¿Por qué Perú tiene a los ciudadanos más bajos en América del Sur? Esto dice la génetica y la nutrición

La organización NCD Risk Factor Collaboration reveló, en su estudio del año 2019, que los peruanos presentan la estatura más baja en toda Sudamérica. Con una altura promedio de 1.66 metros para hombres y de 1.54 metros para mujeres, el país se ubica en la última posición en cuanto de la región, lo que contrasta significativamente con Brasil, que lidera el ranking con 1.75 metros en hombres y 1.61 metros en mujeres.

Si bien este dato pudo pasar como algo anecdótico, detrás de esta premisa se esconden escasez de políticas públicas e incluso de investigación en el ámbito nacional.

Los especialistas afirman que, entre un 80% y 90% de la altura que puede tener un individuo está condicionado a su carga genética y lo restante al ambiente que lo rodea. Sin embargo, en el caso del Perú, hay un elemento que cambia el desarrollo de sus ciudadanos.

En el 2020, la agencia Sinc dio a conocer que, según un estudio genético realizado en Lima Metropolitana, se encontró que una mutación del gen FBN1 sería el responsable por la baja altura de los peruanos.

Esta variante se encuentra exclusivamente en personas de ascendencia nativa americana, indica al medio Soumya Raychaudhuri, autor principal del informe e investigador en el Broad Institute of MIT and Harvard. Como se sabe, un gran porcentaje de los peruanos tiene raíces indígenas.

Esto quiere decir que cada copia del gen se asoció con una disminución de la altura en 2.2 centímetros, aproximadamente. Si un individuo tenía dos copias de la variante, eran 4.4 centímetros más bajos.

Para Hugo Abarca , docente de Medicina Humana de la Universidad Científica del Sur, todavía nos falta conocer más sobre qué genes podrían ser determinantes para los peruanos.

“En otras partes del mundo están justamente buscando estos cambios genéticos. En un futuro se podría predecir con certeza, en un pequeño o recién nacido, cuál sería su talla”, menciona en entrevista con Infobae Perú.

“Así se podría manejar más individualizado el seguimiento, de tal forma que podríamos decir que un paciente puede alcanzar 1.70 cm, pero vemos que el crecimiento que está teniendo va a ser 1.65 cm. Entonces, si bien está dentro de lo normal, se puede inferir que hay algo que está afectando esos cinco centímetros que le están faltando”, agrega.

Abarca comenta, además, que otra de las causas de que una persona tenga una estatura pequeña es una deficiencia en la producción de la hormona del crecimiento.

“Es por eso que en la evaluación que hacemos vemos la talla de los padres, principalmente, incluso lo ideal es ver la de los hermanos, de los abuelos, para ver si es hay un componente genético importante que puede estar provocando que esas personas tengan la talla por debajo de lo normal”, explica.

Para los pacientes que tienen déficit en la hormona del crecimiento, sí se le puede brindar inyecciones para remediar este problema. No obstante, este no es un tratamiento que se puede ofrecer a todas las personas que tienen talla baja, advierte el médico genetista de la Universidad Científica del Sur.

El otro 20% que condiciona la estatura de una persona es el ambiente que lo rodea y dentro de este componente se encuentra la alimentación. Si bien la influencia es menor a comparación de la genética, la nutrición es un elemento importante en el desarrollo de los niños y adolescentes y que puede determinar de muchas maneras su futuro.

El nutricionista Abel Falcón recuerda que el crecimiento de una persona se da durante su infancia, especialmente en los tres primeros años de vida, y en la adolescencia, que es cuando llega el conocido ‘estirón’.

En estos años, la alimentación es fundamental para determinar si se otorga el suficiente calcio para que crezcan los huesos y proteínas para que se desarrolle la masa muscular.

Este cuadro se podría agravar si se presentan enfermedades diarreicas agudas, alerta el especialista, ya que se pueden perder electrolitos y zinc.

“También tenemos incidencias de que en el Perú, en la parte rural, existe casi un 21% de niños que tienen desnutrición crónica en los cinco primeros años de vida. Si de por sí ya tienen una desnutrición crónica, no reciben los aportes suficientes de proteínas, energía ni minerales, entonces van a llegar a su adolescencia con una talla baja”, precisa.

Además, la anemia también se ha presentado como un reto para el Perú. “Cuando un niño tiene anemia, le afecta en la estatura. Eso no se puede recuperar. Por más leche que tome, por más deporte que haga ya no se puede recuperar”, dijo Falcón.

Falcón hace incidencia en una problemática transversal de todo lo que rodea al crecimiento es la economía familiar. En el Perú, no todos los grupos familiares cuentan con las mismas condiciones financieras y esto afecta el acceso que pueden tener a una mejor nutrición.

El especialista comenta que en la ciudad puede haber una gran variedad de alimentos, pero en las áreas rurales a veces solo está al alcance lo que se cosecha y los pocos animales que se crían.

Aunque el Estado continúe implementando charlas educativas a los padres de familia sobre cómo evitar la anemia o cómo cubrir las proteínas necesarias en la dieta, lo más probable es que esto no sea suficiente debido a la situación de pobreza en la que se encuentran.

“Lo que se suele ver en estos talleres es que viene la mamá, que es de una situación muy precaria, ni siquiera tiene un hogar con agua y saneamiento, ni pueden tener un lugar donde hacer sus necesidades. Viene una mamá con tres o cuatro hijos y todos están desnutridos”, sostiene.

“Cuando uno hace estos talleres y les dice consuma sangrecita con pollo o res, dicen: pero yo no tengo para conseguir estos alimentos, a las justas puedo dar arroz con menestras y no tengo para comprar todos los días una ración de pollo. Esa parte sí es ajena a nuestro nuestra intervención. Ahí lo que se tendría que ver es una mejor planificación familiar y brindar más oportunidades laborales en ese sector para que se pueda desarrollar mejor económicamente”, añadió.

El nutricionista recuerda que programas como Kali Warma pueden ayudar para cubrir el desayuno y una merienda, pero que esto no cubre el 100% de las necesidades de estas personas.

Según Hugo Abarca , hay tratamientos específicos que se están desarrollando para algunas condiciones genéticas como la acondroplasia, una de las displasias esquelética más frecuentes. Por ejemplo, desde hace más de dos años, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó Voxzogo, el medicamento de la empresa BioMarin para personas que tienen esta condición.

El fármaco solo se puede usar para niños menores de 5 años, pero sigue siendo un avance importante para este campo dela ciencia.

Por ello, se estaría buscando continuar por este camino con el fin de ayudar a cada vez más pacientes. “Para muchas de las personas que tienen una talla con algún cambio genético especifico, en el tiempo vamos a tener a la mano estos tratamientos que nosotros llamamos personalizados o de precisión”, explicó.

Sin embargo, además de esperar los avances científicos de laboratorios, el médico genetista recalcó que se debe continuar investigando dentro del territorio nacional

“Es importante ampliar estos estudios para que no nos enfoquemos solamente en que el ambiente es el que está provocando la talla baja, además, que no se tomen medidas equivocadas desde un punto de vista de salud pública”, puntualizó.

En conclusión, si bien puede resultar curioso que los peruanos tengan la estatura más pequeña de toda América del Sur, en realidad hay carencias que no nos permiten desarrollarnos en todo nuestro potencial.

Los especialistas entrevistados por Infobae Perú insisten en más investigaciones y mejorar la situación financiera de las familias más pobres del país. Así, podremos conocer no solo por qué nos vemos de cierta manera, sino también los problemas de salud que aquejan a la población más vulnerable y cómo podemos solucionarlo.