Huancavelica: Cosechando esperanza, sueños, trabajo y desarrollo a más de 4 mil metros a nivel del mar

Huancavelica nos recibe con esa helada típica de la ciudad, llegar a más de 3,600 metros a nivel del mar y a 3° grados de temperatura, realmente es cosa seria. Sin embargo, sentir el aire puro, el calor de su gente que nos da la bienvenida es reconfortante. “Este clima es para los machos”, nos dice un poblador y le empiezo a creer desde que sentí las manos entumecidas.

Es la primera vez que llego a esta ciudad y como consejo es tomar una taza de muña bien caliente para evitar los cólicos, mareos y el infaltable soroche.

Aquí también se respira empuje, amistad, ganas de salir de adelante, por lo que nuestra estadía en esta localidad tiene esa función: dar a conocer las diversas actividades que se dedican los pobladores para romper esa cadena de pobreza, olvido y descuido por parte de algunas autoridades.

Como primera parada al llegar a Huancavelica nos dirigimos a Izcuchapa, una ciudad a casi hora y media de esta provincia. Lo maravillosa de esta zona es que está muy cerca a la vertiente del río Mantaro, la cual, hace más especial nuestra estadía.

Un rico caldo de cabeza nos da la bienvenida y nos recuerda que estamos en la sierra de nuestro querido Perú. El olor de la leña con que muchos moradores aún cocinan, la carne fresca, la papa recién salida de la tierra, nos dice que somos realmente bendecidos por alimentarnos con comida tan sana y nutritiva.

La localidad de Izcuchapa es muy pequeña, pero acogedora, pues todos los miércoles realizan una feria en donde se exhiben los mejores productos como la artesanía, papa, occa, hierbas medicinales y los infaltables caldos de mote, gallina, patasca, cordero, entre otros manjares.

El distrito de Huando se ubica en el cono norte de la región Huancavelica en la margen derecha del río Mantaro, y al sur este del río Ichu. Para llegar aquí el viaje desde la ciudad es cerca de 2 horas y media y está aproximadamente a dos horas y media.

Aquí nos recibe muy contenta Vilma Villalba Alanya, quien tiene cerca de tres años siendo parte del proyecto GEF Agrobiodiversidad SIPAM, el cual después de un año de afrontar la pandemia en el 2021, un grupo de más de 15 personas se unieron para darle marcha a esta iniciativa que consta en la venta de hojuelas de avena, cañihua, maca, siete semillas, hierbas medicinales como la incamuña, manzanilla, eucalipto y más. Todas procesadas de manera natural para el consumo de las personas, el cual cuenta con un gran valor nutricional. Los productos son ofrecidos en diversas ferias e incluso cuentan con un aplicativo online para ofrecer estos alimentos.

Adicional a ello, la crianza del cuy no podía quedar de lado, pues esto es muy promovido en esta zona de Huando en Huancavelica, la cual les ha ayudado a seguir avanzando en la economía, haciéndoles capaz de sentirse independientes, empresarios y emprendedores de lo que ellos mismos cosechan y así poder llevar el sustento a sus hogares.

“Nosotros estamos muy contentos por todo lo que vamos logrando, no ha sido fácil emprender, pero lo estamos haciendo bien y sobre todo seguros. Agradecemos mucho las capacitaciones que hemos recibido, ahora podemos realzar nuestras cosechas, ofrecer productos de primera, pero sobre todo podemos dar a conocer todo lo que somos capaces de hacer en Huando”, expresó para Infobae Vilma Villalba Alanya.

Laria es una localidad peruana, en la Provincia de Huancavelica, situada a 3, 861 m de altitud, en la falda norte del cerro Huamanrazo (5 278 m). Aquí nos recibió una gran feria en donde la principal fuente de desarrollo es la cosecha de papa. Aquí conocimos a grandes agricultores que su pasión por el desarrollo de su comunidad los ha llevado a fortalecer esta práctica heredada por sus ancestros que es el sembrío de este tubérculo.

En la actualidad existen más de 250 variedades de papa en esta zona. Con una gran sonrisa nos dice en quechua “Allin hamusqan kay”, que quiere decir bienvenidos. Oscar Rojas Inga, es uno de los pobladores más antiguos de la zona de Laria, él junto a su esposa han conservado más de 150 especies de papas nativas. A su cargo tiene un banco de semillas en donde en cada temporada cosecha este alimento para ser luego consumido en las mesas de los hogares.

“Hemos recuperado más de 100 especies de papa. Cuando inicié este proyecto solo tenía unas 30 variedades y eso, que es mucho, pero ahora en estos años hemos avanzado, hemos crecido y querremos seguir avanzando, por eso, desde esta zona de Laria, hacemos un llamado a las autoridades para que nos conozcan y sepan todo lo que hacemos. Aquí estamos cosechando, arando la tierra con nuestras propias manos, con nuestros propios instrumentos. Necesitamos el apoyo porque cuando llegan las heladas no podemos hacer nada”, indicó para Infobae Perú.

En Laria existen también otros productos muy consumidos por la población y personas fuera de ahí, pues la cantidad de hierbas medicinales que poseen son muy valoradas por pobladores que llegan de otras localidades. Arnica, Incamuña, romero, matico, menta, isscana, hierba buena, son algunas de estas especies que se encuentran en este lugar.

No se puede quedar atrás la occa, este tubérculo tan valorado en la sierra de nuestro país y el cual posee grandes ventajas nutricionales. Rosada Occa, Yana Occa, Yuracc Occa, Ccello Occa, son algunos de estos productos.

Y para sorpresa de muchos, también existen diversas variedades de haba, entre ellas destacan: Ultupa Wiksan, Haba Blanco, Pacay Amarillo, Pacay Verde, Segundina y más especies de esta conocida planta.

“Hemos demostrado que somos capaces de producir variedades de papa, frutas, hierbas, habas y otros productos, pero siempre faltará el apoyo de las autoridades de los gobiernos regionales, centrales, porque nuestro mayor problema son las sequías y las heladas. Cerca a nuestra localidad hay una laguna que haciendo un buen trabajo de gestión podría ser una gran fuente de agua para la agricultura en Laria, esperamos que pronto cambie este panorama y seamos más visibles para ellos”, anotó para Infobae el alcalde de Laria, Edgar Ccente Huarcaya

Siguiendo las tradiciones ancestrales, toda cosecha antes de iniciar, se debe hacer un pago a la Pachamama para que cuide y bendiga cada plantación. Así fue que llegamos a Zunipampa, exactamente a 4152 m s. n. m. Aquí es donde se cosecha la papa, la quinua roja, entre otras especies, a fin de seguir preservando la buena alimentación, la plantación de los ancestros y esas variedades de productos que solo la tierra bendita de Huancavelica puede proveer a su gente.

Antes de iniciar con la cosecha, es importante pedirle permiso a la Pachamama, haciendo un ritual con la hoja de coca, escarbando y sellando una parte del suelo para que los Apus bendigan esta tierra y el sembrío sea de alta calidad.

Recordemos que estas actividades, el empuje, las ganas, y sobre todo las capacitaciones a los agricultores de esta zona de Huancavelica, han sido parte del proyecto GEF Agrobiodiversidad Sipam, el cual es financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environmental Facility – GEF), ejecutado por el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, con la implementación de la Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la administración de Profonanpe.

Este centro poblado está ubicado dentro de el distrito de Laria, provincia de Huancavelica, en la región de Huancavelica. Esta zona se caracteriza por la plantación de queñua, una planta muy resistente al frío, ya que esta zona está situada a más de 4,500 metros a nivel del mar.

Es importante mencionar que esta planta es necesaria para los tiempos de escasez de gua que sufre la población de Huancavelica, ante la faltas de lluvias en la sierra. Además, las queñuas protegen el suelo evitando que la lluvia caiga con mucha fuerza y arrastre la capa fértil del suelo.

Se debe saber que donde existe un bosque de queñua existe una gran variedad de plantas con distintos usos: alimenticias como papas silvestres y ocas, forrajeras para ganado camélido y vacuno, y también para uso medicinal.