6 acciones que solemos hacer sin saber que molestan a nuestros perros

La revista Pets destaca hábitos comunes que realizamos y que, aunque no lo parezca, pueden incomodar profundamente a nuestros “mejores amigos”

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El vínculo entre tú y tu perro se fortalece con amor, respeto y comprensión mutua (Imagen Ilustrativa Infobae)
El vínculo entre tú y tu perro se fortalece con amor, respeto y comprensión mutua (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los perros, nuestros fieles compañeros, tienen una capacidad asombrosa para adaptarse al mundo humano. Sin embargo, incluso el más tolerante de ellos enfrenta momentos incómodos debido a hábitos cotidianos que muchos dueños desconocen.

Desde gestos que perciben como amenazas hasta la falta de respeto por su naturaleza exploradora, estas acciones pueden alterar su bienestar. Aunque a menudo toleran estas molestias gracias al vínculo que nos une, entender lo que realmente les incomoda es clave para fortalecer nuestra relación con ellos.

A continuación, la revista Pets menciona las prácticas más comunes que, aunque realizadas con buena intención, podrían estar incomodando a tu mascota.

1- El lenguaje de los abrazos

Para los humanos, un abrazo es sinónimo de cercanía, afecto y seguridad. Aunque, en el mundo canino, rodear el cuerpo o el cuello con los brazos puede ser percibido como una amenaza.

Esta reacción tiene raíces profundas en su instinto natural: en la interacción entre perros, un gesto envolvente suele estar asociado con una postura de dominancia o incluso agresión. Por ello, la mayoría de los perros experimenta incomodidad cuando un humano los abraza, especialmente si no lo conoce bien.

Los abrazos pueden ser percibidos por los perros como una amenaza debido a sus instintos naturales (Imagen ilustrativa Infobae)
Los abrazos pueden ser percibidos por los perros como una amenaza debido a sus instintos naturales (Imagen ilustrativa Infobae)

Aunque algunos perros pueden tolerar los abrazos debido a su confianza o a un vínculo fuerte con su dueño, esto no significa que los disfruten. Incluso perros que no reaccionan de manera negativa podrían estar experimentando estrés interno y no lo manifiestan. El lenguaje corporal es clave para detectar estas señales: orejas hacia atrás, rigidez, o un intento de apartarse son indicadores de que el abrazo no es bien recibido.

En lugar de abrazarlos, los expertos sugieren demostrar afecto de maneras más naturales para ellos, como acariciar suavemente su espalda o el pecho. Además, permitir que se acerquen por iniciativa propia refuerza su sentido de seguridad y confianza.

2- Gritos y castigos severos

Los perros no entienden el lenguaje verbal de la misma manera que los humanos, pero son maestros en interpretar nuestras emociones. Cuando un dueño eleva la voz o utiliza un tono de enojo, el perro no comprende las palabras, pero sí percibe la intensidad emocional y la asocia con miedo o inseguridad. Lejos de corregir conductas indeseadas, los gritos tienden a asustarlos y a generar confusión, deteriorando la confianza entre el animal y su cuidador.

Gritos y castigos severos generan ansiedad y confusión en los perros, deteriorando la confianza (Imagen Ilustrativa Infobae)
Gritos y castigos severos generan ansiedad y confusión en los perros, deteriorando la confianza (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un perro expuesto regularmente a estas prácticas puede desarrollar ansiedad, retraimiento o comportamientos defensivos, como gruñidos o miedos excesivos. Además, esta respuesta emocional puede dificultar el aprendizaje, ya que el perro se enfoca más en evitar el castigo que en entender lo que se espera de él.

Los especialistas en comportamiento animal recomiendan métodos positivos de refuerzo como alternativa. En lugar de gritar, premiar las conductas deseadas con caricias, palabras amables o pequeños premios, refuerza la asociación entre la acción correcta y un resultado placentero. En casos de comportamientos persistentes, el apoyo de un adiestrador profesional puede marcar la diferencia sin comprometer el bienestar emocional del perro.

3- El poder del olfato

Para los perros, el olfato es mucho más que un simple sentido, es su principal herramienta para explorar, comprender e interactuar con el entorno. Mientras los humanos dependemos de la vista para recolectar información, los perros usan su nariz para descifrar cada detalle del mundo que los rodea. Por eso, restringir su capacidad de olfatear durante las caminatas no solo limita su disfrute, sino que también puede generar frustración y estrés.

Restringir su capacidad olfativa en caminatas limita el disfrute y provoca frustración en los perros (Imagen Ilustrativa Infobae)
Restringir su capacidad olfativa en caminatas limita el disfrute y provoca frustración en los perros (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cada árbol, poste o esquina representa para el perro una especie de “red social” en la que descubre quién pasó antes, qué estado de salud tiene o incluso su estado emocional. Tirar de la correa para acelerar el paso o evitar que se detengan a explorar puede resultar tan molesto para ellos como sería para un humano caminar por un lugar fascinante con los ojos vendados.

Para lograr un equilibrio entre sus necesidades y las limitaciones del entorno urbano, se recomienda planificar caminatas más largas o en áreas menos transitadas donde puedan olfatear libremente. Respetar el ritmo natural de los perros y su necesidad de explorar a través del olfato no solo mejora su calidad de vida.

4- Espacio personal

Aunque los perros son animales sociales y disfrutan de la interacción con los humanos, tienen un límite claro en cuanto a su espacio personal. Al igual que las personas, necesitan mantener una distancia segura para sentirse cómodos, especialmente en situaciones donde el contacto físico no es iniciado por ellos. Acciones como poner las manos en su cara, inclinarse sobre ellos o acercarse bruscamente suelen ser interpretadas como invasivas, generando incomodidad o incluso temor.

Dale a tu perro su espacio: permitirle decidir cuándo acercarse refuerza su confianza y bienestar (Imagen ilustrativa Infobae)
Dale a tu perro su espacio: permitirle decidir cuándo acercarse refuerza su confianza y bienestar (Imagen ilustrativa Infobae)

Este instinto natural se remonta a su comportamiento ancestral, donde el respeto por el espacio ajeno era clave para evitar conflictos dentro de la manada. Los perros más nerviosos o tímidos son particularmente sensibles a estas situaciones y pueden reaccionar con señales defensivas como gruñidos, apartarse o intentar esconderse.

Para evitar incomodarlos, es importante dejar que sean ellos quienes decidan cuándo y cómo interactuar. Acercarse de manera calmada y ofrecer una mano para que la olfateen antes de intentar tocarles ayuda a generar confianza. Evitar movimientos repentinos y mantener una postura relajada son gestos que les comunican seguridad.

Los perros necesitan respetar su espacio personal para evitar sentir incomodidad o temor (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los perros necesitan respetar su espacio personal para evitar sentir incomodidad o temor (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además, es crucial enseñar a los niños a respetar estos límites. Muchas veces, por curiosidad o entusiasmo, los pequeños tienden a acercarse de forma abrupta, lo que puede ser desconcertante para el perro.

5- La soledad y el aislamiento

Los perros son animales altamente sociables que prosperan en entornos de compañía y comunicación. Para ellos, ser ignorados o dejados solos durante largos períodos no solo es incómodo, sino que puede convertirse en una fuente significativa de estrés.

Uno de los problemas más comunes derivados de la soledad en los perros es la ansiedad por separación. Este trastorno se manifiesta en comportamientos como ladridos excesivos, destrucción de objetos, intentos de escape o incluso signos físicos como pérdida de apetito y temblores. Para el perro, estas conductas son intentos desesperados de afrontar la angustia que sienten al estar separados de su dueño.

La soledad prolongada en perros puede provocar ansiedad por separación y otros problemas de comportamiento (Imagen Ilustrativa Infobae)
La soledad prolongada en perros puede provocar ansiedad por separación y otros problemas de comportamiento (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además del tiempo, el nivel de interacción durante las horas de convivencia también es crucial. Ignorar a un perro cuando busca atención, ya sea para jugar o simplemente para recibir afecto, puede hacerle sentir desvalorizado. Paseos regulares, sesiones de juego o simplemente dedicar tiempo para acariciarlos y hablarles de manera tranquila son estrategias efectivas para que no sientan esa soledad.

6- Ropa para perros

Los perros detestan la ropa para perros. Vestir a los perros con prendas de ropa puede parecer una idea funcional, pero para la mayoría de ellos es una experiencia incómoda y poco natural. Aunque algunos dueños ven esto como una forma de protección, la realidad es que muchos perros encuentran estas prendas irritantes y estresantes.

El lenguaje corporal es clave para identificar su incomodidad: sacudir la cabeza, morder la prenda o intentar quitársela son señales claras de que no están cómodos. Incluso aquellos perros que no muestran signos evidentes de molestia pueden experimentar estrés, especialmente si se sienten limitados en su movimiento.

La ropa para perros causa incomodidad; muestra su rechazo al intentar quitársela (Imagen Ilustrativa Infobae)
La ropa para perros causa incomodidad; muestra su rechazo al intentar quitársela (Imagen Ilustrativa Infobae)

Es importante observar cómo reacciona el perro ante cualquier prenda. Si muestra señales de incomodidad o intenta quitársela, lo mejor es no insistir. Además, introducir gradualmente cualquier accesorio y asociarlo con experiencias positivas, como juegos o recompensas, puede ayudar a minimizar su resistencia en caso de que sea absolutamente necesario utilizar ropa.

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