En un acto de colaboración excepcional, un equipo de ingenieros y veterinarios de la Universidad de Tennessee en Chattanooga (UTC) y la Sociedad Humana Educativa (HES) de Chattanooga, Tennessee, Estados Unidos, lograron diseñar y fabricar un casco protector para un chihuahua que sufre de hidrocefalia. Este esfuerzo conjunto no solo ha ofrecido una oportunidad de vida para el pequeño Niblet, sino que también ha mostrado el poder de la tecnología de impresión 3D en aplicaciones médicas veterinarias.
Hace unas semanas, la HES recibió a Niblet, un chihuahua de apenas 1,1 kg, quien rápidamente se ganó el cariño del personal del refugio. Sin embargo, pronto se descubrió que el cachorro tenía un problema grave: “Un punto blando en la parte superior de la cabeza, de aproximadamente un centímetro y medio de diámetro, que indicaba que su cráneo no se había fusionado por completo”, explicó Sarah Callahan, directora de servicios veterinarios del HES. Esta condición hacía a Niblet extremadamente susceptible a lesiones.
La HES sabía que debía actuar rápidamente para proteger la cabeza de Niblet y acudió a sus contactos en la UTC. La doctora Samantha Blair, miembro del cuerpo docente a tiempo parcial en Dalton State College, fue quien sugirió la colaboración con la universidad tras recordar las habilidades de impresión 3D de sus estudiantes. Blair afirmó: “Cuando nos dimos cuenta de que íbamos a tener que fabricar una gorra, inmediatamente pensé en mis experiencias cuando estaba haciendo el programa RET en UTC“.
Una vez informado sobre la situación, Trevor Elliott, profesor asociado de ingeniería mecánica en UTC, decidió tomar las riendas del proyecto e involucró a Connor Mackey, un recién graduado de la universidad, quien lideró al equipo UTC Rocket Mocs y ganó un premio por sus habilidades en impresión 3D. Mackey contó: “En cuanto vi la cadena de correo electrónico, supe exactamente cómo hacerlo. Sabía que podía ayudar a este perro”.
Para realizar el casco protector, se necesitó escanear la cabeza de Niblet, un proceso llevado a cabo por Justin Stephens de Volkswagen. Con la imagen en 3D, ambos ingenieros comenzaron a trabajar en los diseños. El diseño de Mackey se asemejaba a un casco de fútbol, mientras que el de Elliott era más similar a un gorro. Blair mencionó: “El proceso de fabricación del casco protector incluyó el escaneo de la cabeza de Niblet y la impresión 3D”.
Finalmente, el 15 de julio, Elliott y Mackey se reunieron con Niblet en el HES para colocarle el casco. Afortunadamente, el cachorro respondió bien al diseño. Mackey expresó: “Es una locura lo que se puede hacer... es realmente genial que se pueda salvar la vida de un perro utilizando este tipo de proceso de fabricación”. Elliott, por su parte, agregó: “Fue genial verlo caminar con él y saber que parecía que al menos una de nuestras soluciones lo ayudaría en su viaje”.
La comunidad de Chattanooga ha elogiado la rapidez y la efectividad de esta iniciativa. Caroline Smith, directora de servicios de protección animal de HES, dijo: “A veces, en este tipo de trabajo, no siempre se obtienen finales felices, por eso es muy agradable ver a todos unirse para ayudar a un animal”. Además, Callahan subrayó: “Proporcionarle un casco protector a un cachorro es un territorio desconocido para nosotros... realmente creemos que está en el mejor lugar posible para tener un buen resultado y la vida más larga posible en un hogar feliz”.
Este esfuerzo no solo ha salvado la vida de Niblet, sino que también resalta el potencial de las tecnologías avanzadas como la impresión 3D en el ámbito veterinario. La colaboración entre la academia y la comunidad demuestra cómo las soluciones innovadoras pueden tener un impacto inmediato y positivo en la vida de los animales.