usual que las mujeres la consideren una práctica sexual innecesaria o inferior con respecto al sexo en pareja.
Sin embargo, la masturbación es una fuente de autoconocimiento corporal porque le permite a una mujer saber de qué manera le gusta ser estimulada, cuáles son sus zonas erógenas y cómo llegar al orgasmo.
Por eso disfrutar del sexo a solas, a través de la autoexploración del cuerpo y el descubrimiento del autoplacer, hace que las probabilidades de tener un encuentro sexual con más orgasmos aumenten exponencialmente.
La idea es que una mujer que sabe masturbarse guíe a sus parejas masculinas, en base al autoconocimiento corporal que ella ha obtenido en sus sesiones masturbatorias.
2. El coitocentrismo:
El coitocentrismo es la creencia que las relaciones sexuales se basan en el coito o penetración. La pornografía es un buen ejemplo de ello, pues usualmente representa la dinámica sexual entre hombres y mujeres en el siguiente orden: erección, penetración y eyaculación u orgasmo masculino.
Concebir las relaciones sexuales en estos términos provoca que se deje de lado o no se le de importancia al placer y al orgasmo de las mujeres. Por eso, es común que los hombres no se tomen el tiempo para estimular los sentidos de las mujeres a través de besos, caricias, palabras u otros elementos, que favorecen notoriamente el placer y el orgasmo femeninos.
El coitocentrismo también considera secundarias las prácticas sexuales más orgásmicas para las mujeres como lo son el sexo oral (cunnilingus) o la estimulación manual del clítoris.
3. El mito del orgasmo vaginal
A inicios del siglo XX, el padre del psicoanálisis Sigmund Freud estableció que existían dos tipos de orgasmo: el clitoriano y el vaginal y el primero era, por así decirlo, el correcto ya que, lo definió como propio de una mujer que se había desarrollado sexualmente. De esta manera se difundió la idea de que la penetración vaginal era la práctica más importante para el placer sexual de las mujeres.
Sin embargo, en el caso de las relaciones sexuales entre hombres y mujeres, lo primero a tener en cuenta es que la mayoría de ellas (81.6%) llega al orgasmo a través de la estimulación del glande del clítoris, que es la parte que se puede observar en la vulva. Mientras que solo un pequeño porcentaje (18.4%) de las mujeres puede alcanzar el clímax a través de la penetración vaginal.
Es necesario aclarar que incluso cuando se realiza el coito, el placer sexual y el orgasmo que una mujer puede experimentar ocurre debido al clítoris, ya que, además de su parte externa (el glande), este órgano también tiene una parte interna que se encuentra detrás de las paredes vaginales.
Por lo tanto, el orgasmo vaginal no existe porque todo orgasmo ocurre por estimulación de la parte externa o interna del clítoris. Para derribar el mito del orgasmo vaginal es necesario tener en cuenta que la vagina se asocia a la menstruación y el parto; y el clítoris se relaciona con el placer y el orgasmo.