La longevidad de los animales de compañía aumenta a un ritmo muy llamativo, del mismo modo que ha mejorado muchísimo la longevidad del ser humano. En un tiempo relativamente corto, no más de cien años, hemos duplicado el tiempo que vivimos, y de la misma forma lo han hecho nuestros animales de compañía.
Los perros callejeros viven una media de 6 años, sin embargo, los que forman parte de un entorno humano y con sus cuidados, fácilmente superan actualmente los 12 años. La longevidad tiene un anclaje muy claro en la genética. De este modo hay razas que viven más que otras.
Una de las razas de perro que más ha logrado vivir es el shiba inu, pues tiene menos grasa, es muy ágil y parece disponer de una genética a prueba del tiempo. En la otra punta uno de los que menos vive es el bulldog francés, por una cuestión evidente, dado que esta raza de perros tiene serios problemas respiratorios que producen problemas colaterales, entre otros inconvenientes congénitos.
En cualquier caso, lo que nos dice la ciencia es que los organismos de animales mestizos, siempre tenderán a ser más saludables que aquellos de razas puras. Los perros mestizos son mucho más resistentes que los que pertenecen a una raza, porque la selección natural azarosa de genes hace que prevalezcan las características más afines a la vida y, por lo tanto se pueda producir una evolución positiva en la resistencia al tiempo.
Lo que nos hace envejecer y fallecer es el desgaste biológico de nuestras células. Las canas son un indicativo de la edad que se forman de la siguiente manera: las células tienen la facultad de replicarse y renovarse una cantidad concreta y finita de veces, y llegado cierto momento dejan de “recordar” su color original, generando mayor cantidad de agua oxigenada como residuo y cuando y donde debería aflorar un pelo castaño, rubio o pelirrojo, emerge uno blanco, decolorado.
Esto es porque el organismo de los seres vivos no logra la eternidad en sus procesos de regeneración, en parte por el desgaste, en parte por la oxidación y también por otra parte por una cuestión de “espacio” en la memoria. Las células simplemente dejan de recordar su objetivo, y dejan de ser operativas.
El motivo de que actualmente vivamos mucho más, está basado en los cuidados, en la alimentación y en las vacunas y medicamentos. Existen dos temores fundados con relación a la muerte de nuestros animales de compañía (y también de las personas), uno de ellos es el cáncer, una de las principales causas de mortalidad de perros y gatos, y otro es que un achaque sin importancia se complique y acabe con la vida de un animal adulto.
Los índices de cáncer en animales adultos-ancianos son infinitamente mayores que en los jóvenes. Ante la cuestión de que cada vez hay más perros y gatos con cáncer, la ciencia dice que esto ocurre porque cada vez hay perros y gatos que viven más de los 10 años.
Es decir, no es una cuestión relacionada exclusivamente con la contaminación o con la mala calidad de los alimentos, sino con la capacidad de regeneración celular y su disminución con la edad. Por otro lado, el peligro la complicación de un simple achaque es una clara consecuencia de la fragilidad biológica de los sistemas vitales con la edad. En un organismo joven esto no sería un problema, sin embargo cuanto mayor sea el perro o el gato, más frágil será todo su sistema vital.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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