La enfermedad de Ménière es un problema del oído interno que puede causar mareos, lo cual se conoce como vértigo y pérdida auditiva. En la mayoría de los casos, el síndrome de Ménière afecta un solo oído.
La enfermedad de Ménière puede ocurrir a cualquier edad, pero suele aparecer entre los 40 y los 60 años. Se cree que es una afección de por vida. Sin embargo, algunos tratamientos pueden aliviar los síntomas y disminuir su efecto en la vida a largo plazo.
Síntomas
Entre los síntomas de la enfermedad de Ménière se incluyen los siguientes:
Mareos regulares. Tienes una sensación de que todo gira que comienza y termina repentinamente. Puedes sentir vértigo sin previo aviso. Generalmente dura de 20 minutos a 12 horas, pero no más de 24 horas. El vértigo grave puede provocar náuseas.
Pérdida auditiva. La pérdida auditiva en la enfermedad de Ménière puede ir y venir, particularmente en etapas tempranas. Con el tiempo, la pérdida auditiva puede perdurar y no mejorar.
Zumbido en los oídos. El zumbido en los oídos se denomina tinnitus. El tinnitus es el término usado para describir la percepción de un zumbido, rugido, silbido o siseo en tus oídos.
Sensación de inflamación en el oído. Las personas con enfermedad de Ménière a menudo sienten presión en los oídos. Esto se conoce como ocupación del oído.
Después de un ataque de vértigo, los síntomas mejoran y pueden desaparecer por un tiempo. Con el paso del tiempo, puedes experimentar una disminución en la cantidad de ataques de vértigo.
Cuándo debes consultar con un médico
Consulta al proveedor de atención médica si tienes síntomas de la enfermedad de Ménière. Existen otras enfermedades que pueden ocasionar estos problemas. Por lo tanto, es importante determinar lo antes posible la causa de los síntomas.
Diagnóstico
El proveedor de atención médica te examinará y hará preguntas sobre tus antecedentes médicos. El diagnóstico de la enfermedad de Ménière debe incluir lo siguiente:
Dos o más ataques de vértigo, con una duración de 20 minutos a 12 horas cada uno, o hasta 24 horas.
Pérdida auditiva comprobada con una prueba de audición.
Zumbido de oídos o una sensación de taponamiento o presión en el oído.
La enfermedad de Ménière puede tener síntomas similares a los de otras enfermedades. Por este motivo, el proveedor de atención médica deberá descartar otras afecciones que puedas tener.
Evaluación auditiva
Una prueba de audición se conoce como audiometría. Durante una audiometría, se evalúa si puedes escuchar bien sonidos en diferentes tonos y volúmenes. También se evalúa si puedes diferenciar las palabras que suenan iguales. Las personas con la enfermedad de Ménière suelen tener problemas para escuchar las frecuencias bajas o la combinación de frecuencias altas y bajas. Es posible que su audición normal esté dentro de las frecuencias medias.
Evaluación del equilibrio
Entre las crisis de vértigo, el sentido del equilibrio vuelve a la normalidad en la mayoría de las personas que padecen la enfermedad de Ménière. Sin embargo, es posible que tengas algunos problemas constantes de equilibrio.
Algunas de las pruebas para evaluar el funcionamiento del oído interno son:
Electronistagmografía o videonistagmografía. Estas pruebas miden el equilibrio mediante un análisis del movimiento ocular. Una parte de la prueba evalúa el movimiento de los ojos mientras siguen un objetivo. Otra parte estudia el movimiento de los ojos con la cabeza en diferentes posiciones. Una tercera prueba, llamada prueba calórica, sigue el movimiento de los ojos con cambios de temperatura para generar una reacción del oído interno. El proveedor de atención médica podría utilizar aire o agua tibios y fríos en el oído para hacer la prueba calórica.
Pruebas en sillón rotatorio. Al igual que la videonistagmografía , esta pruebe mide el funcionamiento del oído interno según el movimiento ocular. Debes sentarte en un sillón controlado por computadora que gira de lado a lado, lo que provoca actividad en el oído interno.
Prueba de potenciales evocados miogénicos vestibulares. Esta prueba utiliza el sonido para activar distintas partes del oído interno. Registra cómo reaccionan los músculos al sonido. Puede mostrar los cambios característicos en los oídos afectados de las personas con enfermedad de Ménière.
Posturografía dinámica computarizada. Esta prueba muestra cuál es la parte del sistema de equilibrio de la que más dependes y cuáles son las que pueden ocasionarte problemas. Las partes del sistema de equilibrio son la visión, la función del oído interno o las sensaciones de la piel, los músculos, los tendones y las articulaciones. Debes colocarte un arnés de seguridad y quedarte de pie descalzo sobre una plataforma. Luego, debes mantener el equilibrio en diferentes condiciones.
Prueba de impulso cefálico con video. Esta prueba analiza cómo trabajan en conjunto los ojos y los oídos internos. La prueba de impulso cefálico con video utiliza el video para medir las reacciones de los ojos al movimiento repentino. Mientras te concentras en un punto, te girarán la cabeza rápidamente y sin que lo esperes. Si quitas los ojos del objetivo cuando te giran la cabeza, significa que tienes un problema de reflejos.
Electrococleografía. Esta prueba permite observar la reacción del oído interno a los sonidos. Puede ayudar a determinar si tienes acumulación de líquido en el oído interno. Sin embargo, esta prueba no se realiza solo para detectar la enfermedad de Ménière.
Pruebas para descartar otras afecciones
Se pueden utilizar pruebas de laboratorio, diagnóstico de imágenes y otras pruebas para descartar otras afecciones. Algunas otras afecciones pueden causar problemas similares a la enfermedad de Ménière, como un tumor cerebral o esclerosis múltiple.
Tratamiento
No existe cura para la enfermedad de Ménière. Algunos tratamientos pueden ayudar a reducir la intensidad y la duración de los ataques de vértigo. Sin embargo, no existe ningún tratamiento para la pérdida auditiva permanente. El proveedor de atención médica te puede recomendar tratamientos para evitar que la pérdida auditiva empeore.
Medicamentos para el vértigo
El proveedor de atención médica puede recetar medicamentos para tomar ante un ataque de vértigo y reducir su intensidad:
Medicamentos para los mareos por movimiento. Los medicamentos para los mareos por movimiento, como meclizina (Antivert) o diazepam (Valium), pueden reducir la sensación de que todo da vueltas y ayudar a controlar las náuseas y los vómitos.
Medicamentos para las náuseas. Los medicamentos como la prometazina pueden controlar las náuseas y los vómitos durante un ataque de vértigo.
Diuréticos y betahistina. Estos medicamentos pueden tomarse juntos o por separado para aliviar el vértigo. Los diuréticos disminuyen la cantidad de líquido del cuerpo, lo que puede a su vez reducir el exceso de líquidos en el oído interno. Las betahistinas alivian los síntomas de vértigo porque mejoran el flujo sanguíneo en el oído interno.
Uso de medicamentos a largo plazo
El proveedor de atención médica puede recetar un medicamento para reducir la retención de líquidos y sugerir una reducción del consumo de sal. En algunas personas, esto ayuda a controlar la cantidad e intensidad de los síntomas de la enfermedad de Ménière.
Terapias y procedimientos no invasivos.
Algunas personas con la enfermedad de Ménière se pueden beneficiar de procedimientos que no incluyen una cirugía, tales como los siguientes:
Rehabilitación. Si tienes problemas de equilibrio entre los ataques de vértigo, la terapia de rehabilitación vestibular puede mejorar tu equilibrio.
Audífono. Un audífono en el oído afectado por la enfermedad de Ménière podría mejorar la audición. El proveedor de atención médica te puede remitir a un médico especialista en oído, también llamado audiólogo, para que te recomiende los audífonos más adecuados para ti.
Si los tratamientos conservadores no dan resultado, el proveedor de atención médica puede sugerir tratamientos más intensos.
Inyecciones del oído medio
Los medicamentos que se inyectan y absorben en el oído medio pueden ayudar a aliviar los síntomas del vértigo. Este tratamiento se realiza en el consultorio del proveedor de atención médica. Las inyecciones pueden incluir lo siguiente:
Gentamicina. Este es un medicamento antibiótico que resulta tóxico para el oído interno. Ataca la zona enferma del oído que causa el vértigo. Luego el oído sano asume la tarea de restablecer el equilibrio. Sin embargo, existe el riesgo de perder más la audición.
Esteroides. Los esteroides, como la dexametasona, también pueden ayudar a controlar los ataques de vértigo en algunas personas. Es posible que la dexametasona no funcione tan bien como la gentamicina. Pero es menos propensa a causar una mayor pérdida auditiva.
Cirugía
Si las crisis de vértigo por la enfermedad de Ménière son intensas y difíciles de soportar y los demás tratamientos no han dado resultado, la cirugía puede ser una buena opción. Algunos de los procedimientos son:
Cirugía del saco endolinfático. El saco endolinfático ayuda a controlar los niveles de líquido del oído interno. Este procedimiento alivia la presión alrededor del saco endolinfático, lo que puede mejorar los niveles de líquido. En ocasiones, un proveedor de atención médica coloca una sonda dentro del oído para extraer el exceso de líquido.
Laberintectomía. Con este procedimiento, el cirujano extirpa las partes del oído que provocan el vértigo, lo que produce una pérdida auditiva completa en dicho oído. Esto permite que el oído sano se encargue de enviar información sobre el equilibrio y la audición al cerebro. Los proveedores de atención médica solo recomiendan este procedimiento si tienes una mala audición o una pérdida auditiva total en el oído afectado por la enfermedad.
Corte del nervio vestibular. Este procedimiento supone cortar el nervio vestibular para evitar que la información sobre el movimiento llegue al cerebro. El nervio vestibular envía información sobre el equilibrio y el movimiento del oído interno al cerebro. Este procedimiento normalmente mejora el vértigo y permite conservar la audición en el oído afectado por la enfermedad. La mayoría de las personas necesita medicamentos que las dejan en un estado de somnolencia, lo que se llama anestesia general y por los que requieren una noche de hospitalización.