Esta es la semilla peruana que ayuda a prevenir el cáncer, la diabetes y los problemas del corazón

La riqueza nutricional del Perú se despliega en los mercados mundiales, donde los superalimentos peruanos vienen ganando terreno gracias a su calidad y propiedades únicas. La papa, kiwicha y camu camu son solo algunos ejemplos que han conquistado paladares, aprovechando la riqueza de la biodiversidad que caracteriza a nuestro país.

Sin embargo, hay una semilla que es un pilar en la alimentación desde tiempos ancestrales, incluso durante la época de los incas: la quinua. Este grano, considerado como uno de los emblemas nacionales, ofrece una serie de beneficios para la salud. Por esta razón, los expertos en nutrición recomiendan su consumo como una medida preventiva contra enfermedades degenerativas como el cáncer de colon, la diabetes y problemas cardiacos.

La nutricionista Lisbeth Soria habla sobre los beneficios de la quinua en la salud digestiva y metabólica. Enfatiza que su inclusión regular en la dieta puede tener un impacto positivo. Esta semilla es reconocida por su alto contenido de fibra, se destaca por su capacidad para mejorar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Esta característica es crucial, ya que el estreñimiento crónico puede ser una señal de advertencia de problemas más graves, como el cáncer de colon.

Al ser un carbohidrato complejo, la quinua no presenta riesgos para quienes padecen diabetes, por el hecho de que ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre. Este control más gradual de la glucosa contrasta con la rápida elevación que suelen provocar alimentos con alto contenido de azúcar, lo que la convierte en una opción segura y saludable.

Tiene la capacidad para eliminar grasas del cuerpo, ya que evita que ingrese en grandes cantidades al torrente sanguíneo, este superalimento contribuye a prevenir la formación de ateromas, depósitos de grasa que pueden obstruir las venas y arterias con el tiempo. Esta obstrucción es un factor de riesgo importante para enfermedades cardiovasculares, como los infartos de miocardio.

Para empezar, contiene los ocho aminoácidos esenciales para la salud, fundamentales para el crecimiento, la producción de colágeno y la desintoxicación del hígado. Asimismo, estimula la producción de serotonina, contribuyendo a la relajación y a un mejor descanso.

Su arsenal antioxidante es incomparable, haciendo frente a los radicales libres y protegiendo nuestras células de los estragos del tiempo. Además, los aminoácidos presentes en la quinua no solo construyen proteínas, sino que también son actores clave en la reparación muscular, contribuyendo así a una recuperación más rápida después del ejercicio.

No es de extrañar que tanto la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) califican a la quinua como un alimento único por su altísimo valor nutricional. Su riqueza es impresionante: proteínas, ácidos grasos saludables, minerales como el calcio, hierro y magnesio, y un abanico de vitaminas que nutren nuestro cuerpo y mente.

La historia de la quinua se remonta a milenios atrás, con evidencias de su uso que datan de tiempos prehispánicos. A través de evidencias arqueológicas dispersas por los Andes, se vislumbra el legado milenario de este pequeño grano. Desde el norte chileno hasta las regiones peruanas de Ayacucho, Tarapacá y más allá.

Con la llegada de los españoles, esta semilla ya había florecido en los campos incas, siendo parte esencial de su dieta y su economía. Aunque inicialmente hubo confusión sobre su identidad, los cronistas como Inca Garcilaso de la Vega señalaron su presencia en los campos de cultivo y su semejanza con otros granos conocidos. Incluso en la cerámica de la cultura Tiahuanaco se encuentra su representación, subrayando su arraigado papel en la vida cotidiana de las antiguas civilizaciones.