Enfermedad de Crohn: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de una padecimiento

Existen distintas formas para diagnosticar este padecimiento (Infobae/Jovani Pérez)

La enfermedad de Crohn es un tipo de enfermedad intestinal inflamatoria. Provoca la hinchazón de los tejidos (inflamación) del tracto digestivo, que a su vez puede producir dolor abdominal, diarrea grave, cansancio, pérdida de peso y malnutrición.

La inflamación que se produce como resultado de la enfermedad de Crohn puede afectar distintas zonas del tracto digestivo según la persona, en la mayoría de los casos, el intestino delgado. La inflamación suele ampliarse a las capas más profundas del intestino.

La enfermedad de Crohn puede ser dolorosa y debilitante, y, en algunos casos, puede llevar a complicaciones que pueden poner en riesgo la vida.

No hay una cura conocida para la enfermedad de Crohn, pero existen terapias que pueden reducir considerablemente sus signos y síntomas y que incluso pueden lograr una remisión a largo plazo y la desinflamación del intestino. Muchos pacientes con enfermedad de Crohn pueden tener una vida normal con la ayuda de un tratamiento.

Síntomas

En la enfermedad de Crohn, se puede ver afectada cualquier parte del intestino delgado o grueso. Puede afectar varios segmentos o ser continua. En algunas personas, la enfermedad se encuentra solo en el colon, que forma parte del intestino grueso.

Los signos y síntomas de la enfermedad de Crohn pueden variar de leves a graves. Suelen desarrollarse progresivamente, aunque pueden manifestarse de repente, sin aviso. Además, es posible que haya períodos de tiempo en los que no tengas signos ni síntomas (remisión).

Cuando la enfermedad está activa, entre los síntomas, normalmente se incluyen los siguientes:

Diarrea

Fiebre

Fatiga

Dolor y cólicos abdominales

Presencia de sangre en las heces

Aftas

Disminución del apetito y pérdida de peso

Dolor o secreción cerca o alrededor del ano debido a la inflamación de un conducto en la piel (fístula)

Otros signos y síntomas

Las personas con enfermedad de Crohn grave también pueden presentar síntomas fuera del tracto intestinal, que incluyen:

Inflamación de la piel, los ojos y las articulaciones

Inflamación del hígado o de los conductos biliares

Cálculos renales

Deficiencia de hierro (anemia)

Retraso en el crecimiento o el desarrollo sexual, en el caso de los niños

Cuándo debes consultar a un médico

Consulta a tu médico si tienes cambios persistentes en tus hábitos intestinales o si tienes alguno de los signos y síntomas de la enfermedad de Crohn, como los siguientes:

Dolor abdominal

Presencia de sangre en las heces

Náuseas y vómitos

Diarrea que persiste más de dos semanas

Pérdida de peso sin causa aparente

Fiebre que se suma a los síntomas anteriores

Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (Getty Images)

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo para la enfermedad de Crohn, se incluyen los siguientes:

Edad. La enfermedad de Crohn puede desarrollarse a cualquier edad, pero esta afección suele iniciarse durante la juventud. En su mayoría, a las personas que desarrollan la enfermedad de Crohn se les diagnostica esta enfermedad antes de los 30 años de edad.

Origen étnico. Aunque la enfermedad de Crohn puede afectar a cualquier grupo étnico, las personas blancas tienen el mayor riesgo, especialmente las personas de ascendencia judía de Europa del Este (Ashkenazi). Sin embargo, la incidencia de la enfermedad de Crohn está aumentando entre las personas negras que viven en América del Norte y el Reino Unido. La enfermedad de Crohn también se observa cada vez más en la población de Medio Oriente y en inmigrantes en Estados Unidos.

Antecedentes familiares. Tienes un mayor riesgo si tienes un familiar de primer grado, como un padre, un hermano o un hijo, con la enfermedad. Hasta 1 de cada 5 personas con la enfermedad de Crohn tiene un familiar con la misma enfermedad.

Fumar. Fumar es el factor de riesgo controlable más importante para el desarrollo de la enfermedad de Crohn. Fumar también puede empeorar la enfermedad y aumentar el riesgo de necesitar una cirugía. Si fumas, es importante que dejes de hacerlo.

Medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Estos incluyen ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros), naproxeno sódico (Aleve), diclofenaco sódico y otros. Aunque estos no causan la enfermedad de Crohn, pueden provocar inflamación del intestino, lo que empeora la afección.

Diagnóstico

Tu médico probablemente te diagnostique la enfermedad de Crohn solo después de haber descartado otras causas posibles de tus signos y síntomas. No existe un único examen para diagnosticar la enfermedad de Crohn.

Probablemente, tu médico utilice una combinación de exámenes para confirmar el diagnóstico de enfermedad de Crohn; entre dichos exámenes, se pueden mencionar:

Análisis de laboratorio

Análisis de sangre. El médico podría sugerirte análisis de sangre para controlar que no haya anemia (una afección que se caracteriza por la falta de glóbulos rojos para transportar la cantidad adecuada de oxígeno a los tejidos) ni signos de infección. Es posible que el médico también haga otras pruebas para evaluar los niveles de inflamación, el funcionamiento del hígado o la presencia de infecciones inactivas, como la tuberculosis. También pueden hacerte un análisis de sangre para detectar la presencia de inmunidad contra infecciones.

Estudios de las heces. Es posible que debas proporcionar una muestra de heces para que el médico pueda examinarla para detectar sangre oculta u organismos, como bacterias que causan infecciones o, en raros casos, parásitos.

Procedimientos

Colonoscopia. Esta prueba le permite al médico observar todo el colon y el final del íleon (íleon terminal) usando un tubo delgado, flexible e iluminado que tiene una cámara en el extremo. Durante el procedimiento, el médico también puede tomar pequeñas muestras de tejido (biopsia) para realizar análisis de laboratorio, lo que podría ayudar a hacer un diagnóstico. Los grupos de células inflamatorias llamadas “granulomas” pueden sugerir un diagnóstico de enfermedad de Crohn.

Tomografía computarizada. Es posible que te hagan una tomografía computarizada , una técnica de rayos X especial que brinda información más detallada que la radiografía estándar. Mediante esta prueba, se observa todo el intestino y los tejidos del exterior que lo rodean. La enterografía por tomografía computarizada es una tomografía computarizada especial que consiste en tomar un medio de contraste por vía oral para obtener imágenes de contraste intravenoso de los intestinos. Esta prueba ofrece mejores imágenes del intestino delgado y ha reemplazado a las radiografías con bario en muchos centros médicos.

Resonancia magnética. Un escáner de resonancia magnética utiliza un campo magnético y ondas de radio para crear imágenes detalladas de los órganos y los tejidos. La resonancia magnética es particularmente útil para evaluar una fístula alrededor del área anal ( resonancia magnética pélvica) o del intestino delgado (enterografía por resonancia magnética ). A veces, se puede realizar una enterografía por resonancia magnética para comprobar el estado o el avance de la enfermedad. Esta prueba puede usarse en lugar de la enterografía por tomografía computarizada para reducir el riesgo de exposición a la radiación, especialmente en personas más jóvenes.

Cápsula endoscópica. Para esta prueba, tendrás que tragar una cápsula que tiene una cámara en su interior. La cámara toma fotografías del intestino delgado y las envía a una grabadora que usas en tu cinturón. Luego, las imágenes se descargan a una computadora, se muestran en un monitor y se revisan en busca de signos de la enfermedad de Crohn. La cámara se desecha sin dolor a través de las heces. Es posible que, de todos modos, necesites una endoscopia con una biopsia para confirmar un diagnóstico de enfermedad de Crohn. La prueba con cápsula endoscópica no se debe realizar si hay sospechas de constricción u obstrucción (bloqueo) intestinal.

Enteroscopia asistida por globo. Para esta prueba, se usa un endoscopio junto con un dispositivo llamado “sobretubo”. Esto le permite al médico explorar más profundamente áreas del intestino delgado donde los endoscopios estándar no llegan. Esta técnica es útil cuando la cápsula endoscópica muestra anomalías, pero no es suficiente para establecer un diagnóstico claro.

Cada enfermedad tiene una o varias formas de diagnosticarla para así detectarla y luego combatirla (Shutterstock)

Tratamiento

Actualmente no existe una cura para la enfermedad de Crohn y no existe un tratamiento único que funcione para todos. Uno de los objetivos del tratamiento médico es reducir la inflamación que desencadena los signos y síntomas. Otro objetivo es mejorar el pronóstico a largo plazo limitando las complicaciones. En el mejor de los casos, esto puede producir no solo un alivio de los síntomas, sino también una remisión de la enfermedad a largo plazo.

Medicamentos antiinflamatorios

Por lo general, los medicamentos antiinflamatorios son el primer paso en el tratamiento de la enfermedad intestinal inflamatoria. Por ejemplo:

Corticoides. Los corticoides como la prednisona y la budesonida (Entocort EC) pueden ayudar a reducir la inflamación del cuerpo, pero no funcionan para todas las personas con enfermedad de Crohn. Los corticoides pueden usarse a corto plazo (de 3 a 4 meses) para mejorar los síntomas e inducir la remisión. Los corticoides también se pueden utilizar en combinación con un supresor del sistema inmunitario para potenciar el beneficio de otros medicamentos. Luego, con el tiempo, se disminuyen.

5-aminosalicilatos orales. Por lo general, estos medicamentos no son beneficiosos en la enfermedad de Crohn. Entre ellos, se incluyen la sulfasalazina (Azulfidine), que contiene sulfa y la mesalamina (Delzicol, Pentasa, otros). Los 5-aminosalicilatos orales se utilizaban ampliamente en el pasado, pero ahora se considera que aportan un beneficio muy limitado.

Inhibidores del sistema inmunitario

Estos medicamentos también reducen la inflamación, pero atacan a tu sistema inmunitario, que produce las sustancias que causan la inflamación. Para algunas personas, una combinación de estos medicamentos funciona mejor que un medicamento solo.

Algunos supresores del sistema inmunitario son:

Azatioprina (Azasan, Imuran) y mercaptopurina (Purinethol, Purixan). Estos son los inmunosupresores más utilizados para el tratamiento de la enfermedad intestinal inflamatoria. El consumo de estos medicamentos requiere de un seguimiento cuidadoso por parte de tu médico y análisis de sangre periódicos para identificar efectos secundarios, como por ejemplo, una disminución en la resistencia a infecciones o la inflamación del hígado. También pueden producir náuseas y vómitos.

Metotrexato (Trexall). Este medicamento se utiliza a veces en las personas con enfermedad de Crohn que no responden bien a otros medicamentos. Deberás someterte a un seguimiento minucioso para detectar posibles efectos secundarios.

Medicamentos biológicos

Esta clase de terapias se dirige a las proteínas producidas por el sistema inmunitario. Entre los tipos de medicamentos biológicos que se utilizan para tratar la enfermedad de Crohn se incluyen los siguientes:

Vedolizumab (Entyvio). Este fármaco actúa evitando que determinadas moléculas celulares del sistema inmunitario, las integrinas, se unan a otras células del recubrimiento intestinal. Vedolizumab es un agente específico para el intestino y está indicado para la enfermedad de Crohn. Natalizumab, un medicamento similar al vedolizumab, se utilizaba antes como tratamiento para la enfermedad de Crohn, pero dejó de utilizarse por los posibles efectos secundarios que generaba, como enfermedad cerebral mortal.

Infliximab (Remicade) , adalimumab (Humira) y certolizumab pegol (Cimzia). También conocidos como inhibidores del factor de necrosis tumoral, estos fármacos actúan neutralizando una proteína del sistema inmunitario conocida como "factor de necrosis tumoral".

Ustekinumab (Stelara). Se aprobó recientemente para tratar la enfermedad de Crohn; interfiere con la acción de una interleucina, que es una proteína implicada en la inflamación.

Risankizumab (Skyrizi). Este medicamento actúa contra la molécula interleucina-23 y se aprobó recientemente para el tratamiento de la enfermedad de Crohn.

Antibióticos

En las personas con enfermedad de Crohn, los antibióticos reducen la secreción de las fístulas y los abscesos y, en algunos casos, también los cicatrizan. Además, algunos investigadores creen que los antibióticos ayudan a reducir las bacterias nocivas que pueden estar causando la inflamación en el intestino. Los antibióticos que se suelen recetar con frecuencia incluyen ciprofloxacina (Cipro) y metronidazol (Flagyl).

Otros medicamentos

Además de controlar la inflamación, es posible que algunos medicamentos ayuden a aliviar los signos y síntomas. Sin embargo, debes consultar siempre con el médico antes de tomar medicamentos de venta libre. Según la gravedad de la enfermedad de Crohn, es posible que el médico te recomiende uno o más de los siguientes:

Antidiarreicos. Un suplemento de fibras, como el psilio en polvo (Metamucil) o la metilcelulosa (Citrucel), puede ayudar a aliviar la diarrea leve a moderada, ya que incrementa el volumen de las heces. Para la diarrea aguda, la loperamida (Imodium A-D) puede ser eficaz. Estos medicamentos podrían ser ineficaces o incluso perjudiciales en algunas personas con constricciones o determinadas infecciones. Consulta al proveedor de atención médica antes de tomar estos medicamentos.

Analgésicos. Para dolores leves, es posible que el médico te recomiende acetaminofén (Tylenol u otros) pero no otros analgésicos comunes, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) o naproxeno sódico (Aleve). Estos medicamentos pueden empeorar los síntomas, así como también la enfermedad.

Vitaminas y suplementos. Si tu cuerpo no absorbe suficientes nutrientes, el médico puede recomendarte vitaminas y suplementos nutricionales.

Terapia nutricional

Es posible que el médico te recomiende una dieta especial por boca o sonda de alimentación (nutrición enteral), o bien la inyección de nutrientes en una vena (nutrición parenteral) si tienes la enfermedad de Crohn. Esto puede mejorar la nutrición en general y darle un descanso al intestino. El descanso intestinal puede reducir la inflamación en el corto plazo.

Tu médico puede utilizar la terapia nutricional a corto plazo y combinarla con medicamentos, como supresores del sistema inmunitario. Las nutriciones enteral y parenteral suelen utilizarse para mejorar la salud de los pacientes antes de una cirugía o cuando otros medicamentos no logran controlar los síntomas.

Es posible que tu médico también te recomiende una dieta con bajo contenido de residuos o de fibras para reducir el riesgo de obstrucción intestinal si tienes estrechamiento (constricción). Una dieta con bajo contenido de residuos reduce el tamaño y la cantidad de heces.

Cirugía

Si la dieta y los cambios en el estilo de vida, la terapia con medicamentos u otros tratamientos no alivian los signos y síntomas, el médico podría recomendarte una cirugía. Casi la mitad de las personas que padecen la enfermedad de Crohn requerirán, al menos, una cirugía. Sin embargo, la cirugía no cura la enfermedad de Crohn.

Durante la cirugía, el cirujano extrae la porción dañada del tubo digestivo y después reconecta las secciones sanas. La cirugía también puede usarse para cerrar fístulas y drenar abscesos.

Los beneficios de la cirugía para la enfermedad de Crohn suelen ser temporales. En general, la enfermedad vuelve a aparecer y suele hacerlo cerca del tejido reconectado. El mejor enfoque es realizar un seguimiento de la cirugía con medicamentos para minimizar el riesgo de recurrencia.