Madre de Dios es una de las regiones más afectadas por las protestas sociales y los bloqueos de carreteras en el Perú. Desde fines de enero, en Puerto Maldonado, su capital, comenzó a presentar desabastecimiento de combustible, gas doméstico, medicinas y varios alimentos, por lo que sus precios, en algunos casos, se cuadruplicaron. En dicha localidad, el precio del cilindro de gas licuado de petróleo de 10 kg llegó a costar S/ 200, cuando el precio normalmente oscila entre S/ 40 y S/ 60.
Este problema actual agrava la situación económica y social de este departamento rico en recursos naturales, pero que en las últimas décadas ha sido dañada por la expansión de la minería informal. Según cifras, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), Madre de Dios es el segundo departamento menos pobre del país, con una pobreza monetaria de 7.7%, superado solo por Ica, con 6.6%.
Sin embargo, de acuerdo con cálculos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), en el 2021, la pobreza multidimensional alcanzó al 43.7% de la población de esta región amazónica, 36 puntos porcentuales más que la pobreza monetaria. Por ello, Madre de Dios se ubica como el departamento del Perú con mayor brecha entre pobreza multidimensional y monetaria.
“En otras palabras, la brecha indica que la población cuenta con los suficientes recursos económicos mínimos para subsistir, pero no con los servicios básicos como salud, educación y condiciones de vivienda que les garanticen una calidad de vida digna”, remarcó un informe de ComexPerú.
En ese sentido, el gremio precisó que, de acuerdo con el informe regional Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el Perú, elaborado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad del Pacífico, la situación de Madre de Dios deja mucho que desear en los ODS Salud y bienestar; Educación y calidad, y Paz, justicia e instituciones sólidas.
Bajas tasas en bienestar y educación
En términos de salud y bienestar, el departamento ocupa el último lugar en cuanto a la tasa de fallecidos por accidentes de tránsito, el puesto 25 en incidencia de tuberculosis y el 24 en casos de VIH por cada 100.000 habitantes, en rankings en los que, a menor posición, hay mayor incidencia de casos.
En educación, los resultados colocan a la región en el tercio inferior de los departamentos con niveles satisfactorios en comprensión lectora y razonamiento matemático; mientras que la tasa de asistencia en educación superior es solo del 21% de jóvenes entre 17 y 24 años (puesto 19).
Mayor tasa de homicidios
En justicia e instituciones, Madre de Dios registra la mayor tasa de homicidios a nivel nacional y se ubica en el puesto 25 de los departamentos más inseguros en zonas urbanas. “Así pues, tenemos un departamento que se posiciona como estrella en cuanto a cifras macroeconómicas, pero con grandes carencias en términos de desarrollo humano. Una triste realidad que urge atender”, señaló el gremio.
Minería formal e ilegal
Para ComexPerú, la fortaleza económica de Madre de Dios se explica principalmente por la actividad minera, que en el 2021 explicó el 11.8% del PBI departamental y durante el boom del precio del oro (2010-2013) concentraba, en promedio, el 46% del movimiento económico. No obstante, el 90% de la minería que se practica en la región es informal o ilegal, según un estudio de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
En términos de empleo, el informe señala que, solo en Madre de Dios, trabajan 46.605 mineros artesanales, de los cuales el 67% son informales (31.390); el 20%, ilegales (9.323), y solo el 10%, formales. Además, según el último reporte de la Conservación Amazónica ACCA, se estima una deforestación minera de 11.200 hectáreas en el Corredor Minero de Madre de Dios únicamente entre 2021 y 2022.
Esto –señala ComexPerú– es equivalente a más de 6.700 estadios de fútbol. Es decir, el departamento está inmerso en una actividad que produce riqueza, pero no paga impuestos y, encima, destruye nuestra selva amazónica. A ello se suman las actividades ilícitas que genera, como la explotación infantil o la trata de personas.
“En suma, vemos que la población de uno de los departamentos menos pobres de nuestro país enfrenta una realidad paralela totalmente distinta en cuanto al acceso a oportunidades que les permita gozar de un mejor nivel de vida. Por ello, toda manifestación que gire en torno a tales demandas debe ser atendida”, puntualizó el gremio.