La tecnología ha sido responsable de lanzar grandes nombres en el mercado. Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg, solo por citar algunos, aparecen a menudo en los titulares de los periódicos de todo el mundo. Sin embargo, ¿somos capaces de recordar alguna mujer que esté al mando de esas grandes empresas? Aunque se encuentran figuras destacadas femeninas a lo largo de la historia de esta industria, las mujeres siempre han enfrentado retos para establecer su lugar en la tecnología.
Una encuesta de Women in Tech, del Reino Unido, señala que tan solo uno de cada seis expertos en tecnología en el país es mujer y, de ellas, solo una en cada diez está en puestos de liderazgo en TI. En las universidades, solo representan el 25 % de los graduados en las áreas de tecnología en los últimos años, según datos divulgados por Women in Data Science (WiDS).
Cambiar este panorama ha sido una ardua tarea, pero las mujeres están mostrando cada vez más fuerza y coraje para alcanzar puestos de trabajo más altos y niveles de liderazgo. De a poco, el tema va ganando espacio gracias a las empresas e instituciones de enseñanza, que desarrollan programas e iniciativas centrados en involucrar a las mujeres en el sector de la tecnología.
Esa transformación ha sido impulsada por la apertura de las compañías hacia el tema de la diversidad e inclusión. Entre los distintos públicos que se engloban en las políticas de D&I, las mujeres aparecen como una de las grandes prioridades del mercado. Muchas compañías ya han comprendido que la diversidad aporta ventajas competitivas y mantiene a los colaboradores comprometidos, despertando el sentimiento de orgullo por pertenecer a una empresa plural que valora a todos los profesionales.
Una encuesta global de la consultora KPMG, publicada a fines del año pasado, demostró que en América Latina hay más mujeres en niveles de liderazgo en tecnología que en países con una pauta de diversidad mucho más avanzada. De acuerdo con el estudio, la representación de las mujeres en puestos directivos en tecnología en la región es actualmente de un 16 %. El porcentaje es significativamente mayor que el 4 % de representatividad femenina en esas funciones en países como el Reino Unido y superior al 11 % de promedio global.
Los números corroboran el discurso de que las mujeres no solo pueden pero deben asumir un papel más importante en las corporaciones. Para ello, es necesario que las empresas piensen y apliquen en su rutina estrategias de inclusión que beneficien tanto el crecimiento de las profesionales femeninas como de la organización en su totalidad.
Algunas iniciativas sencillas pueden ser fundamentales para cambiar el panorama del mercado:
1) Transparencia: una de las primeras acciones que deben implementarse es el mapeo de cuántas mujeres hay en la organización por cargos y áreas. Estos datos ayudan a generar awareness, provocando una reflexión y concientización sobre el tema.
2) Grupos de trabajo diversos: otra simple acción se propone quebrar los nichos por género, mezclando a los profesionales en proyectos o iniciativas internas. Esta práctica tiene la finalidad de que las personas se acostumbren a tener la presencia femenina y masculina siempre juntas.
3) Disminuir los sesgos de los procesos selectivos: lo ideal es que los procesos de selección sean transparentes, considerando y respetando la diversidad. Los reclutadores deben tratar de desprenderse al máximo de sesgos conscientes e inconscientes y evaluar únicamente las cualificaciones del profesional.
4) Establecer programas de formación internos: en vez de decir que no hay talentos capacitados en el mercado, lo ideal es invertir en programas de formación de liderazgo internos, usando los talentos ya existentes y moldearlos con los valores y la cultura de la empresa. De este modo, cuando surja una necesidad de contratación, la empresa tendrá talentos suficientemente capacitados para asumir el puesto.
5) Evitar hacer distinciones: los reconocimientos deben orientarse al profesional que logró buenos resultados, independientemente del género.
6) Crear grupos de apoyo: crear grupos de discusión solo con profesionales femeninas a fin de brindar un entorno seguro que permita el intercambio genera empatía y unión.
7) Garantizar la diversidad desde los niveles ejecutivos: es importante considerar la presencia de las mujeres en todos los niveles del ecosistema, incluso en los cargos C-level y en los boards, para que el mensaje sea realmente tomado en serio por los asociados, a imagen del alto liderazgo.
Por supuesto que la implementación de estas acciones no ocurrirá rápidamente, pero indican el camino hacia una transformación profunda y verdadera en las organizaciones. Proporcionar la inclusión femenina en la industria de la tecnología es una demanda pendiente desde hace décadas, y si cada compañía, cada empleador y colaborador, hace su parte, pronto tendremos una evolución positiva.
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