El vino argentino cosecha hoy los frutos de su magnífica evolución. Con el foco puesto en el terroir y la selección de parcelas, sumado a una estrategia de vinificación restringida y unas notas de originalidad criolla, las bodegas de nuestro país han logrado en las últimas dos décadas un notorio cambio en la calidad y estilo.
Para Amanda Barnes, autora de The South American Wine Guide, “existe una importante investigación e inversión por parte de las bodegas que ha permitido a los enólogos experimentar con microvinificaciones, microxigenaciones y maceraciones post-fermentativas”. Estos avances no solo se deben a la capacidad de los productores argentinos de adaptar las tendencias del exterior a sus propios terroirs, sino también a su apertura para compartir la información entre ellos.
El análisis del suelo, la selección de parcelas y el entendimiento del terroir (particularmente en altitudes más altas), ha contribuido a mejorar la producción de Argentina desde mediados de los 2000. Lo que regiones del antiguo continente han hecho durante cientos de años, nuestro país lo ha logrado en tan solo dos décadas. La velocidad de descubrimiento y educación es fenomenal. Según Barne, “hay una pureza mucho mayor en los vinos de hoy, y un enfoque en la frescura, la expresión de la fruta y la longitud con precisión, lo que se traduce en vinos distintivos y agradables para explorar”.
Prueba de ello son las laureadas etiquetas nacionales que se comercializan en la distinguida plataforma La Place de Bordeaux. Allí, las bodegas Catena y Achaval des Andes, por ejemplo, comparten espacio con productores de prestigioso pedigree como Château Mouton Rothschild y Concha y Toro. Según esta plataforma, la reciente apertura a bodegas del nuevo mundo, se explica por la oferta de estilos de vino más elegantes, así como por los elogios de los críticos con expertise que ha generado una audiencia global atenta a los nuevos lanzamientos de Argentina.
Del mismo modo, The Wine Advocate, la institución creada por el célebre Sommelier Robert Parker, evaluó este año una lista de vinos argentinos que se llevaron las más altas puntuaciones. Entre ellos, figura el Malbec Finca Piedra Infinita Gravascal de la familia Zuccardi, que obtuvo cien puntos por segundo año consecutivo. Igual puntaje recibieron El Enemigo y Gualtallary creados por Alejandro Virgil y Adriana Catena de Catena Zapata. Esta última bodega también recibió buenas puntuaciones por sus Chardonnays White Stone y White Bones, con 99 y 98 puntos respectivamente.
Un reconocimiento adicional fue la consagración del Trivento Reserve como el vino más vendido en el Reino Unido. El Malbec, elaborado por la bodega Trivento, lleva 52 semanas en el mercado británico y ya ha recaudado 72 millones de libras (más de $95 millones de dólares). Según la empresa, la venta general de Trivento en este país aumentó 22% (en valor) y alcanzó una penetración en hogares del 7,2%. Además, el vino emblema superó el millón de cajas de 9 litros vendidas a escala global en 2020 y proyecta cerrar 2021 con 1,5 millones, superando en ventas a vinos que provienen de orígenes tradicionales, como Francia o España, y del nuevo mundo, como Australia y Sudáfrica.
Según informó el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el Reino Unido es el segundo mercado comprador de vino nacional detrás de los Estados Unidos. Mientras que el año pasado la exportación al país llegó a los $127 millones de dólares, este año las bodegas argentinas alcanzaban los $118 millones de dólares en el mes de octubre, pronosticando un cierre de año superior al del 2020.
Londres es la cuarta ciudad del mundo donde más vino se consume y la oferta argentina tiene una presencia establecida y creciente entre distribuidores, vinotecas, supermercados y una variedad cada vez más amplia de restaurantes. Este año la etiqueta Catena entró en el top 100 del famoso ranking de marcas Nielsen Brands gracias a su masiva presencia. El mercado de UK está levemente incrementando el consumo de vino de mayor calidad. Entre las hipótesis que explican este aumento, se encuentra la que adjudica el fenómeno a las limitaciones sociales causadas por la pandemia y la consecuente necesidad de experimentar nuevas sensaciones de fácil acceso, como puede ser un vino de buena calidad.
Lo cierto es que la incansable labor de promoción público-privada ha contribuido a ubicar al vino argentino en el podio mundial. La Embajada ante el Reino Unido, por ejemplo, viene participando desde el 2011 en el Malbec World Day, la iniciativa global creada por Wines of Argentina y la Corporación Vitivinícola Argentina para posicionar la marca MalbecArgentino en el calendario internacional. Asimismo, este año participamos de las ferias más importantes del sector, como The International Bulk Wine and Spirits Show y la London Wine Fair. Además, organizamos catas y seminarios virtuales en tiempos de pandemia, a la espera de recuperar las visitas y misiones inversas en su formato presencial. No es casual que esta Embajada haya sido una de las pocas representaciones invitadas a participar de la Fiesta de la Vendimia 2021; un claro guiño al boom de las exportaciones vitivinícolas al Reino Unido.
Este año, pese a las restricciones logísticas globales a causa de la pandemia y a las limitaciones domésticas (como la falta de botellas), las bodegas argentinas registrarán un nuevo récord de exportación. En base a los datos provistos por el INV, hasta este último mes de noviembre, los despachos de vinos fraccionados habían crecido un 8,6%, llegando a una facturación de $750.06 millones de dólares. Con esta información, el sector estima llegar a los $840 millones de dólares en exportaciones de fraccionados para fin de año, permitiendo superar así el histórico registro de $787 millones alcanzados en el 2012. Más aún, si se suman las ventas a granel, se llegaría a los $900 millones de dólares, número que crecería a $1000 millones si se incluyen las exportaciones de mosto.
El esfuerzo y originalidad de los productores vitivinícolas sumado al constante trabajo de promoción público-privado es el perfecto maridaje para lograr el reconocimiento mundial del vino argentino. Los resultados están a la vista.
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