Empleo: en busca de un propósito que brinde bienestar

Si bien en Estados Unidos esto ya es una realidad, en países como la Argentina los trabajadores comienzan esa búsqueda con mayor frecuencia

Foto: Franziska Gabbert/dpa

La idea de volver o no a la oficina en una etapa post pandemia es uno de los temas que hoy mantiene en vilo a los directorios de las organizaciones. Según un relevamiento realizado por Mercer, el 43% de las empresas definió no retornar al lugar de trabajo en el corto/mediano plazo y seguir trabajando 100% remoto. En la medida que no existan inmunidad de rebaño se busca que los colaboradores sigan trabajando de manera remota, para salvaguardar su salud y bienestar.

Sin embargo, también se percibe el deseo de los colaboradores de volver a la oficina, por la necesidad de conexión social y conectividad que define al ser humano. El Covid-19 amplificó el movimiento sísmico que estamos viviendo y todos los procesos se han acelerado. Uno de esos procesos es el autoconocimiento y el empezar a hacernos preguntas sobre nuestro propósito: si somos felices con nuestro trabajo o cómo queremos estar en bienestar.

A nivel mundial y local estamos viviendo esta pandemia como una crisis de salud, pero también humana. Nos enfrentó a un nuevo paradigma que estamos viviendo a nivel de lo físico y emocional, ya no solo verbalizando.

Ante este escenario que, aunque con sutiles diferencias, se replica a nivel mundial, comienza a asomar una tendencia por la que los empleados renuncian a sus trabajos sin tener otro empleo para emprender algo alineado a su propósito. Si bien en Estados Unidos esto ya es una realidad, en países como Argentina comenzamos a verlo con mayor frecuencia.

El futuro del trabajo va a demandar que seamos más ágiles, más flexibles, más vulnerables al error, y que tengamos capacidades para aprender y desaprender

El contexto llevó a los colaboradores a reflexionar sobre si realmente estaban alienados con la cultura de la empresa, si lo que hacían los completaba como persona.

Los colaboradores más que nunca quieren estar en bienestar; equilibrar su vida laboral y su vida personal; y empiezan a entender que la vida es única, una sola, no una laboral y aparte otra personal. Entonces, muchos encontraron en el emprendedurismo una manera de salida laboral y, como ya no quieren volver a sus lugares de trabajo, dejan ese trabajo en relación de dependencia.

El futuro del trabajo va a demandar que seamos más ágiles, más flexibles, más vulnerables al error, y que tengamos capacidades para aprender y desaprender. Y esta situación no hace más que generar una escasez aún mayor de talento en un mundo que demanda más talento digital que todavía no se ha desarrollado.

Frente a esto, y teniendo en cuenta que las empresas están cada vez más “hackeadas” por la pandemia, por la flexibilidad, por cómo enfrentar la vuelta a un nuevo estadio que será híbrido, se enfrentan al desafío de reinventar los espacios de trabajo para seducir a aquellos colaboradores que no quieren volver a lo tradicional.

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