Qué es la bulimia nerviosa, cuáles son los síntomas y cómo se trata

Como en este caso, hay enfermedades que los síntomas no son claros, sobre todo si lo padece un ser querido, por es es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

Si no se trata este padecimiento de forma rápida y oportuna puede ser fatal (Imagen Ilustrativa Infobae)

La bulimia nerviosa es un trastorno alimentario grave y potencialmente fatal, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud Mayo Clinic.

Es posible que las personas con bulimia tengan en secreto episodios de atracones, es decir, que coman grandes cantidades de alimentos y pierdan el control de su alimentación y luego vomiten, para tratar de deshacerse de las calorías adicionales de forma no saludable.

Para deshacerse de las calorías y evitar aumentar de peso, las personas con bulimia pueden usar distintos métodos. Por ejemplo, pueden inducirse el vómito con regularidad o usar laxantes de manera inapropiada, suplementos para bajar de peso, diuréticos o enemas después del atracón.

También pueden usar otras maneras de deshacerse de las calorías y evitar aumentar de peso, como ayunar, adoptar una dieta estricta o hacer ejercicio de forma excesiva.

Si tienes bulimia, probablemente te preocupe tu peso y forma corporal. Es posible que te juzgues severa y duramente por los defectos que percibes que tienes.

Dado que la bulimia se relaciona con la imagen de uno mismo y no simplemente con los alimentos, puede ser difícil de superar. Pero un tratamiento eficaz puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismo, a adoptar patrones de alimentación más saludables y a revertir las complicaciones graves.

Síntomas

Los signos y síntomas de la bulimia pueden incluir lo siguiente:

  • Preocuparse por la forma del cuerpo y el peso
  • Vivir con miedo de aumentar de peso
  • Repetir episodios de comer cantidades excesivas de alimentos de una sola vez
  • Sentir una pérdida de control durante el atracón, como si no pudieras dejar de comer o no pudieras controlar lo que comes
  • Forzar el vómito o hacer demasiado ejercicio para no aumentar de peso después de un atracón
  • Usar laxantes, diuréticos o enemas después de comer cuando no son necesarios
  • Ayunar, restringir las calorías o evitar ciertos alimentos entre atracones
  • Usar suplementos dietéticos o productos a base de hierbas en exceso para bajar de peso

La gravedad de la bulimia se determina por el número de veces a la semana que te purgas, por lo general al menos una vez a la semana durante por lo menos tres meses.

Cuándo debes consultar con un médico

Se deben estar atento a los alertas para detectar un caso de bulimia en la familia (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si tienes síntomas de bulimia, busca atención médica cuanto antes. Cuando no se trata, la bulimia puede tener efectos graves sobre la salud.

Habla con el proveedor primario de atención o con un profesional de la salud mental sobre los sentimientos y síntomas de la bulimia.

Si no quieres buscar tratamiento, habla con alguien sobre lo que te sucede, puede ser un amigo, un ser querido, un maestro, un líder religioso o alguien en quien confíes. Ellos podrán ayudarte a adoptar las primeras medidas para obtener un tratamiento exitoso contra la bulimia.

Ayudar a un ser querido que presenta síntomas de bulimia

Si crees que un ser querido tiene síntomas de bulimia, habla con él de forma abierta y honesta sobre lo que te preocupa. No puedes obligarlos a buscar atención profesional, pero puedes animarlos y apoyarlos.

También puedes ayudarlos a encontrar un médico capacitado o un profesional de la salud mental, pedir una consulta e incluso acompañarlos.

Ya que muchas de las personas con bulimia son de peso normal o tienen un poco de sobrepeso, quizás no sea evidente para los demás que hay un problema. Las señales de advertencia que los amigos y los familiares pueden notar incluyen lo siguiente:

  • La preocupación o las quejas constantes por ser gordos
  • La percepción corporal distorsionada y excesivamente negativa
  • El consumo repetitivo de cantidades grandes de comida de una sola vez, en especial de alimentos que la persona suele evitar
  • La adopción de dietas estrictas o ayunos después de comer en exceso
  • La negación a comer en público o frente a otras personas
  • Las visitas al baño justo después de comer, durante las comidas o por largos períodos
  • El exceso de ejercicio
  • La presencia de llagas, cicatrices o callos en los nudillos o las manos
  • El daño en los dientes y encías
  • El cambio en el peso
  • La inflamación de las manos y los pies
  • La inflamación de la cara y las mejillas a causa del agrandamiento glandular

Factores de riesgo

Las niñas y las mujeres son más propensas a tener bulimia que los niños y los hombres. Por lo general, la bulimia comienza durante los últimos años de la adolescencia y el principio de la adultez.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de bulimia se incluyen los siguientes:

Biología: Las personas con familiares de primer grado (hermanos, padres o hijos) con un trastorno alimenticio pueden ser más propensas a desarrollar un trastorno alimenticio, lo que indica un vínculo genético posible. Tener sobrepeso durante la niñez o la adolescencia puede aumentar el riesgo.

Problemas psicológicos y emocionales: Los problemas psicológicos y emocionales, como la depresión, los trastornos de ansiedad o el consumo de sustancias están estrechamente ligados a los trastornos alimenticios. Las personas con bulimia pueden tener sentimientos negativos sobre ellas mismas. En algunos casos, los eventos traumáticos y el estrés ambiental pueden ser factores que contribuyen a la enfermedad.

Dieta: Las personas que siguen dietas tienen un riesgo mayor de desarrollar trastornos alimenticios. Muchas personas con bulimia restringen de forma grave las calorías entre episodios de atracones, lo cual puede desencadenar en una necesidad de comer compulsivamente otra vez y luego purgarse. Otros desencadenantes para los atracones incluyen estrés, una mala autoimagen corporal, alimentos y aburrimiento.

Diagnóstico

Ante los primeros síntomas, lo mejor siempre es acudir al médico (Imagen Ilustrativa Infobae).

Si tu proveedor de atención primaria sospecha que tiene bulimia:

  • Hablará contigo acerca de tus hábitos alimenticios, tus métodos de pérdida de peso y tus síntomas físicos
  • Hará un examen físico
  • Solicitará análisis de sangre y orina.
  • Solicitará una prueba que pueda identificar problemas en tu corazón (electrocardiograma)
  • Realizará una evaluación psicológica, inclusive charlará sobre tu actitud hacia tu cuerpo y peso

Utiliza los criterios correspondientes a la bulimia enumerados en Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5), publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

Tu proveedor de atención primaria también puede solicitar análisis adicionales para ayudar a identificar un diagnóstico, descartar causas médicas para los cambios de peso y detectar cualquier complicación relacionada.

Tratamiento

Cuando tienes bulimia, puedes necesitar diferentes tipos de tratamientos, aunque la combinación de psicoterapia con antidepresivos puede ser el tratamiento más eficaz para superar este trastorno.

Por lo general, el tratamiento consiste en un enfoque de equipo que te incluye a ti, tu familia, tu médico de atención primaria, un profesional de salud mental y un nutricionista con experiencia en el tratamiento de trastornos alimenticios. Es posible que un administrador de casos coordine tu atención.

A continuación, te brindamos una lista de opciones y consideraciones para el tratamiento de la bulimia.

Psicoterapia

La psicoterapia, también conocida como terapia conversacional o asesoramiento psicológico, implica hablar sobre tu bulimia y problemas relacionados con un profesional de la salud mental. Las pruebas indican que los siguientes tipos de psicoterapia ayudan a mejorar los síntomas de la bulimia:

La terapia cognitivo-conductual para ayudarte a normalizar tus patrones de alimentación e identificar las creencias y conductas negativas y poco saludables y reemplazarlas por otras que sean positivas y saludables.

El tratamiento basado en la familia para ayudar a los padres a intervenir para detener las conductas alimentarias poco saludables de su hijo adolescente, para ayudar al adolescente a retomar el control de su alimentación y para ayudar a la familia a afrontar los problemas que la bulimia puede ocasionar sobre el desarrollo del adolescente y la familia.

La psicoterapia interpersonal que aborda las dificultades en tus vínculos estrechos, lo que ayuda a mejorar tus habilidades para comunicarte y resolver problemas.

Pregúntale a tu profesional de la salud mental qué tipo de psicoterapia usará y qué pruebas existen que demuestren sus beneficios para tratar la bulimia.

Medicamentos

Los antidepresivos pueden ayudar a aliviar los síntomas de la bulimia cuando se los usa junto con psicoterapia. El único antidepresivo específicamente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para tratar la bulimia es la fluoxetina, un tipo de inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) que puede ser de ayuda, incluso si no estás deprimido.

Educación nutricional: Un nutricionista puede diseñar un plan de alimentación para ayudarte a lograr hábitos alimentarios saludables para prevenir el hambre y los antojos y proporcionar una buena nutrición. Comer con regularidad y no restringir la ingesta de alimentos es importante para superar la bulimia.

Hospitalización: Generalmente, la bulimia se puede tratar fuera del hospital. Pero si los síntomas son graves con complicaciones de salud importantes, es posible que tengas que recibir tratamiento en un hospital. Algunos programas para trastornos de la conducta alimentaria pueden ofrecer tratamiento diurno en lugar de hospitalizar al paciente.

Dificultades del tratamiento en la bulimia

Si bien la mayoría de las personas que tienen bulimia se recuperan, algunas descubren que los síntomas no desaparecen por completo. Los períodos de atracones y purgas pueden ir y venir a lo largo de los años, según las circunstancias de tu vida, como la reaparición durante las épocas de niveles altos de estrés.

Si te encuentras otra vez en el círculo de atracones y purgas, las sesiones de seguimiento con tu proveedor de atención primaria, nutricionista o profesional de salud mental pueden ayudarte a afrontar la crisis antes de que el trastorno de la conducta alimentaria esté nuevamente fuera de control. Aprender maneras positivas de enfrentar la situación, establecer relaciones sanas y controlar el estrés pueden ayudar a evitar una recaída.

Si tuviste un trastorno de la conducta alimentaria en el pasado y notas que los síntomas se están manifestando nuevamente, busca ayuda de tu equipo médico de inmediato.