Qué es la esquizofrenia infantil, cuáles son los síntomas y cómo se trata

Se trata de un trastorno mental que implica una variedad de problemas con respecto al pensamiento, al comportamiento o a las emociones

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Se trata de un trastorno raro en los niños pero que es de gravedad (Imagen Ilustrativa Infobae)
Se trata de un trastorno raro en los niños pero que es de gravedad (Imagen Ilustrativa Infobae)

La esquizofrenia infantil es un trastorno mental poco común, pero grave en la que los niños y adolescentes interpretan la realidad de manera anormal, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.

Este trastorno implica una variedad de problemas con respecto al pensamiento (cognitivo), al comportamiento o a las emociones. Puede provocar una combinación de alucinaciones, ideas delirantes y trastornos graves en el pensamiento y el comportamiento que afecta la capacidad de vivir normalmente.

La esquizofrenia infantil es básicamente lo mismo que la esquizofrenia en los adultos, con la diferencia de que comienza a una edad más temprana––generalmente, en la adolescencia––y tiene una gran repercusión en el comportamiento y desarrollo del niño.

En estos casos, la edad temprana de la aparición de la enfermedad implica desafíos especiales con respecto al diagnóstico, el tratamiento, la educación y el desarrollo emocional y social.

La esquizofrenia es una enfermedad crónica que requiere tratamiento de por vida. Identificar e iniciar el tratamiento lo más pronto posible puede mejorar mucho los resultados del paciente a largo plazo.

Síntomas

La esquizofrenia implica una variedad de problemas con respecto al pensamiento, al comportamiento o a las emociones. Los signos y síntomas pueden variar, pero generalmente implican ideas delirantes, alucinaciones o habla desorganizada y reflejan una deficiencia para vivir normalmente. El efecto puede ser incapacitante.

En la mayoría de las personas con esquizofrenia, los síntomas generalmente comienzan hacia los 25 años, aunque pueden comenzar más tarde, hasta mediado de los 30. Este trastorno mental se considera de aparición temprana cuando comienza antes de los 18 años. La aparición en niños menores de 13 años es extremadamente atípica.

Con el paso del tiempo, los síntomas pueden variar con respecto al tipo y la gravedad, con períodos en que los síntomas empeoran, o en que hay remisión. Algunos síntomas pueden estar siempre presentes. La esquizofrenia puede ser difícil de identificar en las primeras fases.

Diagnóstico

Detectar un caso de esquizofrenia es complicado, lo es más en el caso de los niños (Imagen Ilustrativa Infobae)
Detectar un caso de esquizofrenia es complicado, lo es más en el caso de los niños (Imagen Ilustrativa Infobae)

El diagnóstico de la esquizofrenia infantil implica descartar otros trastornos de salud mental y determinar que los síntomas no se deben al consumo de alcohol o drogas ilícitas, medicamentos u otra afección médica. El proceso de diagnóstico puede incluir lo siguiente:

Examen físico: Esto se puede hacer para ayudar a descartar otros problemas que podrían estar causando síntomas y para revisar cualquier complicación relacionada.

Pruebas y exámenes de detección: Estos pueden incluir exámenes que ayuden a descartar afecciones con síntomas similares y exámenes de detección de alcohol y drogas ilícitas. El médico también puede solicitar estudios por imágenes, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada.

Evaluación psiquiátrica: Esto implica observar el aspecto y la conducta, preguntar sobre los pensamientos, los sentimientos y los patrones de comportamiento, entre ellos pensamientos sobre lastimarse o lastimar a otros; evaluar la capacidad para pensar y comportarse según el nivel de edad correspondiente y evaluar el estado de ánimo, la ansiedad y posibles síntomas psicóticos. Esto también incluye una charla sobre la historia familiar y personal.

Criterios de diagnóstico para la esquizofrenia: El médico o profesional de salud mental puede utilizar los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-5, por sus siglas en inglés), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).

Proceso desafiante

El camino para diagnosticar la esquizofrenia infantil a veces puede ser largo y desafiante. En parte, esto se debe a que otras afecciones, como la depresión o el trastorno bipolar, pueden presentar síntomas similares.

Un psiquiatra pediátrico podría desear controlar el comportamiento, las percepciones y los patrones de pensamiento del paciente durante varios meses. A medida que los patrones de pensamiento y comportamiento y los signos y síntomas se aclaran con el tiempo, se puede hacer un diagnóstico de esquizofrenia.

En algunos casos, un psiquiatra puede recomendar comenzar con los medicamentos antes de que se realice un diagnóstico oficial. Esto es especialmente importante para tratar los síntomas que indiquen comportamiento agresivo o posibilidad de que el niño se lastime a sí mismo. Algunos medicamentos podrían ayudar a restringir estos tipos de comportamiento.

Tratamiento

La esquizofrenia infantil requiere tratamiento de por vida, incluso en períodos en los que los síntomas parecen haber desaparecido. Se trata de un desafío excepcional para los niños con esquizofrenia.

Equipo de tratamiento

Por lo general, un psiquiatra pediátrico experimentado en el tratamiento de la esquizofrenia guía el tratamiento para la esquizofrenia infantil. El enfoque de equipo puede estar disponible en las clínicas con experiencia en el tratamiento de esquizofrenia.

El equipo puede incluir, por ejemplo, las siguientes personas: psiquiatra, psicólogo u otro terapeuta; enfermera psiquiátrica; trabajador social; familiares; farmacéutico; coordinador de casos para coordinar los cuidados.

Opciones de tratamiento principales

Los tratamientos principales para la esquizofrenia infantil son los siguientes: medicamentos, psicoterapia, capacitación para desarrollar habilidades importantes para la vida u hospitalización.

Medicamentos

Existen varios tratamientos para este trastorno (Imagen Ilustrativa Infobae)
Existen varios tratamientos para este trastorno (Imagen Ilustrativa Infobae)

La mayoría de los antipsicóticos que se administran a los niños son los mismos que se administran a los adultos que padecen esquizofrenia. Los antipsicóticos suelen ser eficaces para controlar síntomas como delirios y alucinaciones.

En general, el objetivo del tratamiento con antipsicóticos es controlar de manera eficaz los síntomas con la menor dosis posible. Con el tiempo, el médico podría intentar combinaciones, medicamentos diferentes o dosis diferentes. Según los síntomas, es posible que otros medicamentos también sean útiles, como los antidepresivos o ansiolíticos. Es posible que la mejoría en los síntomas se note recién después de varias semanas de haber iniciado el tratamiento con medicamentos.

Por lo general, se prefieren los medicamentos de segunda generación más nuevos porque tienen menos efectos secundarios que los antipsicóticos de primera generación. Sin embargo, pueden provocar aumento de peso, nivel alto de glucosa en la sangre, colesterol alto o enfermedad cardíaca.

Entre los ejemplos de antipsicóticos de segunda generación aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos para tratar la esquizofrenia en adolescentes a partir de los 13 años, se encuentran los siguientes: Aripiprazol, Lurasidona, Olanzapina, Quetiapina, Risperidona. La paliperidona está aprobada por la FDA para jóvenes a partir de los 12 años.

Los medicamentos de primera generación generalmente son tan eficaces como los antipsicóticos de segunda generación en lo que respecta al control de los delirios y las alucinaciones. Además de tener algunos efectos secundarios similares a los de los antipsicóticos de segunda generación, los antipsicóticos de primera generación también pueden tener efectos secundarios neurológicos frecuentes y potencialmente importantes. Estos incluyen la posibilidad de desarrollar un trastorno de movimiento denominado discinesia tardía, que puede o no ser reversible.

Debido al alto riesgo de los efectos secundarios graves con los antipsicóticos de primera generación, no suelen recomendarse para niños sino hasta haber probado otras opciones y que estas no hayan tenido éxito.

Entre los ejemplos de antipsicóticos de primera generación aprobados por la FDA para tratar la esquizofrenia en niños y adolescentes, se encuentran los siguientes: Perfenazina y Tiotixeno, ambos para niños a partir de los 12 años

Todos los antipsicóticos implican efectos secundarios y posibles riesgos de salud; algunos ponen en riesgo la vida. Los efectos secundarios en niños y adolescentes pueden no ser los mismos que aquellos en los adultos y a veces pueden ser más graves. Los niños, especialmente los más pequeños, pueden no contar con la capacidad para entender y comunicar los problemas relacionados con los medicamentos.

Psicoterapia

Además de los medicamentos, la psicoterapia, a veces denominada terapia de habla, puede ayudar a controlar los síntomas y a que el paciente enfrente el trastorno. La psicoterapia puede incluir lo siguiente:

Terapia individual: La psicoterapia, por ejemplo, la terapia cognitivo conductual, con un profesional de la salud mental capacitado puede ayudar a reducir los síntomas y a que el paciente aprenda formas de manejar el estrés y los desafíos de la esquizofrenia en la vida diaria. Aprender sobre la esquizofrenia puede ayudar a que el paciente entienda la afección, enfrente los síntomas y siga un plan de tratamiento.

Terapia familiar: Los familiares implicados y afectuosos pueden ser de gran ayuda para los niños con esquizofrenia. La terapia familiar también puede ayudar a mejorar la comunicación, resolver conflictos y enfrentar el estrés relacionado con la afección.

Capacitación para desarrollar habilidades importantes para la vida

Los planes de tratamiento que incluyen el desarrollo de habilidades importantes para la vida pueden ayudar al paciente a comportarse según su nivel de edad correspondiente, cuando sea posible. La capacitación para el desarrollo de dichas habilidades puede incluir lo siguiente:

Capacitación para desarrollar las habilidades sociales y académicas: La capacitación para desarrollar las habilidades sociales y académicas es una parte importante del tratamiento de la esquizofrenia infantil. Los niños con esquizofrenia generalmente tienen problemas en las relaciones y en la escuela. Pueden tener dificultades para llevar a cabo tareas diarias normales, como bañarse o vestirse.

Rehabilitación vocacional y apoyo para conseguir trabajo: Esto se enfoca en ayudar a que las personas con esquizofrenia se preparen para tener un trabajo, lo encuentren y lo conserven.

Hospitalización

En los períodos de crisis o de síntomas graves, es posible que sea necesaria una hospitalización. Esto puede ayudar a garantizar la seguridad del paciente y asegurarse que su alimentación, descanso e higiene sean adecuados. A veces, las instalaciones del hospital son la mejor manera y la más segura de controlar los síntomas de inmediato.

La hospitalización parcial y el cuidado residencial pueden ser una opción; sin embargo, los síntomas graves suelen estabilizarse en el hospital antes de pasar a dichos niveles de cuidado.

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