El año 2025 se perfila como un punto de inflexión para la regulación de razas de perros consideradas potencialmente peligrosas en distintas partes del mundo. Este fenómeno, impulsado por incidentes recientes y una creciente preocupación por la seguridad pública, ha llevado a que numerosos países implementen o refuercen normativas que buscan regular, e incluso prohibir, la cría, tenencia y venta de determinadas razas.
Estas medidas han desatado intensos debates, enfrentando posturas que oscilan entre la protección social y la educación responsable de los canes.
Normativas destacadas en diversos países
La implementación de regulaciones estrictas no es nueva, pero en 2025 varias legislaciones cobrarán plena vigencia, endureciendo las restricciones sobre razas específicas.
Irlanda
En 2024, Irlanda aprobó una legislación que marca un cambio drástico en la regulación del bully XL. Desde febrero de 2025, la posesión de esta raza solo será posible con un certificado de exención, y ya está prohibida su cría, venta, importación y realojo. Según las autoridades, estas medidas buscan mitigar los riesgos asociados a la interacción entre humanos y perros de características específicas.
Reino Unido
El Reino Unido ha sido pionero en restricciones a razas caninas consideradas peligrosas. Desde hace años, su Ley de Perros Peligrosos prohíbe la tenencia de razas como el pitbull terrier, el tosa inu, el dogo argentino y el fila brasileiro. En 2023, esta lista se amplió con la inclusión del bully XL, y en 2025 las restricciones se reforzarán con requisitos adicionales, como certificados obligatorios para los ejemplares existentes.
Alemania
Alemania también cuenta con normativas estrictas que prohíben la importación de razas como el american staffordshire terrier, el bull terrier, el pitbull terrier y el staffordshire bull terrier. Según su Reglamento sobre transporte e importación de perros, la entrada de estos canes está completamente vetada, y las sanciones son severas para quienes incumplan las disposiciones.
Francia
En Francia, la regulación sobre razas peligrosas limita severamente la tenencia de perros como el mastín, el tosa japonés, el american staffordshire terrier y el pitbull. Las autoridades han impuesto sanciones económicas y penales para los propietarios que no cumplan con las normas, reflejando una política orientada a la disuasión y la seguridad pública.
España
El caso de España es particular, ya que, según El Confidencial, aunque las razas consideradas peligrosas no están prohibidas, su tenencia está condicionada por estrictos requisitos. Según el Real Decreto 287/2002, razas como el pit bull terrier, el rottweiler y el dogo argentino, entre otras, solo pueden ser poseídas bajo condiciones como el uso de bozal, seguros de responsabilidad civil y licencias específicas. Además, se incluyen en esta categoría los perros mestizos que presenten características físicas similares a estas razas.
Australia
Australia se destaca por mantener una prohibición absoluta sobre ciertas razas, entre ellas el dogo argentino, el presa canario y el american pitbull terrier. Esta postura refleja un enfoque preventivo, considerando a estos animales como potenciales armas letales en situaciones específicas.
Colombia
En el caso de Colombia, hasta 2024 no existía prohibición alguna para la posesión de perros considerados peligrosos. No obstante, la Ley 1801 de 2016 establece que ciertas razas, agrupadas como “perros de manejo especial”, deben cumplir con normas estrictas de manejo en espacios públicos. Estas razas incluyen al american staffordshire terrier, el rottweiler y el pitbull terrier, entre otras, que deben usar bozal y correa en áreas comunes, según El Espectador.
Debate sobre la tenencia responsable y la educación canina
El endurecimiento de las normativas ha generado opiniones divididas. Por un lado, están quienes consideran que estas medidas son esenciales para proteger a las comunidades de los riesgos asociados a ciertas razas. Por otro, defensores de los derechos animales y expertos en comportamiento canino insisten en que el problema no radica en la raza, sino en la falta de educación tanto de los perros como de sus propietarios.
Esta visión ha llevado a algunos países a adoptar enfoques alternativos, como la obligatoriedad de capacitaciones para propietarios y la promoción de la esterilización como método preventivo.