El Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) anunció oficialmente la modificación de la normativa que reconoce a las ollas comunes como organización social de base (OSB), a través de la Resolución Ministerial N° 044-2024-Midis.
Este cambio normativo facilitará la labor de miles de mujeres que se organizan para garantizar la seguridad alimentaria a las poblaciones más vulnerables del país.
La viceministra de Prestaciones Sociales del Midis, Jessica Niño de Guzmán, dio a conocer la noticia este miércoles, 6 de marzo, a las lideresas de las ollas comunes, asegurando que este avance es el resultado de un diálogo con las comunidades involucradas.
Con la decisión del Gobierno, en coordinación con las ollas comunes, se brindará atención a más de 4.500 unidades que actualmente alimentan a cerca de 280 mil personas en situación de pobreza o pobreza extrema en diversos puntos del territorio nacional.
Midis asegura que ollas comunes ya no estarán en riesgo
El Programa de Complementación Alimentaria (PCA), adscrito al Midis, anunció que ha actualizado su normativa, eliminando la restricción de distancia previamente establecida para las ollas comunes.
Antes, era obligatorio que estas se encontraran separadas por al menos 500 metros una de la otra para ser consideradas en el programa, colocando en riesgo a un 77% de ellas, según una nota de La República.
Ahora, dicha medida fue suprimida con el objetivo de mejorar el acceso y la eficacia de la distribución de alimentos en zonas de alta densidad poblacional y geografía variada, especialmente en áreas como Lima Metropolitana.
Como resultado, hoy, 71 ollas comunes ubicadas en los distritos de Pachacamac, Rímac, Pucusana, Lurín y San Juan de Lurigancho han iniciado este proceso para incorporarse al PCA.
¿Qué ofrece el Programa de Complementación Alimentaria?
Para mejorar las condiciones de las ollas comunes en Lima, Metropolitana y Callao, el Midis también ha informado que viene llevando a cabo un programa de capacitación dirigido a más de 2,500 representantes de ollas comunes.
La iniciativa busca formalizar y fortalecer su organización mediante su inclusión en el Programa de Complementación Alimentaria (PCA), que, a su vez, permite el acceso a una serie de beneficios.
Entre ellos destaca el acceso a un presupuesto permanente, y la posibilidad de elegir los alimentos que conformarán las canastas ofrecidas a las lideresas de las ollas comunes, así como la elección de sus directivas y la recepción de donaciones.
Además, el programa incluye visitas de verificación y asistencia técnica tanto a los Gobiernos locales como a las propias ollas comunes, asegurando así un acompañamiento integral en el proceso de formalización y mejora de estos espacios vitales para la seguridad alimentaria en las zonas más vulnerables del país.
De acuerdo a una publicación del Instituto Peruana de Economía (IPE), durante la primera mitad del año pasado, alrededor del 6,3% de la población —equivalente a más de 2,1 millones de personas—, se vieron en la necesidad de disminuir su ingesta alimentaria.
Dicha cifra es la más alta registrada en los últimos 16 años, sin tomar en cuenta el periodo de la pandemia. Frente a ello, las ollas comunes se autogestionan y hace frente para combatir esta realidad.