En la alimentación de los perros, como en cualquier caso, lo principal es satisfacer sus necesidades biológicas. Por otra parte, es muy común escuchar la versión de que las dietas bajas o altas en proteínas pueden tratar o influir en algunos problemas de comportamiento. Lo cierto es que el uso taxativo de términos como alto o bajo con relación a las proteínas en la dieta de los perros puede crear bastante confusión.
Los perros adultos sanos necesitan un mínimo de 4,5 gramos de proteínas por cada 100 calorías consumidas, y más allá de este requisito mínimo, no existe una definición clara, generalizada y protocolizada de lo que es una dieta alta o baja en proteínas. Cada médico veterinario o especialista en nutrición toma, en la actualidad, diferentes rangos de distintas fuentes de lo que consideran necesario en cada categoría.
Desde ya que la dieta debe ser equilibrada, según el consejo profesional ya sea por medio de una dieta casera, o bien por el consumo de los alimentos balanceados comerciales especialmente formulados para las distintas especies y etapas de la vida del animal.
Es importante aclarar la cantidad real de proteína recomendada y compararla con la cantidad mínima que necesita un perro y la cantidad actual consumida por el animal. Lo importante es que las dietas sean nutricionalmente completas y equilibradas, porque de esa forma están preparadas para mantener a los perros saludables.
Siempre que se quiera realizar un cambio en la dieta de las mascotas es necesario acudir al médico veterinario de confianza para hacerlo de la manera correcta. Ese cambio deberá hacérselo en forma paulatina y bajo la supervisión profesional, sobre todo si el perro está en pleno crecimiento, cuando se trate de hembras preñadas, de animales medicados o que padezcan alguna afección.
Recientemente, se ha comprobado que existen ciertos aminoácidos que proveen los alimentos, que alteran la síntesis de neurotransmisores en el cerebro y como consecuencia puede verse afectado el comportamiento del perro en el entrenamiento o en la rutina diaria.
Si bien las investigaciones de la relación entre el porcentaje de las proteínas y los cambios de comportamiento, han arrojado resultados contradictorios y existe un número limitado de estudios disponibles, la influencia potencial de esas dietas en el comportamiento está reconocida en general.
Siempre que la dieta sea de buena calidad, completa y equilibrada, deberá comprobarse si se producen cambios en el comportamiento, entendiendo que la mejor forma de garantizar una conducta saludable es acatar las directivas de los expertos adecuados. La consulta al médico veterinario de confianza, puede descartar otras causas ya que muchos problemas médicos que pueden parecer problemas de comportamiento, quizás tengan origen en el dolor u otra enfermedad que pueda hacer que actúe el animal fuera de la conducta habitual.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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