Una de las actividades recreativas más comunes durante el verano es nadar en la piscina, sin embargo ha causado preocupación la noticia de un adolescente de 17 años cuya vida está en peligro luego de haber contraído la ameba ‘come cerebro’ al sumergirse en una piscina contaminada en Canta.
El menor vive desde hace nueve meses con una ameba alojada en su cerebro que ha generado la pérdida de movilidad en la mitad de su cuerpo. Si bien se trata de un caso grave, ya que esta ameba puede provocar la destrucción del tejido cerebral, existen otro tipo de infecciones que pueden contraerse al nadar en una piscina.
5 tipos de infecciones en la piscina
Cuando los centros de ocio acuático no se encuentran desinfectados, las actividades recreativas de verano como nadar en la piscina nos exponen a diversas infecciones que usualmente afectan al sistema digestivo, la piel, el oído, los ojos y el sistema respiratorio.
- Enfermedad gastrointestinal aguda: La enfermedad gastrointestinal aguda o gastroenteritis es una inflamación del revestimiento del estómago y los intestinos y sus síntomas son vómitos y diarrea. La enfermedad gastrointestinal aguda es provocada por los siguientes agentes patógenos: el parásito Cryptosporidium, el virus Norovirus y las bacterias Shigella, Escherichia coli (E. coli) y Giardia.
- Piel: El parásito Esquistosoma aviar afecta la piel porque produce cercariosis cutánea (salpullido).
- Oído: Las bacterias Pseudomonas generan infecciones en el oído como la foliculitis de la bañera, que causa protuberancias que pican y que pueden originar ampollas llenas de pus; y el oído de nadador, cuyos síntomas son la comezón, el enrojecimiento y la secreción de líquido claro y sin olor.
- Ojos: Cuando los productos químicos de la piscina como el cloro, el bromo y el ácido clorhídrico no se encuentran en cantidades adecuadas pueden provocar irritación en los ojos e incluso una visión borrosa transitoria leve.
- Enfermedad respiratoria aguda: La bacteria Legionella puede originar una enfermedad o infección respiratoria aguda, que comprende una serie de enfermedades que afectan a todo el aparato respiratorio como la nariz, la garganta, la tráquea, los bronquios y los pulmones. Los síntomas son mucosidad en la nariz, tos y dificultad respiratoria.
¿Cómo prevenir las infecciones en la piscina?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan dos medidas para prevenir la contaminación acuática y las enfermedades o infecciones transmitidas por el agua en espacios recreativos especialmente durante el verano.
El primer paso para asegurar un ambiente acuático saludable es prevenir la introducción de microorganismos patógenos al agua. Esto implica una responsabilidad compartida entre los usuarios de espacios acuáticos recreativos, quienes deben ser conscientes de su estado de salud antes de decidir sumergirse. Por eso es fundamental no ingresar a estos entornos si se presenta o se ha presentado diarrea en las últimas dos semanas.
El segundo paso consiste en evitar la ingestión de agua durante el nado y secarse bien los oídos tras salir del agua. Estas pequeñas prácticas de higiene contribuyen de manera efectiva a minimizar el riesgo de infecciones.
Un paso adicional que se puede realizar a nivel nacional es visitar Verano Saludable, el sitio web del Ministerio de Salud del Perú (Minsa) en el que se encuentra disponible un buscador para verificar qué playas y piscinas del Perú están en buen estado para disfrutar del verano sin preocuparnos por contraer alguna infección.
Las medidas preventivas son especialmente relevantes en temporadas de verano debido al alto nivel de afluencia en las piscinas y parques acuáticos, donde el riesgo de propagación de enfermedades puede incrementarse. Por último, es importante destacar que las personas que tienen mayor riesgo de contagio de infecciones en las piscinas son los niños, las mujeres embarazadas y las personas con un sistema inmunitario debilitado.