El estudiante de arqueología Gustav Bruunsgaard, de 22 años, no esperaba encontrar un tesoro tan importante cuando se aventuró con su detector de metales en un campo cerca de Elsted, un pequeño pueblo al norte de Aarhus, Dinamarca. Durante su caminata, un fuerte pitido captó su atención, y al cavar con una pequeña pala, desenterró el primero de siete brazaletes de plata que se encontraban ocultos bajo la tierra. Pocos días después, regresó al lugar y descubrió seis brazaletes más, todos en excelente estado de conservación.
El análisis posterior realizado por expertos tanto daneses como internacionales ha revelado que estos brazaletes datan de los primeros años de la era vikinga, en el siglo IX, apenas unas décadas después de la fundación de Aros, el nombre original de la actual ciudad de Aarhus. La antigüedad de las piezas, junto con su excelente estado de conservación, hace de este descubrimiento un evento de gran importancia para el estudio de la historia vikinga en Escandinavia.
La plata, durante la era vikinga, no era solo un metal precioso, sino un componente esencial en la economía y la sociedad de la época. Los brazaletes encontrados no eran meramente adornos. Servían como una forma de moneda en una economía basada en el peso y la pureza del metal. Los vikingos utilizaban piezas de plata, incluidas monedas, lingotes y brazaletes, como medio de pago en sus transacciones comerciales. Esto permitía a los comerciantes y guerreros vikingos intercambiar bienes y servicios en sus extensas rutas de comercio que se extendían por toda Europa y más allá.
El tesoro encontrado pesa más de medio kilogramo, lo que en ese momento representaba una considerable cantidad de riqueza. Este hallazgo subraya la importancia de la plata en la sociedad vikinga, donde no existían monedas en el sentido moderno, ya que los metales preciosos se usaban como una forma de mostrar poder y solvencia económica. Cada brazalete estaba diseñado siguiendo un sistema de peso estandarizado, lo que permitía calcular su valor en plata de manera precisa y uniforme.
Diseño y origen de las joyas vikingas
Los siete brazaletes descubiertos en Elsted son valiosos por su cantidad de plata y su diversidad de diseño y origen. Tres de los brazaletes son lisos, un estilo poco común pero conocido en Escandinavia e Inglaterra. Otros tres presentan un diseño estampado en forma de banda, típico de las joyas del sur de Escandinavia, que posteriormente influyó en los diseños de brazaletes en Irlanda, donde se volvieron muy populares.
El último de los brazaletes tiene una forma de anillo enrollado, un diseño que se originó en las regiones que hoy corresponden a Rusia y Ucrania. Estos brazaletes demuestran cómo las influencias culturales y artísticas viajaban a lo largo de las rutas comerciales vikingas, y cómo estas comunidades eran receptivas a las ideas y estilos provenientes de tierras distantes. La combinación de estos estilos en un único tesoro muestra la amplia red de contactos y la capacidad de los vikingos para incorporar elementos extranjeros en su propia cultura material.
El hallazgo de los brazaletes en Elsted ofrece una prueba tangible del papel crucial que Aarhus desempeñaba en la era vikinga como un centro de comercio internacional. Situada estratégicamente en la costa oriental de Jutlandia, Aarhus era un puerto importante para el comercio marítimo y conectaba a los vikingos con rutas que se extendían desde las Islas Británicas hasta las estepas de Rusia y Ucrania. Este tesoro refleja la existencia de relaciones comerciales bien establecidas entre los vikingos y otras culturas, lo que les permitió acceder a materiales y tecnologías de regiones distantes.
Comparación con otros hallazgos de plata vikinga
El descubrimiento en Elsted es parte de un patrón más amplio de hallazgos de plata vikinga en toda Europa, que incluye piezas similares encontradas en la Isla de Man y en Suecia. En la Isla de Man, por ejemplo, se descubrió un lingote de plata de la misma época, que también formaba parte de la economía basada en la plata de los vikingos, descubierto por John Smart. Este lingote fue hallado por un detectorista en 2022 y, como en el caso de los brazaletes de Elsted, fue analizado y declarado tesoro según la legislación local. Estos hallazgos, dispersos por todo el continente, demuestran la extensión y la importancia de las rutas comerciales vikingas, que conectaban comunidades desde el Atlántico Norte hasta Asia Central.