¿Cómo encontrar el regalo perfecto que sea bien recibido y que realmente tenga un impacto positivo en la relación con el receptor? La ciencia, a través de múltiples estudios, ofrece respuestas claras y consejos útiles para mejorar nuestras prácticas de regalos.
Uno de los principales problemas al dar regalos es que los givers (quienes dan el regalo) tienden a enfocarse más en lo que les gustaría a ellos mismos o en cómo se sentirán al dar el regalo, en lugar de pensar en las preferencias y necesidades reales de los receptores. Según contó Julian Givi, a Science News, profesor de marketing en la Universidad de West Virginia, este error es común porque los givers buscan complacer su propio deseo de ser únicos, obtener aprobación social o incluso hacer una broma. Sin embargo, este enfoque tiende a generar insatisfacción, ya que no siempre coincide con los deseos del receptor.
Givi explica que un ejemplo claro de este error es la tendencia a regalar objetos novedosos o sorprendentes que provocan un momento de sorpresa al abrir el regalo. Para ella, un chocolate fondue puede parecer una idea divertida y sorprendente, pero un regalo más práctico como una cafetera que el receptor pueda usar todos los días será, en general, más apreciado.
El peso de las normas sociales
Otra forma en la que los givers se desvían de las preferencias de los receptores es al seguir ciegamente las normas sociales. Por ejemplo, un estudio de Harvard realizado por el profesor Michael Norton muestran que aunque muchos prefieren gastar dinero en envolturas elegantes, los receptores generalmente prefieren que ese dinero adicional se invierta en mejorar la calidad del regalo. Julian Givi destaca que los regalos parcialmente completados, como un juego de platos incompleto de una lista de casamientos, pueden ser tan apreciados como un set completo, aunque los givers tienden a evitar hacer este tipo de regalos por miedo a no cumplir con las expectativas.
La ventaja de los regalos experienciales
Uno de los hallazgos más consistentes en la investigación sobre regalos es la “ventaja experiencial”. Aunque la mayoría de las personas tienden a dar regalos materiales, los estudios han demostrado que los regalos experienciales, como boletos para un concierto o una cena en un restaurante, generan mayor felicidad y fortalecen más la relación entre el dador y el receptor. Cassie Mogilner Holmes, profesora de marketing en la Universidad de California, Los Ángeles, descubrió en su investigación que las experiencias ofrecen momentos de disfrute y proporcionan recuerdos compartidos que pueden acercar más a las personas.
Holmes explica a Every Day Health, que los regalos experienciales tienen otro beneficio: se alinean con el creciente movimiento contra el materialismo en la sociedad actual. En un mundo donde el minimalismo y la sostenibilidad se valoran cada vez más, regalar una experiencia puede ser una forma de expresar cuidado y consideración por los valores del receptor.
Regalos prácticos y de largo plazo
La clave para un regalo bien recibido es su practicidad. Regalar algo que el receptor pueda usar repetidamente, como una herramienta útil o un electrodoméstico, puede parecer menos emocionante, pero es más probable que sea apreciado y recordado a lo largo del tiempo. Jeff Galak, profesor asociado de marketing en la Universidad Carnegie Mellon, señala a la BBC, que las personas que regalan, a menudo priorizan el impacto momentáneo del regalo sobre su valor a largo plazo, un error que puede evitarse al pensar más en la utilidad duradera del regalo.
Galak describe en su estudio que publicó en el Journal of Consumer Research, por ejemplo, un buen regalo podría ser un voucher para un restaurante local, en lugar de uno para un lugar lejano y exclusivo, puede ser más valorado porque es más conveniente y fácil de usar. La conveniencia y la facilidad de uso son factores clave que a menudo se pasan por alto en la selección de regalos.
El valor del pensamiento detrás del regalo
Finalmente, aunque la practicidad y la utilidad son importantes, el pensamiento detrás del regalo también cuenta. Sin embargo, esto no significa que se debe adivinar lo que el receptor quiere. De hecho, investigaciones indican que los receptores aprecian más los regalos que han pedido explícitamente o que reflejan sus gustos y preferencias claramente comunicados. Nicholas Epley, profesor en la Universidad de Chicago, sugiere a la BBC, que la mejor estrategia es escuchar atentamente las pistas que el receptor da, o incluso preguntar directamente.
Epley destaca que el pensamiento detrás del regalo es especialmente relevante en el caso de regalos sentimentales. Estos regalos, como un álbum de fotos o un objeto que conmemora una ocasión especial, pueden parecer arriesgados, pero a menudo son los que más perduran en la memoria del receptor.
Hacer un buen regalo es tanto un arte como una ciencia. La clave está en centrarse en los deseos y necesidades del receptor, priorizando la utilidad y el valor emocional sobre el impacto momentáneo o las expectativas sociales. Al considerar cuidadosamente estos factores y evitar los errores comunes, se puede transformar el acto de regalar en una experiencia que fortalezca nuestras relaciones y aporte felicidad tanto a quien da como a quien recibe.