En Perú, aproximadamente un 35% de la población podría estar enfrentándose a problemas de consumo de alcohol sin reconocerlo y entre un 8 a 10% podría haber desarrollado dependencia al alcohol o alcoholismo, según anunció a finales de noviembre último el médico psiquiatra Alfredo Saavedra Castillo.
Saavedra, director ejecutivo de la Dirección de Adicciones del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado-Hideyo Noguchi (INSM), señaló que estas preocupantes estadísticas provienen de estudios poblacionales realizados en conjunto por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) y el propio INSM.
El reconocido psiquiatra resaltó la urgencia de abordar esta crisis de salud pública y aclaró que el reconocimiento del alcoholismo como una enfermedad es esencial para que aquellos afectados busquen y reciban la ayuda necesaria.
Riesgos del alcoholismo para la salud mental
En diálogo con el diario El Peruano, Saavedra explicó que el alcohol, al ser una droga de alto uso social, actúa como un depresor del sistema nervioso central. De acuerdo a MedlinePlus, esto quiere decir que el consumo de bebidas alcohólicas hace más lenta la actividad cerebral.
Entre sus efectos más notorios se encuentra el cambio del estado de ánimo y del comportamiento, así como la pérdida de autocontrol. Además, puede causar problemas con la memoria, dificultar el pensar con claridad y afectar la coordinación corporal.
El consumo de alcohol frecuentemente se asocia con la intención de evadir problemas emocionales, proporcionando así una sensación engañosa de calma. Sin embargo, este uso puede conducir a un círculo vicioso de abuso y eventual dependencia o alcoholismo, lo que afecta la salud mental ya que incrementa el riesgo de padecer trastornos mentales graves como ansiedad, depresión y otras adicciones.
Según el director del INSM, este patrón de consumo de alcohol puede llegar incluso a ser tan severo que lleve a las personas a poner en riesgo sus propias vidas. Por eso Saavedra resalta la importancia de tomar conciencia sobre esta problemática que afecta la salud mental de los ciudadanos.
Síntomas del alcoholismo
Reconocer el propio consumo de bebidas alcohólicas para determinar si es problemático es el primer paso para hacerle frente al alcoholismo y, con ello, prevenir o reducir el riesgo de sufrir algún trastorno de la salud mental.
Para identificar el alcoholismo es necesario conocer sus síntomas, entre ellos, Mayo Clinic, destaca los siguientes:
- Incapacidad para limitar la cantidad de bebidas alcohólicas que se consume
- Deseos intensos de tomar bebidas alcohólicas
- Dificultad o incapacidad para cumplir con obligaciones importantes en el trabajo, la escuela o el hogar debido al consumo de alcohol
- Continuar tomando bebidas alcohólicas aun cuando provoca problemas sociales, laborales o interpersonales como perder amistades, conflictos en el trabajo o discusiones con la pareja y la familia
- Limitar las actividades sociales y los pasatiempos para dedicar ese tiempo libre al consumo de alcohol
- Tomar bebidas alcohólicas en situaciones de riesgo como al manejar un auto o al nadar
- Desarrollo de tolerancia al alcohol, lo que hace que sea necesario tomar más para sentir el efecto o se siente menos el efecto si se toma la misma cantidad habitual de bebidas alcohólicas
- Tener síntomas de abstinencia cuando no se toma alcohol como náuseas, sudoración y temblores o bien consumir alcohol para evitar estos síntomas
Tratamiento para el alcoholismo
El tratamiento para el alcoholismo, conocido también como trastorno por consumo de alcohol, consiste en terapia psicológica con el objetivo de identificar y ayudar a cambiar los comportamientos que conducen a un consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
Entre los diversos tipos de psicoterapia la terapia cognitivo conductual (TCC) es una de las más empleadas para el tratamiento del alcoholismo. La TCC no sólo permite reconocer los sentimientos y situaciones que pueden llevar a un alto consumo de alcohol sino que también le enseña al paciente las habilidades que necesita para enfrentar su deseo por tomar bebidas alcohólicas para lo cual el manejo del estrés es fundamental.