La indigestión, también llamada dispepsia o malestar estomacal, es una molestia en la parte superior del abdomen. La indigestión describe ciertos síntomas, como dolor abdominal y una sensación de saciedad poco después de comenzar a comer, en lugar de una enfermedad específica. La indigestión también puede ser un síntoma de diversas enfermedades digestivas.
Aunque la indigestión es común, cada persona puede experimentar la indigestión de una manera ligeramente diferente. Los síntomas de indigestión se pueden sentir ocasionalmente o tan a menudo como a diario.
La indigestión a menudo se puede aliviar con cambios en el estilo de vida y medicamentos.
Síntomas
Si tienes indigestión, puedes tener:
Sentirse llena rápidamente durante la comida. No has comido mucho, pero ya te sientes llena y es posible que no puedas terminar de comer.
Saciedad incómoda después de una comida. La sensación de saciedad dura más de lo que debería.
Molestia en la parte superior del abdomen. Sientes un dolor de leve a intenso en la zona situada entre la parte inferior del esternón y el ombligo.
Ardor en la parte superior del abdomen. Sientes un calor incómodo o una sensación de ardor entre la parte inferior del esternón y el ombligo.
Hinchazón de la parte superior del abdomen. Tienes una incómoda sensación de opresión en la parte superior del abdomen.
Náuseas. Sientes como si quisieras vomitar.
Los signos y síntomas menos frecuentes son los vómitos y los eructos.
A veces las personas con indigestión también experimentan acidez estomacal. Es un dolor o sensación de ardor en el centro del pecho que puede expandirse al cuello o la espalda durante o después de comer.
Cuándo debes consultar a un médico
La indigestión leve normalmente no es nada de qué preocuparse. Consulta a tu médico si el malestar dura más de dos semanas.
Contacta de inmediato a tu médico si presentas dolor intenso o acompañado de:
Pérdida de peso involuntaria o pérdida de apetito
Vómitos reiterados o con sangre
Heces oscuras o alquitranadas
Problemas para tragar que empeoran progresivamente
Fatiga o debilidad, que podrían indicar anemia
Busca atención médica inmediata si tienes lo siguiente:
Falta de aliento, sudoración o dolor en el pecho que se irradia a la mandíbula, el cuello o el brazo
Dolor de pecho al hacer ejercicio o experimentar estrés
Diagnóstico
Es probable que tu médico comience con los antecedentes médicos y con un examen físico minucioso. Esas evaluaciones pueden bastar si tu indigestión es leve y no presentas ciertos síntomas, como la pérdida de peso y los vómitos repetidos.
Pero si tu indigestión empezó muy de repente y tienes síntomas graves o eres mayor de 55 años, tu médico puede recomendar:
Pruebas de laboratorio, para comprobar si hay anemia u otros trastornos metabólicos.
Pruebas respiratorias y de heces, para comprobar si hay helicobácter pylori (H. pylori), la bacteria asociada a las úlceras pépticas, que puede causar indigestión.
Endoscopía, para comprobar si hay anomalías en tu tracto digestivo superior, sobre todo en personas mayores con síntomas más persistentes. Es posible que te tomen una muestra de tejido (biopsia) para un análisis.
Pruebas por imágenes (rayos X o tomografías computarizadas), para detectar una obstrucción en los intestinos u otro problema.
Tratamiento
Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a aliviar la indigestión. El médico puede recomendarte lo siguiente:
Evitar los alimentos que desencadenan la indigestión
Comer de cuatro a seis comidas pequeñas al día en lugar de tres comidas grandes
Reducir o eliminar el uso de alcohol y cafeína
Evitar ciertos analgésicos, como la aspirina, el ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) y el naproxeno sódico (Aleve)
Encontrar alternativas a los medicamentos que desencadenan la indigestión
Controlar el estrés y la ansiedad
Si tu indigestión persiste, los medicamentos pueden ayudar. Los antiácidos de venta libre suelen ser la primera opción. Otras opciones incluyen las siguientes:
Inhibidores de la bomba de protones, que pueden reducir la acidez estomacal. Se pueden recomendar inhibidores de la bomba de protones especialmente si experimentas acidez estomacal junto con indigestión.
Bloqueadores de los receptores H2, que también pueden reducir el ácido del estómago.
Procinéticos, que pueden ser útiles si tu estómago se vacía lentamente.
Antibióticos, que pueden ayudar si la bacteria helicobácter pylori está causando tu indigestión.
Antidepresivos o ansiolíticos, que pueden aliviar el malestar de la indigestión al disminuir la sensación de dolor.