Silvia López, una mamá súper creativa, nos cuenta: "La espinaca las licúo con crema y le digo a Bauti, de 5 años, que es la pasta del increíble Hulk, y las uvas negras le digo que son las de Batman". Y no es la única, claro. Como ella, un ejército de mujeres intenta a diario alimentar a sus hijos de manera nutritiva, divertida y rica, a pesar de la gran cantidad de "no" que suele escucharse en la mesa.
Aunque la clásica del avioncito nunca falla, las mamás de hoy se las ingenian con métodos más modernos y originales para convencer a sus hijos de probar de todo. "A Santino le preparo los brócolis como arbolitos chiquitos y la zanahoria en bastoncitos, y lo come diciendo que es un plato gourmet", cuenta María Laura, mamá también de Tiziana, de 8 meses.
El rol de los padres
Que es importante comer frutas y verduras, lo tenemos clarísimo, ¿pero sabés realmente por qué? El Dr. Edgardo Ridner, médico especialista en nutrición, nos lo explica: "Aunque solemos decir que son la principal fuente de minerales, vitaminas y fibra, es conveniente recordar que además, aportan volumen. Nuestro estómago se llena con medio kilo de comida: puede ser con medio kilo de pan o con medio kilo de manzana.Pero las calorías son distintas. Además, aportan antioxidantes".
Es por eso, que encontrar la manera de que los chicos las incorporen en su alimentación diaria, es imprescindible. "Casi siempre los médicos escuchamos la misma historia: como no aceptan la comida, los padres les ofrecen solamente unos pocos alimentos y nunca los acostumbran a comer vegetales.
La única receta que nunca falla es la paciencia. Y cuanto más temprano mejor. Hay que incluir vegetales y frutas desde muy chicos, ofreciendo sin insistir", asegura el profesional, y hace hincapié en que sobre todo hay que aprovechar que alrededor de los 6 meses, comienza la edad de mayor curiosidad, llegando a su máximo entre los 12 y 18, entonces es en ese momento cuando los chicos prueban todo.
Por eso, el asesor sostiene que la actitud de los padres será fundamental: "Tranquilidad, seguridad y buena onda, no pueden faltar. Sobre todo porque en promedio, después de presentar un plato cinco veces, todos los chicos terminan probándolo".
Truquitos
Ahora bien, ¿cómo hacemos para que nuestros hijos incorporen alimentos sanos sin quejarse? Según el médico, es fácil: Hay que formularse tres preguntas:
1. cuál es su comida favorita
2. qué aderezo les gusta
3. qué guarnición prefieren.
"Ahí estará la respuesta: si el plato preferido de nuestro hijo es la milanesa con papas y ketchup, hagamos milanesa de pescado con papas y ketchup. Así de simple".
El experto también explica que "lo mejor sería que los chicos sepan que están comiendo algo que les gusta, con vegetales. Por ejemplo, croquetas con espinaca, queso y bien rebozadas, fritas. ¡Sí, fritas! Bien crujientes, con el aderezo preferido. Puede ser un sándwich de hamburguesa con una rodaja de tomate y dos hojas de lechuga; o pizza con abundante salsa de tomates con trocitos de zapallitos o berenjenas", sugiere el especialista.
El menú ideal
El Dr. Ridner asegura, que para chicos que gastan bastante energía durante el día, lo ideal es que consuman en:
–Desayuno y merienda: carbohidratos, idealmente integrales: pan, galletitas y cereales + lácteos (que pueden reemplazarse por fuentes de calcio, como legumbres, frutas secas, frutas frescas y verduras)
–Almuerzo y cena: proteínas magras: carne, pollo, pescado, legumbres + vegetales crudos o cocidos, la mayor parte de los días alternando con alguna fuente de carbohidratos, como pasta y arroz. También preparados con vegetales.
El mejor consejo es comer un poco de todo y jamás mucho de algo, concluye el profesional.
Por Carolina Koruk / Asesoró: Dr. Edgardo Ridner, médico especialista en nutrición, Vocero actual y ex Presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, M.N.63.426.
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