El futuro de la salud es con más tecnología y telemedicina

La polémica desatada en los últimos días respecto a las recetas digitales deja expuestos los problemas estructurales de un sistema de salud colapsado. La atención médica virtual se asoma como la solución más beneficiosa, tanto para los pacientes como para los profesionales

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El cambio de reglas sobre la validez de las recetas digitales es tan solo un ejemplo del atraso tecnológico del sistema de salud argentino

El sistema de salud argentino tal como lo conocemos está terminado. El cambio de reglas de un día para otro sobre la validez de las recetas digitales en la compra de medicamentos es tan solo un ejemplo del atraso tecnológico que deteriora -aún más- un modelo completamente colapsado y obsoleto. En este contexto, la telesalud se asoma como la solución más beneficiosa, tanto para los pacientes como para los profesionales y las empresas.

Reformas a medias

La pandemia del COVID-19 expuso los problemas estructurales del sistema de salud argentino y abrió paso a nuevos inconvenientes, como meses de demoras para conseguir turnos, el temor a contagiarse en farmacias o salas de espera, la falta de recursos médicos y la explotación y agotamiento de los profesionales asistenciales. En consecuencia, el Gobierno promulgó en agosto de 2020 la Ley 27.533, que reglamentó la prescripción y dispensación de medicamentos a través de recetas electrónicas o digitales, y permitió la utilización de plataformas de teleasistencia.

Sin embargo, la norma se aplicó a medias y de manera deficiente. Los organismos competentes nunca tomaron las medidas necesarias para su correcta implementación y al día de hoy muchos médicos no cuentan con el software oficial, que está dotado de un mecanismo de seguridad digital y trazabilidad para indicar las recetas digitales, o peor aún, algunos profesionales hasta desconocen cómo deben certificar la firma digital de esas recetas.

Por estos motivos, la decisión que tomó el Ministerio de Salud de anular la posibilidad de conseguir un medicamento a través de una foto de la receta o enviándola por WhatsApp generó un verdadero revuelo: si bien el uso de las recetas digitales sigue vigente, este cambio les genera serios inconvenientes a los pacientes y provoca un gran desconcierto entre los profesionales asistenciales. De más está señalar la inoportuna fecha de la medida, considerando que está por comenzar la temporada de verano y que muchos profesionales no volverán a atender hasta febrero.

Un sistema de salud colapsado

Lo que sucedió con las recetas digitales es tan solo un ejemplo más de las reformas a medias que se realizaron. La habilitación durante la cuarentena para atenderse con un médico de manera virtual fue insuficiente para solucionar el colapso de la demanda y evitar que los pacientes se acerquen a los consultorios: no todas las prepagas lograron adaptarse adecuadamente a los cambios y los problemas para conseguir turno con un profesional persisten al día de hoy.

Durante la primera mitad de este año, la demanda de turnos para consultas y estudios médicos crecieron un 42% en promedio para todas las especialidades en comparación con el mismo período del año pasado, según un estudio de la asociación Adecra+Cedim, lo que provocó un colapso del sistema de salud, tanto público como privado. Se calcula que hay demoras de cuatro a seis semanas o más para conseguir una cita con un profesional asistencial, aunque en algunas especialidades puede extenderse por varios meses.

En medio de esta situación, los aumentos no cesan. Además de la suba ya pautada del 6,9% en enero, el 1 de febrero comenzará a implementarse el nuevo índice mensual de aumento de las cuotas de las prepagas, que será del 4,91% u 8,21%, según los ingresos netos de los titulares.

La solución, al alcance de la mano

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la telemedicina es “la práctica de la atención médica con la ayuda de comunicaciones interactivas de sonido, imágenes y datos, e incluye la prestación de asistencia médica, la consulta, el diagnóstico y el tratamiento, así como la enseñanza y la transferencia de datos médicos”. No se trata solo de una asistencia tecnológica, sino de un “proceso de atención médica a distancia”.

La pandemia nos permitió abrir las primeras puertas hacia la implementación de la tecnología en el sistema sanitario y el desarrollo de la telesalud, pero no debemos quedarnos con las insuficientes medidas que se tomaron ni con los incipientes cambios que se llevaron a cabo.

Es el momento de que la ciudadanía en general, las autoridades y las prepagas entiendan que la medicina, al igual que otras industrias, está ante una oportunidad única de adaptarse a los cambios y, de una vez por todas, progresar de la mano de la telesalud.

Los beneficios de la telesalud

No se trata de inventar la pólvora, sino de basarse en casos que ya tuvieron éxito en otros países para desarrollar las mismas tecnologías y modernizar nuestro sistema de salud. En la Argentina ya existen plataformas que ofrecen soluciones tecnológicas y atención médica de manera 100% online y han reportado experiencias positivas.

A diferencia del servicio de atención médica virtual ya existente, estas plataformas permiten atenderse en muchas especialidades a través de videoconsultas, diagnósticos rápidos, emisión de recetas digitales, pedidos de estudios y tratamientos y la posibilidad de digitalizar las historias clínicas.

Iniciativas de estas características, con atención completamente online en varias especialidades, brindan la posibilidad que la cita con los profesionales de la salud sea inmediata para el servicio de guardia, y que el tiempo de espera para los turnos sea de menos de una semana. Además, se puede obtener diagnósticos personalizados y prescribir recetas digitales al instante, sin inconvenientes a la hora de presentarlas en las farmacias.

Otra de las grandes ventajas de la telesalud es que los pacientes no tienen la necesidad de acudir al consultorio y, de esta manera, se evita la exposición a contagios, además de reducir costos, distancias y tiempos en traslados.

En un contexto de caída del poder adquisitivo y pérdida del empleo formal, el número de usuarios que se da el “lujo” de permanecer en el sistema de salud privado tiende a reducirse. Por eso, no es un detalle menor que los servicios de atención médica online cuentan con los planes de salud más económicos del mercado.

Los usuarios no son los únicos que se benefician con un sistema de salud de estas características, ya que, en medio de una situación delicada para la economía, los profesionales asistenciales también obtienen grandes ventajas al no cobrar sus honorarios en diferido (algo habitual en la profesión). Asimismo, aumentan su productividad, se preserva su salud y se descentraliza la demanda, evitando la saturación de los servicios, los recursos y el personal.

La polémica con las recetas médicas fue el llamado de atención que necesitábamos para inclinarnos definitivamente por un sistema que se adapte a las circunstancias actuales. Es hora de darle prioridad a lo más prioritario: nuestra salud.

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