Cada cambio de estación hace que nuestro cuerpo tenga que amoldarse, y la piel no es la excepción: la lluvia, la humedad, el frío y el viento pueden afectarla, y si le sumamos las variaciones bruscas de temperatura (ir de un lugar frío a uno calefaccionado o viceversa), el resultado puede ser un combo adverso.
"Las respuestas de la piel a las bajas temperaturas incluyen cambios fisiológicos vinculados con la termorregulación, como la vasoconstricción de los capilares sanguíneos dérmicos, que se traduce en la palidez de la piel", explica la Dra. Adriana Raimondi, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología y de la Academia Americana de Dermatología.
Sin dudas, uno de los efectos menos deseados es el tan frecuente enrojecimiento del cutis. ¿A qué se debe? "Por la vasodilatación capilar, el enrojecimiento de la cara es una constante en invierno. Los ambientes calefaccionados, generalmente con poca humedad, pueden ser muy nocivos para la piel. Se corrige vaporizándose con agua termal y bebiendo abundante líquido. Evitar las bebidas muy calientes, el exceso de alcohol y los picantes. Además, es indispensable humectar la piel a diario".
DIEZ MANDAMIENTOS.
1. Evitá el agua muy caliente. Deshidrata la piel y contribuye a la pérdida de lubricación. Es importante secarse muy bien después del baño.
2. No uses fórmulas con ingredientes abrasivos. Para la limpieza optá por productos suaves.
3. Hidratá la piel al al máximo. Sobre todo después de la ducha y antes de irte a la cama.
4. Elegí fórmulas enriquecidas. Optá por productos suaves o con emolientes y humectantes, con componentes como las ceramidas o ácido hialurónico.
5. Cuidado al exfoliar. Si tu piel es seca o sensible, mejor evitala. Una vez a la semana será suficiente para eliminar células muertas y ayudar en la penetración de los productos hidratantes.
6. No dejes de usar protector solar.
7. Protegé los labios. Además del frío, el peor enemigo de los labios en invierno es estar mojándolos todo el tiempo para sentirlos menos tirantes. Complementá con bálsamos o labiales que, además de aportar color, cuentan con componentes humectantes.
8. Prestale mucha atención a las manos. Evitá los jabones y toallitas desinfectantes. La clave es elegir algún jabón de manos con componentes humectantes. Antes de dormir es recomendable que apliques una buena crema de manos y cubras con guantes de algodón –sobre todo si ya sufriste resequedad– durante toda la noche. En pocos días vas a ver una mejora notable.
9. Hacé tratamientos en casa. Es la época ideal para tratamientos caseros. Las mascarillas son ideales.
10. Elegí las texturas adecuadas. Para evitar irritaciones siempre es mejor optar por productos con fragancias suaves (o sin ellas). Los ungüentos y bálsamos son ideales para las zonas más secas, como labios, codos y rodillas.
MÁXIMA PROTECCIÓN EN LA NIEVE. ¿Qué sucede cuando nos exponemos a temperaturas extremas y con nieve? "El descenso de la temperatura disminuye el nivel de sustancias protectoras de la piel.
El viento y la baja humedad reducen la cantidad de líquido en la dermis. Y la radiación ultravioleta, que es más alta a mayor altura –sumada al reflejo de la nieve–, multiplica el riesgo de quemaduras. Se aconseja usar un factor de protector solar 30 o más y repetir la aplicación cada dos horas. No olvidar las orejas", apunta la Dra. Raimondi, mientras brinda unos tips: xHidratá. xPreferí productos con urea, ácido láctico o vitamina A. xNo olvides proteger los labios. xPrestá atención a las manos que tienden a agrietarse debido al frío. xPara la vista, lentes con protección para radiación UV.
Texto: M. Florencia Bocalandro. Producción: Maite Irazu
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