Orgasmo doloroso: la disorgasmia, una condición femenina que impide disfrutar del sexo

Entre las disfunciones sexuales más comunes de las mujeres peruanas se encuentra el trastorno orgásmico o anorgasmia, según una investigación de 2021 publicada en la revista académica La Colmena de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). La anorgasmia es la ausencia de orgasmo en las experiencias sexuales de una mujer y se puede encontrar abundante información al respecto. Pero no pasa lo mismo con otro tipo de disfunción sexual en la que el orgasmo sí ocurre pero va acompañado de dolor.

El orgasmo femenino es la cumbre del placer sexual para las mujeres, por lo tanto está asociado a sensaciones agradables como excitación, goce y satisfacción. Sin embargo, algunas pueden experimentar orgasmos dolorosos debido a la disorgasmia, una condición que impide disfrutar del sexo.

La disorgasmia es una condición caracterizada por la sensación de dolor en el abdomen durante o después del orgasmo femenino. Las causas más comunes de la disorgasmia son disfunciones o enfermedades relacionadas con el piso pélvico, el útero y los ovarios.

Se trata de un problema que afecta a las mujeres al impedirles disfrutar del clímax sexual y en la actualidad hay pocos datos de investigación disponibles sobre la disorgasmia. Aunque todavía no existe un estudio que establezca el porcentaje de mujeres que sufren de orgasmo doloroso, el urólogo y especialista en trastornos pélvicos Michael Ingber, en conversación con Healthline, estima que el 10% de las mujeres sufren de esta experiencia en algún punto de su vida.

Es necesario aclarar que la disorgasmia no es lo mismo que la dispareunia, ya que, según Mayo Clinic, esta última ocurre cuando se siente dolor en la vagina durante la penetración sin importar si se alcanza el orgasmo o no.

Las principales causas de un orgasmo femenino doloroso son: disfunción del suelo pélvico, endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica, quistes ováricos y miomas uterinos.

1. La disfunción del suelo pélvico

La disfunción del suelo pélvico describe un amplio rango de problemas relacionados con los músculos de la pelvis y es la causa más común de disorgasmia. Los músculos del suelo pélvico, que se extienden desde el hueso púbico hasta el coxis y de lado a lado, son fundamentales para sostener órganos como el útero y la vejiga. En ciertos casos, estos músculos, ya tensos, se contraen de manera excesiva durante el orgasmo, lo que resulta doloroso. La tensión preexistente en el suelo pélvico puede incrementarse durante el clímax sexual de tal manera que las contracciones musculares provocan una compresión nerviosa, lo cual lleva a experimentar dolor en el momento del orgasmo.

Las consecuencias de un suelo pélvico disfuncional pueden ir desde incomodidad leve hasta un dolor intenso que interfiere con el placer sexual. En este caso las terapias para combatir la disorgasmia pueden incluir ejercicios de relajación muscular, técnicas de respiración y, en algunos casos, tratamiento fisioterapéutico especializado.

2. La endometriosis

La endometriosis, una afección en la que el tejido uterino crece fuera del útero, se identifica principalmente por causar dolor pélvico intenso. Este padecimiento también se asocia habitualmente con dolor durante las relaciones sexuales y el orgasmo. Esta condición afecta a un número significativo de mujeres en edad reproductiva, aunque el diagnóstico a menudo puede ser complejo y tardío.

Aunque la endometriosis es una enfermedad crónica y sin cura definitiva, existen tratamientos que buscan aliviar el dolor y mejorar los síntomas relacionados. Desde opciones hormonales hasta intervenciones quirúrgicas, el enfoque puede variar según la severidad y la respuesta individual de cada paciente.

3. La enfermedad inflamatoria pélvica

Otra causa del orgasmo femenino doloroso es la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), una infección que afecta a los órganos reproductivos femeninos y es típicamente consecuencia de una infección de transmisión sexual (ITS) no tratada que se extiende al útero, las trompas de Falopio o los ovarios. En los casos en que se diagnostica y trata a tiempo, los antibióticos pueden ser eficaces para eliminar la infección.

Los síntomas de la EIP incluyen sangrado durante las relaciones sexuales, manchado entre periodos, fiebre y cambios en el flujo vaginal como la alteración en el olor o sabor.

4. Quistes ováricos

Los quistes ováricos son acumulaciones de líquido en o sobre los ovarios y que puede causar incomodidad o dolor durante las relaciones sexuales, especialmente en la penetración profunda. A pesar de que en muchos casos los quistes pasan desapercibidos y se resuelven sin tratamiento, en ocasiones pueden manifestarse a través del dolor pélvico que, a su vez, puede provocar orgasmos dolorosos. Es importante que ante molestias recurrentes o intensificación del dolor que impidan disfrutar del clímax sexual, las personas afectadas consulten con un especialista en ginecología para recibir el asesoramiento adecuado.

5. Miomas uterinos

Los miomas son tumores benignos que se desarrollan en el útero y, aunque en muchos casos no generan síntomas, pueden llegar a manifestarse a través de la aparición de dolor durante relaciones sexuales, lo que se extiende hasta el orgasmo. Tratamientos como la medicación para controlar los síntomas o las intervenciones quirúrgicas pueden ser considerados en función de la severidad de los casos de miomas uterinos.

Cabe mencionar que otra causa de disorgasmia, asociada al útero, es la aspiración manual endouterina (AMEU) que se realiza en caso de abortos espontáneos incompletos. La AMEU es una técnica médica que consiste en retirar el contenido del útero a través del cérvix, para lo cual se emplea una cánula o jeringa grande.

Las mujeres que atraviesan por un AMEU, en los meses posteriores a la intervención pueden experimentar calambres durante o después del orgasmo debido a que al alcanzar la cumbre del placer sexual se producen contracciones en el útero. Como este órgano ha sido manipulado o se ha aplicado alguna técnica invasiva en él, como la AMEU, los músculos de la matriz no se encuentran en su estado normal y se generan calambres dolorosos que influyen en la experiencia del orgasmo femenino.