Era de la longevidad: las claves para gestionar nuestras finanzas

Según la ONU, para 2050, la población mundial de 60 años o más se duplicará, alcanzando casi 2.100 millones de personas

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(Getty Images)
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La creciente longevidad de la población ha desencadenado una transformación profunda en la economía global. La “generación silver”, compuesta por aquellos que han superado los 50 años, está redefiniendo las normas y expectativas en la planificación financiera.

Este fenómeno no es solo una cuestión demográfica, sino un cambio de paradigma que nos obliga a repensar cómo gestionamos nuestras vidas y nuestras finanzas en una sociedad donde vivir 100 años está dejando de ser una excepción para convertirse en la norma.

Revolución demográfica

Las proyecciones demográficas son contundentes: según la ONU, para 2050, la población mundial de 60 años o más se duplicará, alcanzando casi 2.1 mil millones de personas. En Estados Unidos, se espera que la población de 65 años o más crezca de 58 millones en 2022 a 82 millones en 2050. En América Latina, se prevé que la proporción de personas mayores de 60 años pase al 30% en el mismo periodo, lo que representa un desafío significativo para los sistemas de seguridad social y para las economías que aún no han logrado adaptarse completamente a este cambio demográfico.

La nueva longevidad está redefiniendo la forma en que se gestionan las transferencias de riqueza entre generaciones

Años de trabajo extendidos: nuevos paradigmas

Con el aumento de la expectativa de vida, cada vez más personas optan por seguir trabajando más allá de la edad tradicional de jubilación. Según un estudio de la OCDE, en los países miembros, la tasa de empleo entre las personas de 55 a 64 años aumentó del 50% en 2000 al 62% en 2020, reflejando un cambio en la percepción del retiro. Esta tendencia no solo contribuye a incrementar los ahorros para la etapa del retiro o incluso lograr ingresos para complementar haberes provisionales que resultan cada vez más insuficientes para sostener el mismo estilo de vida.

Atrasos en la transferencia de riqueza

La nueva longevidad está redefiniendo la forma en que se gestionan las transferencias de riqueza entre generaciones. Se estima que, en los próximos 20 años, tendrá lugar la mayor transferencia de riqueza en la historia, con un estimado de 68 billones de dólares pasando de los baby boomers a sus herederos solo en los Estados Unidos.

Fideicomisos revocables y testamentos permiten una planificación más flexible y accesible, asegurando que los activos se distribuyan según los deseos del titular

Ante esta situación, han surgido varios instrumentos que permiten planificar y gestionar estas transferencias de manera más eficiente:

  1. Fideicomisos y testamentos: fideicomisos revocables y testamentos permiten una planificación más flexible y accesible, asegurando que los activos se distribuyan según los deseos del titular, con menores complicaciones legales y fiscales.
  2. Fondos asesorados por donantes: son cuentas de inversión mantenidas por organizaciones benéficas donde los donantes pueden realizar contribuciones caritativas de inmediato, pero distribuir las donaciones a lo largo del tiempo. Estos fondos permiten a los donantes planificar estratégicamente su impacto filantrópico, involucrando a futuras generaciones en la toma de decisiones y promoviendo una cultura de responsabilidad social dentro de la familia.
  3. Vehículos de inversión conjunta: permiten a varios miembros de la familia invertir conjuntamente en proyectos o empresas que reflejan sus valores compartidos, creando un sentido de unidad y propósito mientras se construye y gestiona el patrimonio familiar.
  4. Programas personalizados de educación financiera: Cada vez más, las familias están invirtiendo en la formación financiera de sus herederos para asegurar una gestión responsable del patrimonio. Instituciones financieras ofrecen programas personalizados que incluyen desde los conceptos básicos de inversión hasta la planificación fiscal avanzada, con módulos adaptados a diferentes edades y niveles de experiencia.

Innovación en servicios financieros: llamado a los bancos

Las instituciones financieras deben evolucionar para satisfacer las necesidades de esta población en crecimiento.

Un estudio de PwC revela que solo el 28% de los consumidores a nivel mundial confía en los servicios financieros que recibe, lo que subraya la necesidad de una transformación significativa. Desde ofrecer asesoramiento financiero personalizado hasta desarrollar productos inclusivos, las instituciones que se adapten a la Economía de la Longevidad estarán en una posición privilegiada para captar y fidelizar a esta importante base de clientes.

Un informe del Banco Mundial señala que solo un tercio de los adultos a nivel mundial posee conocimientos financieros básicos

Educación financiera: una herramienta clave para todas las edades

La educación financiera es esencial en todas las etapas de la vida. Un informe del Banco Mundial señala que solo un tercio de los adultos a nivel mundial posee conocimientos financieros básicos, lo que pone de relieve la urgencia de mejorar la alfabetización financiera. Entender cómo ahorrar, invertir y planificar para el futuro es fundamental para garantizar una seguridad financiera duradera en un mundo en constante cambio. Las iniciativas de alfabetización financiera deben ser prioritarias para preparar a las personas para los desafíos y oportunidades que presenta una vida prolongada.

El futuro de la longevidad

Estamos viviendo un cambio demográfico sin precedentes, conocido como la Revolución de la Longevidad. Este fenómeno se caracteriza por la creciente probabilidad de que una gran parte de la población alcance, o incluso supere, los 100 años de vida. Lo que antes parecía una excepción, hoy se está convirtiendo en la norma, y este cambio nos invita a replantearnos cómo gestionamos nuestras vidas, nuestras estructuras sociales y nuestros modelos de negocio, abriendo la puerta a nuevas oportunidades.

Este es un llamado a la acción para cada uno de nosotros. Es el momento de asumir un rol protagónico en la gestión de este cambio de paradigma. No basta con adaptarnos pasivamente; debemos involucrarnos activamente, tanto en nuestras vidas personales como en nuestros entornos. Es hora de cambiar la mentalidad, innovar y generar las herramientas necesarias para enfrentar y liderar esta transformación. Solo así podremos asegurar un futuro de bienestar.

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