Qué es la “gripe estomacal” y cuáles son sus síntomas

Dependiendo el tipo de síntoma que se presente, se puede conocer el nivel de gravedad de una padecimiento

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La forma más frecuente de
La forma más frecuente de contraer la llamada gripe intestinal es a través del contacto con gente infectada. (Getty Images).

La gastroenteritis vírica o gripe estomacal es una infección intestinal que incluye la presencia de signos y síntomas como diarrea acuosa, calambres estomacales, náuseas o vómitos y, a veces, fiebre.

La forma más frecuente de desarrollar gastroenteritis viral es a través del contacto con una persona infectada o mediante el consumo de alimentos o agua contaminados. Si tienes buena salud, probablemente te recuperarás sin complicaciones. Sin embargo, la gastroenteritis viral puede ser mortal en el caso de bebés, adultos mayores y personas con el sistema inmunitario comprometido.

No existe un tratamiento eficaz para la gastroenteritis viral, por lo que la prevención es fundamental. Evita los alimentos y el agua que puedan estar contaminados y lávate las manos muy bien y con frecuencia.

Síntomas

Aunque comúnmente se la denomina gripe estomacal, la gastroenteritis no es lo mismo que la gripe. La gripe (influenza) afecta solo al sistema respiratorio: la nariz, la garganta y los pulmones. Por otra parte, la gastroenteritis ataca a los intestinos, lo que produce signos y síntomas como los siguientes:

Diarrea acuosa, a menudo sin sangre. Por lo general, la diarrea con sangre supone que tienes una infección diferente y más grave.

Náuseas, vómitos o ambos.

Dolor y calambres estomacales.

Dolores musculares o dolores de cabeza ocasionales.

Fiebre baja.

Según la causa, los síntomas de la gastroenteritis viral pueden aparecer entre uno y tres días después de contraer la infección y pueden variar de leves a graves. Por lo general, los síntomas solo duran uno o dos días, pero a veces pueden durar hasta 14 días.

Debido a que los síntomas son similares, es fácil confundir la diarrea viral con la diarrea ocasionada por bacterias, como la "Clostridioides difficile", la salmonela y la "Escherichia coli", o parásitos como la giardia.

Cuándo debes consultar con un médico

Si eres adulto, llama a tu proveedor de atención médica en los siguientes casos:

Si no puedes retener líquidos en el estómago por 24 horas

Si tuviste vómitos o diarrea durante más de dos días

Si tienes vómitos con sangre

Si estás deshidratado: los signos de deshidratación incluyen sed excesiva, sequedad en la boca, orina de color amarillo oscuro o poca cantidad o nada de orina y debilidad, mareos o aturdimiento graves

Si observas sangre en las deposiciones

Si tienes dolor intenso de estómago

Si tienes fiebre superior a los 104 °F (40 °C)

En el caso de bebés y niños

Consulta con el proveedor de atención médica de inmediato si tu hijo:

Tiene fiebre de 102 ºF (38,9 ºC) o más

Parece estar cansado o muy irritable

Siente mucha molestia o dolor

Tiene diarrea con sangre

Parece estar deshidratado: presta atención a los signos de deshidratación en bebés y niños enfermos al comparar la cantidad de líquido que beben y orinan con la cantidad que es normal para ellos. También mantente atento a signos como tener la boca seca, tener sed o llorar sin lágrimas

Si tienes un bebé, recuerda que, aunque es posible que la regurgitación sea un hecho cotidiano para él, los vómitos no lo son. Los bebés vomitan debido a varias razones, muchas de las cuales pueden necesitar atención médica.

Llama al médico de tu bebé de inmediato si:

Vomita con frecuencia

No mojó el pañal en seis horas

Tiene heces con sangre o diarrea intensa

Tiene un punto blando y hundido (fontanela) en la parte superior de la cabeza

Tiene la boca seca o llora sin lágrimas

Está más cansado o somnoliento de lo normal o no reacciona como lo haría normalmente

ILUSTRACIÓN - Sin miedo a
ILUSTRACIÓN - Sin miedo a preguntar: los médicos suelen utilizar términos técnicos que no todo el mundo conoce. Si se les pide que expliquen lo que quieren decir en términos sencillos, se saldrá de la consulta mejor informado. Foto: Christin Klose/dpa

Factores de riesgo

La gastroenteritis está presente en todo el mundo y puede afectar a personas de todas las edades.

Las personas que pueden ser más propensas a la gastroenteritis son las siguientes:

Niños pequeños. Los niños que se encuentran en centros de cuidado infantil o que asisten a escuelas primarias pueden ser particularmente vulnerables porque el sistema inmunitario de un niño tarda en desarrollarse.

Adultos mayores. El sistema inmunitario de los adultos suele ser menos eficiente a una edad más avanzada. Los adultos mayores que se encuentran en asilos de ancianos y convalecientes son vulnerables porque sus sistemas inmunitarios se debilitan. También viven en contacto cercano con otras personas que pueden trasmitir gérmenes.

Niños en edad escolar o personas que viven en residencias estudiantiles. Cualquier lugar donde se reúnen grupos de personas en ambientes cerrados puede ser un entorno de trasmisión de infecciones intestinales.

Cualquier persona que tenga un sistema inmunitario debilitado. Tienes un riesgo especialmente mayor si tu resistencia a las infecciones es baja; por ejemplo, si tu sistema inmunitario está inmunodeprimido por el VIH o SIDA, la quimioterapia u otra afección médica.

Todos los virus gastrointestinales son más activos en una estación del año en particular. A modo de ejemplo, si vives en el hemisferio norte, es más probable que contraigas infecciones por rotavirus o norovirus en el invierno y la primavera.

Diagnóstico

El médico probablemente te diagnostique de gastroenteritis viral (gripe estomacal) según los síntomas, la exploración física y, en ocasiones, la presencia de casos similares en tu comunidad. Un análisis rápido de heces puede detectar rotavirus o norovirus, pero no existen análisis rápidos para otros virus que causan gastroenteritis. En algunos casos, el médico puede pedirte que envíes una muestra de heces para descartar una posible infección bacteriana o parasitaria.

Tratamiento

Muchas veces no hay un tratamiento médico específico para la gastroenteritis viral. Los antibióticos no son eficaces contra los virus. El tratamiento implica primero medidas de cuidado personal, como mantenerte hidratado.

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