Los gatos, conocidos por su capacidad de relajarse y descansar durante gran parte del día, tienen una especial atracción por el calor. En la naturaleza, los gatos salvajes buscan refugios cálidos y seguros, protegiéndose de depredadores y conservando energía para la caza. Esta necesidad de calor se refleja también en los gatos domésticos, quienes, aunque ya no dependen de la caza para sobrevivir, conservan el hábito de dormir en espacios cálidos y de cubrirse la cara al hacerlo, en un intento por retener la temperatura corporal.
Conservación del calor como mecanismo natural
A medida que los gatos se acurrucan para dormir, suelen cubrirse la cara con las patas o enrollar la cola alrededor del cuerpo. Según un estudio de la Asociación Internacional de Consultores en Comportamiento Animal, este comportamiento de los gatos ayuda a conservar el calor corporal, especialmente importante para ellos, ya que su temperatura ideal ronda los 29 grados.
Según reveló el experto en comportamiento felino Stephen Quandt al portal especializado Cat Behavior Help acurrucarse en forma de bola y cubrirse el rostro ayuda a los gatos a mantenerse calientes y cómodos mientras duermen. En ambientes fríos o en las estaciones de invierno, es más común ver a los gatos cubrirse aún más, incluso buscando mantas o lugares resguardados donde puedan refugiarse del frío.
Oscurecimiento del entorno para facilitar el descanso
Los gatos tienen una vista excepcionalmente sensible que les permite ver bien en condiciones de poca luz, un rasgo que les facilita la caza al amanecer y al anochecer. Sin embargo, esta sensibilidad también significa que pueden ser más susceptibles a la incomodidad causada por la luz directa durante el sueño.
Incluso cuando buscan lugares soleados para dormir, aunque disfrutan del calor, encuentran molesta la luz intensa. Según estudios de comportamiento felino, cubrirse los ojos mientras duermen los ayuda a regular la cantidad de luz que reciben, creando un ambiente oscuro y cómodo para un sueño más profundo y un descanso más reparador.
Protección de los sensibles bigotes
Los bigotes de los gatos, conocidos técnicamente como vibrisas, son más que simples características físicas; son herramientas de navegación y detección esenciales. Estos bigotes tienen una conexión profunda con el sistema nervioso del gato, permitiéndoles captar incluso los cambios más sutiles en su entorno. Su extrema sensibilidad hace que cualquier roce pueda provocar una respuesta sensorial intensa en los gatos. Para proteger esta área tan receptiva, los gatos tienden a cubrirse la cara al dormir, previniendo estímulos externos que puedan molestar sus bigotes e interrumpir su sueño.
Este comportamiento también refleja la preferencia de los gatos por descansar en posiciones que les permitan evitar estímulos externos innecesarios, reduciendo así el riesgo de activación sensorial involuntaria mientras duermen. Por ello, cuando no encuentran un escondite adecuado para proteger sus caras, recurrir a las patas para cubrirse.
Instinto de seguridad: protección de una zona vulnerable
El rostro de los gatos es una de las zonas más vulnerables de su cuerpo. Aunque los gatos domésticos ya no enfrentan depredadores como sus antepasados salvajes, conservan comportamientos instintivos para protegerse, incluso durante el sueño. Cubrirse la cara les brinda una sensación de seguridad, ya que protege partes cruciales como los ojos, la nariz y la boca. Estos puntos de su anatomía, además de los bigotes, son especialmente sensibles y esenciales para su supervivencia y comunicación.
Este instinto de protección es común en muchos animales, pero en los gatos, que duermen durante gran parte del día (entre 14 y 16 horas), es particularmente evidente. La posición en que duermen, ya sea acurrucados o cubriendo su cara, es una postura defensiva natural que les permite relajarse sin dejar de cuidar su seguridad. Este comportamiento instintivo, profundamente arraigado, les permite conciliar el sueño más fácilmente, sabiendo que sus áreas más delicadas están protegidas.
Comodidad y postura natural al dormir
Además de todas las explicaciones funcionales, hay una razón simple y práctica por la que los gatos cubren su cara mientras duermen: la comodidad. Al igual que los humanos pueden adoptar posiciones específicas para dormir profundamente, los gatos también tienden a acurrucarse o cubrirse la cara porque les resulta cómodo. Esta postura se asemeja a la posición fetal, postura instintiva que no solo les proporciona calor, sino también una sensación de relajación completa.
Reflejo de acicalamiento: quedarse dormidos mientras se limpian
Una de las explicaciones más curiosas detrás de este hábito en los gatos es que algunos pueden quedarse dormidos justo después de acicalarse. Los gatos suelen lamerse las patas y pasarlas por su rostro para limpiarse, un comportamiento que repiten varias veces al día como parte de su rutina de higiene. Sin embargo, en ocasiones, el acto de acicalarse puede relajarlos tanto que se quedan dormidos en plena limpieza, con una o ambas patas cerca de la cara.
Algunos expertos en comportamiento felino sugieren que este reflejo de limpieza es tan habitual que los gatos pueden continuar en esta posición de forma inconsciente mientras duermen, disfrutando de los beneficios de una limpieza y un descanso a la vez.