La periodontitis es una grave infección de las encías que daña el tejido blando y que, sin tratamiento, puede destruir el hueso que sostiene los dientes provocando que se aflojen o se caigan, según explica la organización sin fines de lucro y especializada en salud, Mayo Clinic.
También llamada enfermedad de las encías, la periodontitis es frecuente, pero puede prevenirse en gran medida.
Suele ser el resultado de una mala higiene bucal. Cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día, usar hilo dental diariamente y hacerse revisiones dentales con regularidad puede mejorar enormemente las posibilidades de un tratamiento exitoso de la periodontitis y reducir las posibilidades de desarrollarla.
Síntomas de la periodontitis
Las encías sanas son firmes y de color rosa pálido y encajan perfectamente alrededor de los dientes. Los signos y síntomas de la periodontitis pueden comprender los siguientes:
- Encías inflamadas o hinchadas
- Encías de color rojo brillante, rojo oscuro o morado
- Encías sensibles al tacto
- Encías que sangran fácilmente
- Cepillo de dientes teñido de rosa después del cepillado
- Escupir sangre al cepillarse los dientes o al usar el hilo dental
- Mal aliento
- Pus entre los dientes y las encías
- Dientes flojos o pérdida de dientes
- Dolor al masticar
- Se crean nuevos espacios entre los dientes
- Encías que se retraen de los dientes (se reabsorben), lo que hace que los dientes se vean más largos de lo normal
- Cambio en la manera en que se unen los dientes al morder
Estos son algunos de los factores que aumentan el riesgo de periodontitis:
- Gingivitis
- Hábitos de salud oral deficientes
- Fumar o mascar tabaco
- Cambios hormonales, como aquellos relacionados con el embarazo o la menopausia
- El uso de drogas recreativas, como fumar marihuana o vapear
- Obesidad
- Nutrición inadecuada, incluida la deficiencia de vitamina C
- Genética
- Ciertos medicamentos que provocan sequedad de la boca o cambios en las encías
- Afecciones que causan una disminución de la inmunidad, como la leucemia, el VIH/SIDA y el tratamiento del cáncer
- Ciertas enfermedades, como la diabetes, la artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn
Diagnóstico
Para determinar si tienes periodontitis y cuán grave es, el dentista puede hacer lo siguiente:
Revisar tus antecedentes médicos para identificar cualquier factor que pueda contribuir con los síntomas, como fumar o tomar ciertos medicamentos que provoquen sequedad de boca.
Examinar tu boca para buscar la acumulación de placa y sarro y comprobar si hay tendencia al sangrado.
Usar un instrumento odontológico para medir la profundidad de la bolsa entre la encía y los dientes insertando una sonda metálica junto al diente, por debajo de la línea de la encía, generalmente, en varias partes de la boca. En una boca saludable, la profundidad de la bolsa suele ser de entre 1 y 3 milímetros (mm). Las bolsas con una profundad mayor a 4 mm pueden ser un indicio de periodontitis. Las bolsas con una profundad mayor a 5 mm no se pueden limpiar bien.
Tomar radiografías dentales para verificar si hay disminución de la masa ósea en áreas donde el dentista observa bolsas de mayor profundidad.
Un periodoncista, dentista o higienista dental pueden realizar el tratamiento. El objetivo del tratamiento de la periodontitis es limpiar exhaustivamente las bolsas alrededor de los dientes y prevenir daños en el hueso que las rodea. Las mejores posibilidades de éxito en el tratamiento se obtienen cuando se adopta una rutina diaria de buen cuidado bucal, se controlan las afecciones de salud que pueden tener repercusión en la salud dental y se deja de fumar.
Tratamientos no quirúrgicos
Si la periodontitis no está avanzada, el tratamiento puede consistir en procedimientos menos invasivos, incluidos:
Raspado: El raspado elimina el sarro y las bacterias de la superficie de los dientes y debajo de las encías. Puede realizarse con instrumentos, un láser o un dispositivo ultrasónico.
Alisado radicular: El alisado radicular alisa las superficies de las raíces, desalentando una mayor acumulación de sarro y bacterias y elimina los subproductos bacterianos que contribuyen a la inflamación y retrasan la cicatrización o la reimplantación de la encía en las superficies de los dientes.
Antibióticos: Los antibióticos tópicos u orales pueden ayudar a controlar la infección bacteriana. Los antibióticos tópicos pueden consistir en enjuagues bucales o geles con antibiótico, que se aplican en el espacio entre los dientes y la encía o dentro de las bolsas después de una limpieza profunda. Sin embargo, pueden ser necesarios antibióticos orales para eliminar por completo las bacterias que causan la infección.
Tratamientos quirúrgicos
Si tienes periodontitis avanzada, el tratamiento puede requerir una cirugía dental, por ejemplo:
Cirugía con colgajos (cirugía de reducción de las bolsas): El periodoncista hace pequeñas incisiones en la encía para poder levantar una sección del tejido de la encía, lo que expone las raíces para un raspado y alisado de la raíz más eficaces. Debido a que la periodontitis causa pérdida de la masa ósea, el hueso oculto se puede volver a moldear antes de que se suture el tejido de la encía nuevamente en su lugar. Una vez que te cures, será más fácil limpiar estas áreas y mantener el tejido de la encía saludable.
Injertos de tejido blando: Cuando pierdes el tejido de las encías, la línea gingival retrocede. Podría ser necesario que te refuercen parte del tejido blando dañado. Por lo general, esto se hace extrayendo una pequeña cantidad de tejido del techo de la boca (paladar) o utilizando tejido de otra fuente donante y adhiriéndolo al sitio afectado. Esto puede ayudar a reducir la recesión gingival, cubrir las raíces expuestas y dar a los dientes una apariencia más agradable.
Injerto óseo: Este procedimiento se realiza cuando la periodontitis ha destruido el hueso que rodea la raíz del diente. El injerto puede estar compuesto por pequeños fragmentos de tu propio hueso, o bien, el hueso puede ser sintético o donado. El injerto óseo ayuda a prevenir la pérdida del diente al sostenerlo en su lugar. También sirve como plataforma para el nuevo crecimiento del hueso natural.
Regeneración tisular guiada: Esto permite que el hueso destruido por las bacterias vuelva a crecer. Una de las técnicas consiste en que el dentista coloque una pieza especial de tela biocompatible entre el hueso existente y el diente. El material evita que ingrese tejido no deseado en el área de cicatrización, lo que permite que el hueso vuelva a crecer.
Proteínas estimulantes de tejidos: Otra técnica supone aplicar un gel especial a la raíz del diente afectado. Este gel contiene las mismas proteínas que se encuentran en el esmalte de los dientes en desarrollo y estimula el crecimiento de huesos y tejidos saludables.