El impacto de impedir que un perro lama a su dueño, según expertos

En un video reciente que se hizo viral en TikTok, un usuario afirmó que si se detiene a un perro mientras lame a su dueño, el animal podría sentirse rechazado y su corazón “se rompería un poco”. Publicado bajo el nombre de usuario @theodog12340, el video muestra a un perro mezcla de coton de Tuléar y Yorkshire lamiendo a su dueño, quien argumenta que jamás podría herir los sentimientos de su mascota al detenerlo.

Con más de 1,7 millones de vistas y 156.000 “me gusta”, la publicación generó un debate masivo en redes sociales. Aunque numerosos usuarios lo encontraron adorable, otros compartieron sus propios límites respecto al comportamiento. Ante la controversia, Newsweek consultó a la veterinaria, Liza Cahn para obtener una perspectiva profesional.

El lamido es una conducta común en los perros, frecuentemente interpretada como una muestra de cariño o de búsqueda de atención. Según expertos, este comportamiento tiene raíces en la socialización canina. Desde cachorros, los perros emplean el lamido para interactuar con su madre y con otros miembros de su camada. En la vida adulta, este acto puede expresar afecto y fortalecer el vínculo entre el perro y su dueño.

No obstante, según Cahn, detener el lamido no implica un daño emocional para el animal. “Es poco probable que el perro se ofenda o que la relación se vea comprometida si se redirige su atención hacia otras actividades”, explicó. Es decir, la persistencia de un perro en lamer no debe interpretarse como una necesidad desesperada, sino como parte de un repertorio natural de comportamientos.

Aunque permitir que un perro lama puede ser un gesto cariñoso, algunos dueños prefieren limitar este hábito, ya sea por comodidad personal o razones de higiene. En estos casos, la veterinaria Cahn sugiere estrategias simples para manejar la conducta sin afectar la relación afectiva. Entre estas recomendaciones, destaca:

• Ofrecer enriquecimiento ambiental para prevenir aburrimiento o ansiedad.
• Redirigir la atención del perro mediante comandos y recompensas.
• Ignorar el lamido y moverse para evitar reforzar el comportamiento.
• Recompensar interacciones alternativas, como caricias o juegos.

Estas acciones permiten establecer límites claros sin recurrir al castigo, promoviendo un entorno positivo tanto para el animal como para el dueño.

Aunque las enfermedades transmitidas por el lamido son raras, los dueños deben ser conscientes de ciertos riesgos asociados a este comportamiento. Cahn explicó que la boca de un perro contiene más de 700 especies de bacterias, algunas potencialmente dañinas para los humanos. Entre estas se encuentran Capnocytophaga canimorsus y Pasteurella, bacterias que podrían ocasionar infecciones en personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

Además, los perros que siguen dietas crudas podrían transmitir bacterias como Salmonella y E. coli. Por otra parte, las cremas tópicas o medicamentos aplicados en la piel de los humanos pueden ser tóxicos si el perro los ingiere. Por estas razones, muchos dueños prefieren evitar el lamido, especialmente en el rostro.

Para quienes prefieren limitar el lamido, pero quieren fortalecer el vínculo con su mascota, existen muchas alternativas. Según el American Kennel Club, compartir tiempo de calidad con el perro, como paseos prolongados o clases de entrenamiento, puede ser igual de beneficioso. También es posible demostrar afecto mediante regalos simples, como un juguete nuevo o una golosina especial.

El cuidado integral del bienestar del perro, incluyendo visitas regulares al veterinario, una dieta equilibrada y suficiente actividad física, son formas efectivas de garantizar que la mascota se sienta amada y atendida.

El video, además de despertar ternura, ha generado opiniones diversas entre los usuarios de TikTok. Comentarios como: “Es muy tierno, pero no pararán hasta que los detengas,” o el de otro usuario, que señaló: “Mi perro hace esto con mi esposo. Yo no puedo manejar esa sensación”, reflejan experiencias compartidas.

Por otro lado, también destacaron su incomodidad con el lamido: “Lo siento, pero hace demasiadas cosquillas y no de una forma agradable. No lo soporto por mucho tiempo.” Estas reacciones evidencian cómo las preferencias personales influyen en las dinámicas entre humanos y perros.