El verano puede convertirse en un reto no solo para las personas, sino también para los animales, quienes enfrentan dificultades para adaptarse a las condiciones extremas y altas temperaturas. El golpe de calor en mascotas es una condición peligrosa que ocurre cuando no logran reducir su temperatura corporal de forma eficiente, lo que provoca un incremento interno, llamado hipertermia, que pone en riesgo su vida.
Proteger a las mascotas requiere de medidas preventivas, como asegurar su hidratación, ofrecerles refugio en lugares frescos y evitar que permanezcan expuestas al sol durante las horas más calurosas. Dado que no regulan la temperatura como los humanos, son más vulnerables a padecer un aumento excesivo que puede tener graves consecuencias si no se actúa rápidamente.
Cuáles son los síntomas de un golpe de calor en las mascotas
El golpe de calor se manifiesta de manera similar tanto en perros como en gatos. Según los expertos de la asociación caritativa inglesa, People’s Dispensary for Sick Animals (PDSA), las principales señales de alarma incluyen: jadeo, encías muy rojas o pálidas, espuma en la boca, vómitos, diarrea con o sin sangre, debilidad, inestabilidad, colapso, confusión y, en casos extremos, hasta convulsiones.
Algunos factores de riesgo que pueden afectar de manera negativa a los animales durante los días calurosos, además de las altas temperaturas, son el tipo y grosor del pelaje, el sobrepeso, la braquicefalia (cara plana), la edad avanzada o muy corta, y la preexistencia de afecciones cardíacas o pulmonares.
Consejos para cuidar a las mascotas de las altas temperaturas
Según Alicia Barreto, médica veterinaria especializada en etología animal y fundadora del refugio APRANI, tanto los perros como los gatos son más sensibles al calor que los humanos, por lo que una acción rápida y eficiente resulta esencial para proteger su bienestar.
Cuando un animal muestra signos de hipertermia, es imprescindible actuar de inmediato para disminuir su temperatura de manera gradual e informar a un veterinario para asegurar un tratamiento adecuado. A diferencia de las personas, los perros y los gatos no transpiran; regulan el calor mediante la respiración y otros mecanismos. Por ello, un jadeo excesivo con la lengua afuera es una señal de alarma que requiere atención para evitar complicaciones severas.
Entre las recomendaciones más importantes para cuidarlos en días calurosos se encuentran ofrecerles siempre agua fresca, garantizar que dispongan de sombra y espacios ventilados, y nunca dejarlos dentro de un auto, sin importar la duración. También se aconseja pasearlos o alimentarlos en horarios de menor temperatura, como al amanecer o al atardecer, además de reducir la actividad física durante los momentos de mayor calor.
Otras medidas incluyen impedir que caminen sobre superficies calientes, como el asfalto, mojarlos con agua a temperatura ambiente y mantenerlos hidratados a lo largo del día. Estas acciones no solo aseguran que las mascotas estén cómodas, sino que también contribuyen a prevenir riesgos significativos para su salud.
Qué hacer si un animal tiene un golpe de calor
El golpe de calor es una emergencia veterinaria que puede poner en riesgo la vida de las mascotas. Gatos y perros son especialmente vulnerables a las altas temperaturas, por lo que es fundamental reconocer los síntomas y saber cómo actuar de manera rápida y adecuada.
Según la organización benéfica de bienestar felino Cats Protection y la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA), si un animal muestra síntomas como letargo, dificultad para respirar, vómitos, colapso o convulsiones, debe ser retirado de inmediato del ambiente cálido y trasladado a un lugar fresco y ventilado. Es fundamental enfriarlo de forma gradual para evitar el shock. Se recomienda mojar su cuerpo con agua tibia o fresca (pero no fría) y usar ventiladores para aumentar la circulación del aire. No se deben colocar toallas húmedas sobre el cuerpo, ya que estas pueden retener el calor.
También es importante permitir que la mascota beba pequeñas cantidades de agua si está consciente. Si es posible, se debe tomar su temperatura corporal: en perros, si supera los 105 °F (40.5 °C), es necesario enfriarlo lo más pronto posible y acudir al veterinario.
Una vez en la clínica, el tratamiento dependerá de la gravedad del golpe de calor. De acuerdo a PDSA, el enfriamiento controlado es el primer paso, a partir de la utilización de agua, ventiladores y líquidos intravenosos si es necesario. En casos graves, se pueden administrar oxígeno, medicamentos o anestesia. Además, se realizan análisis de sangre y orina para evaluar posibles daños en órganos vitales, como riñones, pulmones y corazón.
Las mascotas suelen ser monitoreadas de cerca hasta estabilizarse y, si es necesario, permanecerán hospitalizadas para recibir cuidados intensivos. Una vez que son dadas de alta, los cuidadores deben vigilarlos en casa durante 24 a 48 horas y reportar de inmediato cualquier síntoma preocupante, como diarrea, confusión o pérdida del apetito.
Según el American Kennel Club y PDSA, actuar con rapidez y enfriar al animal lo antes posible aumenta significativamente las posibilidades de una recuperación completa. Sin embargo, si el tratamiento se retrasa o el golpe de calor es severo, pueden ocurrir daños irreversibles en los órganos o incluso la muerte. Para evitar estas situaciones, es crucial prevenir la exposición prolongada a altas temperaturas, proporcionar acceso constante a agua fresca y mantener a las mascotas en ambientes ventilados durante los días calurosos.