Una mujer llega a la comisaría llevando a su bebé de dos meses en brazos. Se acerca a los policías y les pide ayuda para su hijo que no se siente bien, pero cuando ellos se acercan notan que el pequeño está muerto. Conmocionados por la presencia del cadáver del bebé, los efectivos interrogan a la joven mamá hasta que ella confiesa: ahogó a su hijo en la tina de un hotel.
Se trata de un hecho ocurrido en Arequipa a inicios de noviembre de 2018, el nombre de la mujer no figura en las noticias ni tampoco se hace seguimiento a lo ocurrido con ella. A pesar de lo inusitado del caso, en ningún momento se menciona siquiera la posibilidad de que esa mujer pueda sufrir psicosis posparto porque este trastorno mental es poco conocido y, por ende, no suele ser nombrado cuando se abordan casos de infanticidio en la prensa peruana.
Sin embargo, existen varios trastornos mentales vinculados a la maternidad que afectan precisamente a las mujeres durante el posparto y que ponen en riesgo su salud y la de su bebé: la psicosis posparto es el menos frecuente pero el más grave de dichos trastornos porque puede tener consecuencias mortales para mamá e hijo.
Cuando el posparto es tristeza, depresión o psicosis
Tener a su bebé recién nacido entre los brazos luego del parto es usualmente descrito como uno de los mejores momentos en la vida de una mamá, pero la maternidad no es color de rosa y prueba de ello es que un porcentaje de mujeres atraviesa por diversos trastornos mentales en los meses posteriores al nacimiento de sus hijos.
La condición más común que puede ocurrir tras dar a luz es la tristeza posparto, también conocida como baby blues, que comprende algunos cambios en el estado de ánimo de la mamá. Ella puede experimentar ansiedad, fatiga, tristeza e irritabilidad durante las primeras dos semanas posteriores al parto.
De acuerdo a los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, hasta el 85% de mujeres atraviesa por la tristeza posparto. Sin embargo, no se trata de un trastorno mental, el baby blues podría ser más bien una consecuencia de los cambios hormonales ocurridos durante los primeros días posteriores al parto. La caída en los niveles de los estrógenos y la progesterona, luego del nacimiento del bebé, puede producir alteraciones químicas en el cerebro de la mamá, que dan como resultado un estado de tristeza.
Si a eso se le suma la falta de sueño o una alimentación deficiente debido a los cuidados que demanda un recién nacido, es más probable que se produzca la tristeza posparto. Los síntomas del baby blues pueden prolongarse durante dos semanas y luego desaparecen por sí solos sin necesidad de ningún tratamiento.
En el caso de la depresión posparto, el porcentaje es menor pero los síntomas de ansiedad, fatiga, tristeza e irritabilidad son más intensos y se prolongan durante más de dos semanas debido a que este sí es un trastorno mental. Los NIH señalan que entre el 10% al 15% de mujeres que dan a luz sufren de depresión posparto cada año.
Algunos de los efectos de esta enfermedad mental es que a las mujeres se les dificulta realizar las tareas diarias, lo que incluye labores relacionadas con el cuidado de su bebé y con su propio autocuidado. Sin embargo, nada de esto se compara con sufrir psicosis posparto, un trastorno mental que puede llevar a las mamás a cometer infanticidio, suicidio o ambos.
El horror de la psicosis posparto
Conocida también como psicosis puerperal, la psicosis posparto es una enfermedad mental grave, al mismo tiempo que un tabú de la maternidad. “No sólo la psicosis postparto, sino en general la salud mental materna es un tabú, está estigmatizada y además hay mucha desinformación al respecto”, afirma la psicóloga perinatal Stefanie Schmidt en conversación con Infobae Perú.
“El mito que vivimos de la maternidad perfecta, hermosa e idealizada lo que hace es ignorar u ocultar este tipo de problemática. Al romantizar la maternidad, se genera el tabú y el estigma alrededor de las dificultades que pueden presentarse a lo largo del embarazo, el parto, el postparto y los primeros años de vida del bebé, que son etapas vulnerables de la salud mental de las mujeres”, continúa Schmidt, quien además es fundadora de la Red Peruana de Salud Mental Perinatal.
De acuerdo a la organización Apoyo Posparto Internacional (PSI), la psicosis posparto es poco frecuente, ya que sólo se presenta en uno o dos de cada mil partos. Los síntomas suelen aparecer durante las dos primeras semanas posteriores al parto y son los siguientes: depresión severa, insomnio, paranoia y desconfianza, delirios o creencias extrañas y alucinaciones que incluyen ver u oír cosas que no existen. Pero el síntoma más alarmante de esta enfermedad mental son los pensamientos suicidas de la mamá o los pensamientos homicidas de ella dirigidos a su bebé que, de concretarse, pueden llevarse a cabo por separado o en conjunto.
Por este motivo es que la psicosis posparto es considerada una emergencia médica, ya que las mamás que padecen este trastorno mental se encuentran en riesgo de hacerse daño a sí mismas o a sus bebés y necesitan recibir ayuda profesional de inmediato, tal como señala el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Reino Unido.
El camino hacia una maternidad libre de psicosis
A pesar de la gravedad de sus síntomas, la psicosis posparto es una enfermedad mental de la que una mujer puede recuperarse completamente en un periodo aproximado de entre seis a doce meses si es que recibe el tratamiento psiquiátrico y psicológico adecuados.
La medicación suele consistir en antipsicóticos y antidepresivos, ya que las mujeres que tienen un diagnóstico previo de trastorno bipolar o esquizofrenia tienen un mayor riesgo de padecer psicosis posparto, de acuerdo al NHS. Según Guillermo Ladd, psiquiatra del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi, mientras la mamá esté medicada necesita contar con supervisión y apoyo porque, bajo el efecto de los fármacos, es probable que no le sea posible realizar las tareas diarias, por lo menos durante la fase inicial del tratamiento psiquiátrico.
En conversación con Infobae Perú, Ladd señala que, respecto a la relación entre la mujer y su hijo, mientras la psicosis posparto no se encuentre bajo control “es recomendable que haya una separación entre la mamá y el bebé porque encargarle el cuidado de un recién nacido a una mujer con este trastorno mental puede derivar en suicidio, infanticidio o ambos. Por lo tanto, es necesario el acompañamiento de un familiar que se encargue del cuidado del recién nacido. Aunque, también ocurre a veces que las mamás psicóticas tienen delirios de daño y agresividad hacia quienes ayudan con el cuidado del bebé, en cuyo caso sería conveniente una hospitalización”.
Por otro lado, en cuanto a la terapia psicológica, Schmidt destaca la importancia de que el profesional de la salud mental cuente con información específica en psicología perinatal para que pueda brindar un acompañamiento oportuno a la mujer con psicosis posparto: “la mamá debe estar continuamente monitoreada en cuanto a tratamiento y evolución, pero también debe ser acompañada, contenida y sostenida emocionalmente. La terapia psicológica ayuda a a entender lo que está pasando, a procesar lo vivido, y a encontrar la manera de proteger el vínculo entre la mamá y su bebé”.