La trombosis venosa profunda (DVT, por sus siglas en inglés) se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas. La trombosis venosa profunda puede causar dolor o hinchazón de piernas. A veces, no hay síntomas notorios.
Puedes desarrollar una trombosis venosa profunda si tienes ciertas enfermedades que afectan la forma en que coagula la sangre. Un coágulo sanguíneo en las piernas también puede ocurrir si no te mueves durante mucho tiempo, por ejemplo, cuando viajas grandes distancias o cuando estás en reposo en cama después de una cirugía, una enfermedad o un accidente.
La trombosis venosa profunda puede ser grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse. Los coágulos pueden trasladarse a través del torrente sanguíneo y alojarse en los pulmones y, de este modo, bloquear el flujo sanguíneo (embolia pulmonar). Cuando la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar ocurren juntas, se denomina tromboembolismo venoso (VTE, por sus siglas en inglés).
Síntomas
Entre los síntomas de la trombosis venosa profunda, se pueden incluir los siguientes:
Hinchazón de las piernas
Dolor en las piernas, calambres o dolor que suele comenzar en las pantorrillas
Cambio en el color de la piel de la pierna, como rojo o morado, según el color de tu piel
Sensación de calor en la pierna afectada
La trombosis venosa profunda puede presentarse sin provocar síntomas perceptibles.
Cuándo debes consultar a un médico
Si presentas síntomas de trombosis venosa profunda (DVT, por sus siglas en inglés) comunícate con el proveedor de atención médica.
Si presentas síntomas de embolia pulmonar (una complicación mortal de la trombosis venosa profunda), busca ayuda médica de emergencia.
Los signos y síntomas de advertencia de la embolia pulmonar incluyen los siguientes:
Falta de aire repentina
Dolor o molestia en el pecho que empeora cuando respiras profundo o cuando toses
Sensación de aturdimiento o mareos
Desmayos
Pulso acelerado
Respiración rápida
Tos con sangre
Factores de riesgo
Hay muchas cosas que pueden aumentar el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda. Cuantos más factores de riesgo presentes, más alto es el riesgo de padecer una trombosis venosa profunda . Los factores de riesgo asociados a la trombosis venosa profunda son los siguientes:
Edad. Tener más de 60 años aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda . Sin embargo, la trombosis venosa profunda puede ocurrir a cualquier edad.
Falta de movimiento. Cuando las piernas no se mueven durante un tiempo prolongado, los músculos de la pantorrilla no se comprimen (contraen). Las contracciones musculares ayudan a que la sangre circule. Permanecer sentado durante mucho tiempo, como cuando conduces o viajas en avión, aumenta el riesgo de padecer trombosis venosa profunda . Lo mismo ocurre con el reposo a largo plazo, que puede ser consecuencia de una hospitalización o una afección médica como la parálisis.
Lesiones o cirugía. Las lesiones en las venas o la cirugía pueden aumentar el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos.
Embarazo. El embarazo aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas. El riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos como consecuencia del embarazo puede continuar hasta seis semanas después de que nace el bebé. Las personas con un trastorno de coagulación hereditario corren un riesgo mayor.
Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o terapia de reemplazo hormonal. Ambos métodos pueden aumentar la coagulación de la sangre.
Sobrepeso u obesidad. Tener sobrepeso aumenta la presión en las venas de la pelvis y las piernas.
Fumar. Fumar afecta el flujo y la coagulación de la sangre, lo que puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda .
Cáncer. Algunos cánceres aumentan las sustancias en la sangre que provocan que esta coagule. Algunos tipos de tratamiento contra el cáncer también aumentan el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos.
Insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Dado que el corazón y los pulmones de las personas con insuficiencia cardíaca no funcionan bien, los síntomas causados incluso por una pequeña embolia pulmonar son más evidentes.
Enfermedad intestinal inflamatoria. La enfermedad de Crohn o la colitis ulcerativa aumentan el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda .
Antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar . Si tú o un miembro de tu familia tuvieron una de estas afecciones o ambas, podrías correr un mayor riesgo de sufrir trombosis venosa profunda .
Genética. Algunas personas presentan cambios en el ADN que provocan que la sangre coagule con mayor facilidad. Un ejemplo es el factor V de Leiden. Este trastorno hereditario cambia uno de los factores de coagulación de la sangre. Es posible que un trastorno hereditario no cause coágulos sanguíneos por sí solo, a menos que se combine con otros factores de riesgo.
A veces, puede formarse un coágulo sanguíneo en una vena sin ningún factor de riesgo identificable. Esto se conoce como tromboembolismo venoso no provocado.
Diagnóstico
Para diagnosticar trombosis venosa profunda , el proveedor de atención médica te hace un examen físico y preguntas sobre tus síntomas. El médico comprobará si hay hinchazón, sensibilidad o cambios en el color de la piel en las piernas.
Se te harán pruebas distintas si el médico cree que corres un riesgo bajo o alto de tener trombosis venosa profunda .
Pruebas
Las pruebas que se usan para diagnosticar o descartar trombosis venosa profunda incluyen:
Prueba de dímero D en sangre. El dímero D es un tipo de proteína que producen los coágulos sanguíneos. Casi todas las personas con trombosis venosa profunda grave tienen un aumento de los niveles de dímero D en la sangre. Con frecuencia, esta prueba puede ayudar a descartar embolia pulmonar .
Ecografía dúplex. Esta prueba no invasiva utiliza ondas sonoras para crear imágenes de cómo fluye la sangre por las venas. Es la prueba habitual para diagnosticar trombosis venosa profunda . Para la prueba, el proveedor de atención médica mueve suavemente un pequeño dispositivo manual (transductor) en la piel sobre la zona del cuerpo que se está estudiando. Se pueden realizar varias ecografías en distintos días para comprobar si hay coágulos sanguíneos nuevos o para ver si uno presente está creciendo.
Venografía. Esta prueba usa rayos X y una sustancia de contraste para crear una imagen de las venas en las piernas y los pies. Se inyecta un tinte en una vena grande del pie o del tobillo. El tinte ayuda a que los vasos sanguíneos aparezcan más claramente en las imágenes de rayos X. Es una prueba invasiva, así que rara vez se lleva a cabo. A menudo se realizan otras pruebas primero, como las ecografías.
Imágenes por resonancia magnética. Esta prueba puede realizarse para diagnosticar la trombosis venosa profunda en las venas del abdomen.
Tratamiento
El tratamiento de la trombosis venosa profunda tiene tres objetivos principales.
Evitar que el coágulo se haga más grande.
Evitar que el coágulo se desprenda y se traslade a los pulmones.
Reducir las posibilidades de contraer otra trombosis venosa profunda .
Las opciones de tratamiento para la trombosis venosa profunda incluyen las siguientes:
Anticoagulantes. Estos medicamentos ayudan a evitar que los coágulos sanguíneos aumenten de tamaño. Los anticoagulantes reducen el riesgo de que se formen más coágulos. Pueden tomarse por vía oral o administrarse por vía intravenosa o mediante una inyección bajo la piel. Existen muchos tipos diferentes de anticoagulantes que se usan para tratar la trombosis venosa profunda . Juntos, tú y el proveedor de atención médica pueden hablar sobre los riesgos y beneficios para determinar el mejor anticoagulante para ti. Es posible que tengas que tomar pastillas anticoagulantes durante tres meses o más. Es importante tomar estos medicamentos exactamente según las indicaciones para prevenir efectos secundarios graves. Las personas que toman un anticoagulante que se llama warfarina (Jantoven) deben hacerse análisis de sangre frecuentes para controlar los niveles del medicamento en el cuerpo. Algunos anticoagulantes no son seguros para su uso durante el embarazo.
Trombolíticos. Estos medicamentos se usan para tratar tipos de trombosis venosa profunda o de embolia pulmonar más graves, o si otros medicamentos no funcionan. Los trombolíticos se administran por vía intravenosa o a través de una sonda (catéter) que se coloca directamente en el coágulo. Pueden causar sangrado grave, por lo que normalmente solo se usan en personas con coágulos sanguíneos graves.
Filtros. Si no puedes recibir anticoagulantes, es posible que se te coloque un filtro en una gran vena del abdomen (la vena cava). Un filtro en la vena cava evita que los coágulos que se liberan se alojen en los pulmones.
Medias elásticas (medias de compresión). Estas medias especiales que llegan hasta la rodilla ayudan a evitar que la sangre se acumule en las piernas. Asimismo, ayudan a disminuir la hinchazón de las piernas. Póntelas en las piernas desde los pies hasta aproximadamente el nivel de las rodillas. Cuando se tiene trombosis venosa profunda , se suelen usar estas medias durante el día por algunos años, de ser posible.