En la antigua Grecia, el deporte y la actividad física eran valorados y fomentados en edad temprana. Los griegos creían que el desarrollo físico era fundamental para el desarrollo completo de la persona. El deporte se practicaba en contextos competitivos, como los Juegos Olímpicos, y en actividades recreativas y de entrenamiento.
Los griegos entendían que el deporte no solo era importante para el bienestar físico, sino también para el mental. Creían que el ejercicio físico regular tenía un impacto positivo en el estado de ánimo, la claridad mental y la salud emocional.
Creían en la conexión entre una mente sana y un cuerpo sano, y veían el deporte como una forma de mantener ese equilibrio.
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Además, los griegos reconocían los beneficios sociales y comunitarios del deporte. Los eventos deportivos, como los Juegos Olímpicos, reunían a atletas y espectadores de diferentes ciudades, promoviendo la interacción social y la cohesión. Lo consideraban una forma de educación, ya que valoraban aspectos como el juego limpio, la honestidad, el respeto por los oponentes y el cumplimiento de las reglas.
Naciones Unidas ha creado una Red Mundial de Jóvenes dentro de la Oficina contra la Droga y el Delito, que organiza encuentros permanentes de jóvenes y organizaciones vinculados a distintos deportes. Examina permanentemente la temática que comenzó con un curso práctico bajo el lema “El Espíritu del deporte” y su objetivo era examinar la utilización óptima del deporte para apoyar enfoques, por los jóvenes y para los jóvenes, de prevención del uso indebido de las drogas, y para determinar y describir “prácticas óptimas” para su utilización por otros grupos.
En abril de 2023, reunida en México, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito afirmó: “Las actividades deportivas pueden prevenir la violencia, la delincuencia y el consumo de drogas entre jóvenes”. Asimismo, creó el programa juega y vive, promoviendo el uso del deporte como una herramienta para reducir la violencia, desarrollar el pensamiento crítico, resolver problemas en forma pacífica y resistir las presiones sociales para participar en actividades delictivas.
Como vimos, desde la antigua Grecia hasta el presente, el deporte puede desempeñar un papel muy importante en la vida de los jóvenes, como una salida de la droga y proporcionar espacios de contención. Participar en actividades deportivas ofrece numerosos beneficios físicos, mentales y sociales que pueden ayudar a prevenir el consumo de drogas y brindar alternativas saludables.
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El deporte fomenta un estilo de vida activo y saludable. Al involucrarse en actividades deportivas, los jóvenes pueden mejorar su condición física y desarrollar habilidades motoras, fortalecer su sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con el sedentarismo.
Finalmente, podemos afirmar que el deporte tiene un impacto altamente positivo en la salud mental de los jóvenes. La participación en actividades deportivas ayuda a liberar endorfinas, lo que puede mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y la ansiedad, por lo tanto, contrarrestar los factores de riesgo asociados con el consumo de drogas, como la depresión o la falta de autoestima.
El deporte les proporciona a los jóvenes un sentido de pertenencia y unión al relacionarse con otros compañeros, entrenadores y mentores. Estos vínculos sociales les brindan apoyo emocional, inspiración y motivación para mantenerse alejados de las drogas, al mismo tiempo incorporan habilidades y valores, disciplina y trabajo en equipo, la resiliencia y el juego limpio.
Estos valores son fundamentales para una vida saludable y pueden ayudar a los jóvenes a tomar decisiones responsables con relación a las drogas.
Es importante destacar que el deporte no es una solución mágica ni una garantía absoluta de que los jóvenes no se involucren en el consumo de drogas, sin embargo el Estado debe involucrarse y ser participe activo para promover esta alternativa altamente positiva y desarrollar por medio del deporte habilidades y hábitos saludables. “Mens sana in corpore sano”.
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