La Enfermedad Hepática Grasa No Alcohólica (NAFLD, según la sigla en inglés) se caracteriza por el depósito de grasa en el hígado y otros cambios, que van desde inflamación en ese órgano y en ocasiones, la presencia de fibrosis, y hasta cirrosis, en personas sin antecedentes de ingesta de alcohol.
¿Por qué los chicos son un target de esta enfermedad? Se estima que entre el 20 y el 40% de los adultos y entre el 3 y el 10% de los niños en los países occidentales pueden estar afectados por la NAFLD y estas cifras son aún mayores en individuos obesos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos de obesidad y sobrepeso infantil se han triplicado en la última década. El sobrepeso es hoy una verdadera epidemia, como consecuencia de un estilo de vida sedentario, caracterizado por la permanencia de niños y adolescentes por tiempos muy prolongados frente a las pantallas, con actividad física insuficiente y el acompañamiento de una dieta hipercalórica y desequilibrada.
Los casos de obesidad y sobrepeso infantil se han triplicado en la última década.
La NAFLD es subdiagnosticada en la infancia y adolescencia, por lo cual se deben buscar factores de riesgo y descartar otras enfermedades hepáticas. Como no se suelen presentar síntomas, la forma de detección puede ser:
*Al examen físico: un aumento del tamaño hepático.
*En un laboratorio de rutina: elevación de las enzimas hepáticas.
*En una ecografía abdominal: presencia de esteatosis (acumulación de grasa en el hígado).
¿Cómo estimular la realización de actividad física?
Siendo entonces la obesidad una de las causas de la NAFLD, es fundamental la realización de ejercicio físico.
La OMS recomienda que los niños y adolescentes de 5 a 17 años realicen por lo menos 60 minutos de actividad física diaria, de intensidad moderada a vigorosa.
Estas actividades pueden ser juegos, deportes, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela y las actividades comunitarias.
Se necesita que las actividades sean divertidas, compartidas con amigos, o en familia, estimulando el aspecto lúdico.
Claves
-Promover un estilo de vida activo desde etapas tempranas de la vida.
-Estimular y acompañar a los hijos a practicar deportes.
-Fomentar el uso cotidiano de la bicicleta, patineta, bailar al escuchar música, saltar la soga, jugar a la rayuela, etc.
-Disminuir la cantidad de horas frente a las pantallas, T.V. y computadoras a menos de 2 hs por día.
-Recuperar la utilización de espacios públicos para la realización de actividades físicas.
-Respetar las etapas de crecimiento y desarrollo psicofísico que tiene los niños y adolescentes para realizar deportes según sexo y edad.
-Los hábitos saludables desde la infancia como el juego, la actividad física, el deporte, junto con una adecuada alimentación e hidratación son los pilares para mantener un estilo de vida activa en la edad adulta.
Texto: Redacción de Para Ti Mamá / Fuente: Sociedad Aegentina de Pediatría.
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