El intenso sol anima a las personas a acudir a las piscinas y playas para disfrutar y refrescarse en compañía de familiares y amigos durante el verano. Los veraneantes aprovechan las vacaciones y los fines de semana para asistir a estos lugares que, por lo general, están abarrotados de gente.
Cientos de personas suelen congregarse en las orillas del mar para disfrutar de sus aguas, algunos se quedan sentados bajo una sombrilla, pues no quieren ‘quemarse’. Lo cierto es que en algún momento del día la radiación ultravioleta dañará su piel. Muchos visitantes no se preocupan por estos temas, que pasan a segundo plano cuando se zambullen al mar frío y disfrutan nadando libremente.
Al concluir la jornada, quienes no se han aplicado protector o bloqueador solar en la piel, se dan cuenta de que su rostro, espalda y brazos están irritados, una situación que se habría evitado con el uso de productos que bloquean o minimizan la incidencia dañina de los rayos ultravioleta (UV) en la piel.
A pesar de haber visto campañas de prevención contra el cáncer de piel en algún momento de sus vidas, algunas personas no han cuidado su piel al exponerse al sol por períodos prolongados. Este descuido puede afectar su salud.
Infobae Perú conversó con Fabiana Suero, dermatóloga de la Clínica Limatambo, quien explicó que la radiación ultravioleta daña el ADN de las células de la piel y señaló que, en algunos casos, el cáncer de piel tiene un componente genético.
Con respecto a los tipos de radiación ultravioleta que afectan la piel, la doctora mencionó que existe un amplio espectro, pero dijo que dos están asociados al cáncer de piel. “Básicamente, se habla de dos tipos de radiación ultravioleta que dañan la piel en términos de cáncer de piel; se trata del UVB y la UVA. De las dos, la que penetra más profundamente, por así decirlo, es la tipo A”, sostuvo.
Dado que ambos rayos ultravioleta atraviesan la piel, es necesario protegerse de la radiación solar en cualquier mes del año. En ese sentido, The Skin Cancer Foundation explicó que los rayos UVA afectan a la piel de las personas, causando daño genético a las células en la parte más interna de la capa superior de la piel, donde ocurre la mayoría de los cánceres de piel.
Esta fundación también destacó que la sobreexposición a los rayos UVB causa bronceado, quemaduras y, en casos severos, ampollas, ya que esta radiación penetra y daña las capas más externas de la piel.
En cuanto al daño causado por los rayos UVA y UVB al ADN de las células de la piel, los defectos genéticos o mutaciones pueden provocar cáncer de piel y envejecimiento prematuro. Esto no ocurriría si uno se expone por un corto tiempo al sol. En relación con esto, el doctor Alberto Cormillot recomendó tomar entre 15 y 20 minutos de sol sin protección en la cara y en los brazos; también sugirió evitar las horas que van desde las 10:30 o 11:00 hasta las 16:00.
Sobre este tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que, si bien pequeñas cantidades de radiación ultravioleta son necesarias para producir vitamina D, la exposición excesiva tiene consecuencias negativas para la salud, ya que puede causar cáncer.
En otro momento de la entrevista, la doctora Suero también abordó el factor genético del cáncer de piel. “Si alguien tiene un familiar directo con antecedentes de cáncer de piel, hay una mayor probabilidad de que una persona padezca esta enfermedad; esto se debe a que existe una carga genética”, manifestó.
Finalmente, la OMS recalcó que los cánceres de piel están causados principalmente por la exposición a la radiación ultravioleta (UVA y UVB), ya sea del sol o de fuentes artificiales como las camas de bronceado.
Es inevitable exponernos al sol. Por eso, es vital tomar medidas de protección, como aplicarse un protector solar de amplio espectro en las zonas de la piel que no se puedan cubrir con la ropa, utilizar gafas de sol envolventes que garanticen una protección del 99% al 100% contra los rayos ultravioleta A y B, usar un sombrero de ala ancha, entre otros.
¿Cuáles son las principales funciones de la piel?
- Actúa como escudo defensivo: Gracias a sus sistemas celulares e inmunitarios avanzados, la piel protege nuestro organismo del ambiente, resguardándonos de infecciones, variaciones extremas de temperatura y traumas como impactos y quemaduras. Esta barrera discrimina entre elementos perjudiciales y beneficiosos para el cuerpo.
- Controla la hidratación y la temperatura: La piel evita la pérdida de fluidos, células y sustancias clave, jugando un papel crucial en nuestra hidratación y bienestar general. A través de la transpiración, expulsa toxinas y regula la termorregulación corporal.
- La función sensorial del tacto: Nuestra piel, con sus numerosas terminaciones nerviosas, percibe y transmite sensaciones táctiles. Cada centímetro cuadrado de piel contiene miles de receptores que comunican información al cerebro en tiempo real para su interpretación y respuesta.
- Producción de Vitamina D: Al recibir luz solar directa, la piel tiene la habilidad de sintetizar Vitamina D, esencial para la salud ósea y escasa en la dieta habitual, asegurando el mantenimiento de huesos y tejidos óseos robustos.