Qué es la garra de gato, una “hierba mala” con propiedades medicinales

En el mundo de la herbolaria, existen distintas plantas que son consideradas como “hierba mala”, regularmente por su mal aspecto, su crecimiento espontáneo e incluso por ser una flora invasora. Sin embargo, entre estas hay algunas que en su interior cuentan con propiedades medicinales, inesperadas.

Tal es el caso de la “garra de gato” o “lengua de gato”, cuyo nombre científico es Galium Aparine, una planta que pertenece a la familia de las Rubiáceas y que se encuentra distribuida en diversas regiones del mundo, incluyendo América, Europa y Asia, lo que necesita para crecer son climas templados y húmedos.

Esta hierba curativa también cuenta con otros nombres comunes, que varían según la zona geográfica, como lo son “amor de hortelano”, “azotalenguas” o “lapa”.

La “garra de gato” se caracteriza por ser una planta trepadora que puede crecer hasta unos 150 centímetros de largo. Sus tallos son delgados, flexibles y angulados, con pequeñas protuberancias en forma de ganchos. Mientras que sus flores son pequeñas y blancas, con cuatro pétalos que le dan una forma estrellada.

Aunque a menudo se considera una “hierba mala” debido a su capacidad de adherirse a la ropa y al pelaje de los animales, tiene propiedades medicinales ancestrales.

Varias son las propiedades medicinales con las que se relacionan a la “garra de gato” o “lengua de gato”, estas son algunas de ellas.

Es considerada una planta diurética, es decir, que ayuda aumentar la producción de orina y así eliminar el exceso de líquidos y toxinas del cuerpo. Esto significa que esta hierba es benéfica para aquellas personas que retienen líquidos o trastornos urinarios leves.

En el mismo sentido, a la Galium Aparine se le atribuyen propiedades depurativas, esto que ayuda a limpiar y desintoxicar el organismo. La planta se utiliza tradicionalmente para promover la eliminación de toxinas acumuladas en el cuerpo y mejorar la función del sistema linfático.

Es por lo anterior que tampoco sorprende que la “garra de gato” sea utilizada contra los problemas urinarios. Tradicionalmente, se ha utilizado para tratar trastornos urinarios como cistitis, infecciones del tracto urinario y cálculos renales.

Además, sus propiedades diuréticas anteriormente mencionadas, pueden ayudar a promover la eliminación de bacterias y a aliviar los síntomas asociados con estas afecciones.

La “garra de gato” también se ha utilizado como antiinflamatorio para tratar diversas afecciones inflamatorias como lo son el eczema y la psoriasis, debido a que se cree que sus componentes activos ayudan a reducir la inflamación y aliviar síntomas relacionados.

La forma más común que se utiliza para obtener los beneficios medicinales de la “garra de gato” es a través de un té o una infusión.

Para preparar esta bebida, se necesitan las parte aéreas de la planta, como lo son las hojas y los tallos jóvenes y tiernos.

Tras limpiar las parte de esta hierba medicinal, se recomienda una o dos cucharaditas de la planta por cada taza de agua.

Al agua caliente, mejor si es hirviendo, se le pone las parte de la planta recolectada, de cubre y se deja reposar por un lapso de entre 10 a 15 minutos.

Finalmente, se puede filtrar con un colador o filtro para te y así eliminar los restos de la planta. La infusión se recomienda beberla fría y endulzarla al gusto con miel o stevia.

A pesar de tener un amplio uso humano, es importante saber que el consumo de plantas medicinales puede llevar consigo una serie de contraindicaciones para evitar de desagradables efectos secundarios. En el caso de la “garra de gato” son las siguientes:

Se debe evitar el uso de esta planta medicinal durante el periodo de embarazo y lactancia, ya que no hay suficiente información sobre su uso seguro en estas etapas.

Como ocurre con muchas plantas medicinales, la “garra de gato” puede interactuar con ciertos medicamentos y en su caso aumentar la eliminación de algunos medicamentos a través de los riñones, lo que podría disminuir su efectividad.

Debido a su acción diurética, el consumo excesivo de esta planta medicinal puede aumentar la producción de orina y ejercer una carga adicional sobre los riñones.

Como cualquier planta, esta puede provocar alergias, por lo que si se presentan síntomas como enrojecimiento de la piel, picazón o dificultad para respirar, se debe suspender su uso.

Es importante mencionar que, independiente el tipo de planta medicinal que se utilice y si tenga efectos secundarios o no, lo ideal es acudir al medico y consultar si resulta conveniente utilizarla.