Linfoma de Hodgkin (enfermedad de Hodgkin): causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Hay enfermedades que no presentan síntomas, por lo que es importante llevar una vida saludable y hacer revisiones constantes al médico

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Muchas enfermedades no presentan síntomas o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)
Muchas enfermedades no presentan síntomas o estos aparecen cuando ya es demasiado tarde, lo mejor es acudir al médico constantemente (Infobae/Jovani Pérez)

El linfoma de Hodgkin es un tipo de cáncer que afecta el sistema linfático, que es parte del sistema inmunitario del cuerpo que se encarga de combatir los gérmenes. En el linfoma de Hodgkin, los glóbulos blancos, denominados linfocitos, crecen sin control, lo que provoca que los ganglios linfáticos se inflamen y que aparezcan bultos en todo el cuerpo.

El linfoma de Hodgkin, que solía denominarse enfermedad de Hodgkin, es una de dos categorías generales de linfoma. La otra es el linfoma no hodgkiniano.

Los avances en el diagnóstico y el tratamiento del linfoma de Hodgkin han contribuido a brindar a las personas con esta enfermedad la posibilidad de una recuperación completa. El pronóstico sigue mejorando para las personas con linfoma de Hodgkin.

Síntomas

Entre los signos y síntomas del linfoma de Hodgkin se pueden incluir los siguientes:

Hinchazón indolora de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle

Fatiga persistente

Fiebre

Sudoraciones nocturnas

Pérdida de peso de forma no intencional

Picazón intensa

Dolor en los ganglios linfáticos después de beber alcohol

Cuándo consultar al médico

Si tienes signos o síntomas persistentes que te preocupan, programa una cita con el proveedor de atención médica.

 Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (iStock)
Ante cualquier malestar lo mejor es acudir al médico (iStock)

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer linfoma de Hodgkin son los siguientes:

La edad. El linfoma de Hodgkin se diagnostica con mayor frecuencia en personas de entre 20 y 30 años y mayores de 55 años.

Antecedentes familiares del linfoma. Tener un pariente consanguíneo con linfoma de Hodgkin incrementa el riesgo de padecer linfoma de Hodgkin.

Ser un hombre. Las personas que nacen hombres son más propensas a padecer linfoma de Hodgkin que las que nacen mujeres.

Infección anterior por el virus de Epstein-Barr. Las personas que padecieron enfermedades provocadas por el virus de Epstein-Barr, como mononucleosis infecciosa, son más propensas a padecer linfoma de Hodgkin que las personas que no tuvieron infecciones por el virus de Epstein-Barr.

Infección por VIH . Las personas infectadas con el VIH tienen un mayor riesgo de linfoma de Hodgkin.

Diagnóstico

Entre las pruebas y los procedimientos que se utilizan para diagnosticar el linfoma de Hodgkin se incluyen los siguientes:

Un examen físico. Es posible que el proveedor de atención médica te pregunte sobre los síntomas y te haga una exploración física. Esto puede consistir en comprobar si hay ganglios linfáticos inflamados, incluidos en el cuello, la axila y la ingle, además de comprobar si el bazo o el hígado están inflamados.

Análisis de sangre. Se analiza una muestra de tu sangre en un laboratorio para conocer tu estado de salud en general y averiguar si hay indicios de cáncer.

Pruebas por imágenes. Estas pruebas se usan para buscar signos del linfoma de Hodgkin en otras partes del cuerpo. Las pruebas pueden incluir radiografías, tomografía computarizada y tomografía por emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés).

Procedimiento para extirpar un ganglio linfático. El proveedor de atención médica puede recomendar un procedimiento de biopsia de ganglio linfático y analizarlo en el laboratorio en busca de signos de cáncer.

Otras pruebas de laboratorio analizarán las células del linfoma en busca de marcadores en la superficie de las células que puedan indicar al equipo de atención médica el tipo exacto de linfoma de Hodgkin que tienes y los tratamientos más adecuados para el tipo de cáncer en particular.

Procedimiento para extraer una muestra de médula ósea. Un procedimiento de biopsia y aspiración de médula ósea consiste en introducir una aguja en el hueso de la cadera para extraer una muestra de médula ósea. La muestra se analiza para buscar células de linfoma de Hodgkin.

Según tu situación, quizás se puedan hacer otras pruebas y procedimientos.

Etapas del linfoma de Hodgkin

El equipo de atención médica usa los resultados de tus pruebas para asignarle una etapa a tu linfoma de Hodgkin. Conocer la etapa resulta útil para comprender la gravedad de tu afección y determinar qué tratamientos tienen más probabilidades de ayudarte.

Para establecer la etapa del linfoma de Hodgkin, se usan números del 1 al 4. Un número más bajo indica una etapa del cáncer más temprana con mayores probabilidades de cura. Un número más alto significa que el cáncer está más avanzado.

A veces, las etapas del linfoma de Hodgkin también incluyen las letras A y B. La letra A significa que no presentas síntomas preocupantes de cáncer. La letra B significa que tienes algunos signos y síntomas, como fiebre persistente, pérdida de peso sin causa aparente o sudoración nocturna.

 Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Archivo)
Cada enfermedad tiene uno o varios tratamientos que seguir para combatirla (Archivo)

Tratamiento

El objetivo del tratamiento del linfoma de Hodgkin es destruir tantas células de linfoma como sea posible y lograr la remisión de la enfermedad. Los tratamientos que son adecuados para ti dependen del tipo y la etapa del cáncer, de tu estado general de salud y de tus preferencias.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento con medicamentos en el que se utilizan sustancias químicas para destruir las células del linfoma. Los medicamentos de quimioterapia se desplazan por el torrente sanguíneo y pueden llegar a casi todas las partes del cuerpo. Los medicamentos de la quimioterapia se pueden tomar en forma de tabletas, o se pueden inyectar por vía intravenosa en el brazo o a veces se utilizan ambos métodos de administración.

El tratamiento típico para el linfoma de Hodgkin suele comenzar con la quimioterapia. Puede ser el único tratamiento necesario o puede combinarse con la radioterapia.

Para el linfoma de Hodgkin nodular con predominio de linfocitos, la quimioterapia a menudo se combina con fármacos que atacan directamente a las células cancerosas (terapia dirigida) y radioterapia.

Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen de los medicamentos que estés tomando. Algunos de los efectos secundarios frecuentes son náuseas y caída del pelo. Se pueden producir graves complicaciones a largo plazo, como por ejemplo enfermedad cardíaca, daño pulmonar, problemas de fertilidad y otros tipos de cáncer.

Radioterapia

La radioterapia utiliza haces de alta energía, como rayos X y protones, para destruir las células cancerosas. Durante la radioterapia, estás recostado en una camilla mientras una máquina grande se mueve a tu alrededor y dirige haces de energía a puntos específicos del cuerpo.

Para el tratamiento del linfoma de Hodgkin, la radiación se puede apuntar a los ganglios linfáticos afectados y a las zonas cercanas donde la enfermedad podría extenderse. Suele utilizarse con quimioterapia. Para las personas con linfoma de Hodgkin nodular con predominio de linfocíticos en fase inicial, la radioterapia puede ser el único tratamiento necesario.

Los efectos secundarios de la radioterapia incluyen fatiga y enrojecimiento de la piel en el lugar donde se dirigió la radiación. Otros efectos secundarios dependen del lugar al que se dirija la radiación. Por ejemplo, la radiación en el cuello puede provocar sequedad en la boca y problemas de tiroides, como una tiroides poco activa (hipotiroidismo). La radiación en el pecho puede causar problemas cardíacos y pulmonares.

Trasplante de médula ósea

El trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, es un tratamiento para reemplazar la médula ósea afectada por la enfermedad con células madre sanas que ayudan a desarrollar una nueva médula ósea. Un trasplante de médula ósea puede ser una opción si el linfoma de Hodgkin regresa o no responde a otros tratamientos.

Durante un trasplante de médula ósea, tus propias células madre sanguíneas se extraen, se congelan y se almacenan para su uso en el futuro. A continuación, recibes una alta dosis de quimioterapia y radioterapia para destruir las células cancerosas del cuerpo. Por último, las células madre se descongelan y se vuelven a introducir en el cuerpo, en el que ayudan a crear una médula ósea sana.

Los efectos secundarios de un trasplante de médula ósea incluyen aquellos que podría provocar la quimioterapia o la radiación a las que te sometes antes del trasplante. Además, es posible que corras un mayor riesgo de sufrir una infección después del trasplante.

Tratamiento con otros medicamentos

Otros fármacos que se suelen utilizar para tratar el linfoma de Hodgkin son los siguientes:

Terapia dirigida. Los tratamientos dirigidos con fármacos se enfocan en debilidades específicas presentes en las células cancerosas. Al bloquear estas debilidades, los tratamientos dirigidos con fármacos pueden producir la muerte de las células cancerosas. La terapia dirigida a menudo se combina con la quimioterapia para tratar el linfoma de Hodgkin nodular con predominio de linfocitos. En el caso del linfoma de Hodgkin clásico, esta terapia puede ser una opción en determinadas situaciones.

Inmunoterapia. La inmunoterapia utiliza el sistema inmunitario para combatir el cáncer. Es posible que el sistema inmunitario que lucha contra las enfermedades del cuerpo no ataque el cáncer porque las células cancerosas producen proteínas que las ayudan a esconderse de las células del sistema inmunitario. La inmunoterapia interfiere en ese proceso. En el caso del linfoma de Hodgkin, la inmunoterapia puede considerarse en determinadas situaciones, por ejemplo, si la enfermedad no responde a otros tratamientos.

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